UN PIRÓMANO AL SERVICIO DE LA BANCA
PRIVADA
Cuando la historia juzgue dentro de unos
años lo que ahora está pasando en Europa encontrará en el comportamiento del
Banco Central Europeo una causa principal de los males que sufrimos porque fue
diseñado para ayudar a la banca privada y no para defender los intereses
públicos y la estabilidad macroeconómica y social.
No se le concedió capacidad de
supervisión para que las entidades financieras utilizaran con ventaja la
existencia de los 27 regímenes nacionales diferentes y se le impidió financiar
a los gobiernos. Es decir, Europa se dotó de un banco central que no lo era en
realidad, lo que permitió que los bancos privados dispusieran para sí, y con
toda libertad de actuación, del negocio de la financiación a los gobiernos
.
Cuando las cosas iban bien, y el paso de
los intereses se llevaba con cierta comodidad, este modo de funcionar permitía
que los bancos encontrasen en la suscripción de la deuda soberana de los distintos
países una abundante y tranquila fuente de beneficios que no generaba
demasiados problemas, pero cuando la crisis arreció y aumentó la necesidad de
financiación (en gran parte para ayudar a los propios bancos privados) se
generaron algunos muy graves que pueden provocar que Europa salte por los
aires.
En primer lugar, se obligó a que los
gobiernos tuvieran que pagar muchísimo más por financiar su deuda. Y como ésta
comenzó a multiplicarse en gran parte por la aplicación de los tipos de interés
de mercado, se llegaron a cifras que resultaban literalmente insoportables.
En segundo lugar, y como ocurre siempre,
los mercados no se limitaban a financiar sino que financiaban en función de la
lógica especulativa dominante, es decir, vinculando la deuda a productos
financieros más complejos, cuya rentabilidad aumentaba cuanto más difícil se
hiciera su pago, de modo que se incentivó así la desestabilización de las
economías para hacer rentables la inversión especulativa: cuantas más cayeran,
más ganancias.
Finalmente, aunque ya cuando la
situación apenas tenía arreglo, el Banco Central Europeo fue obligado a
intervenir, aunque por la puerta de atrás del mercado secundario y sin dejar de
alimentar la codicia de la banca privada. Trató de aliviar la situación pero lo
que consiguió no fue sino mostrar a los inversores y a los bancos que podían
jugar incluso aún más fuerte a especular pues al final dispondrían de la
cobertura que daba el BCE.
Sabemos que los bancos privados han
utilizado esta posición privilegiada como financiadores para extorsionar a los
gobiernos e imponerles reformas orientadas a recortar derechos sociales (con la
excusa de que eran necesarias para salir de la crisis). Y ahora nos enteramos
de que el propio Banco Central Europeo ha utilizado también sus propias
intervenciones para influir sobre las decisiones de los gobernantes, forzando
su voluntad y dejando que la situación se empeorase cuando le convenía para
defender los postulados ideológicos que guían a sus directos. Se ha comportado
como un auténtico pirómano y debería abrirse cuanto antes una comisión
independiente de investigación que depure las responsabilidades de todos ellos,
así como crear ya los tipos penales que contemplen el daño económico que
provocan este tipo de actuaciones.
1 comentario:
El problema de esta crisis, es que no conocemos todavía de las intenciones de quienes están detrás de ella gestionándola, por que si se supieran de esas intenciones, mas de uno de los que están sufriendo esta crisis, cargarían la escopeta y andaría en su búsqueda. Y no hablo solo de los traidores de nuestros gobernantes, ellos son simple esbirros del mal.
Ni es una cosa anónima esto que nos ocurre, fatalidades del sistema de mercado financiero que nadie puede controlar. Ni es por el “legitimo” enriquecimiento especulativo al que la gran mayoría de los que se quejan amargamente de los capitalistas se apuntarían a las más mínima ocasión. Encontrar los causantes y sus intenciones está en la decisiva búsqueda de la verdad. 'Solo la verdad nos hará libres'
Y una cosa muy importante a 'saber', es que en este sistema, cuanto mas arriba, es mayor la iniquidad, hasta llegar por ese camino a la iniquidad absoluta.
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