UNA
BEBIDA. UNA BUENA NOTICIA
Se puede errar porque se es humano, o
porque hay un interés. La crítica puede echar luz y alertar de lo que está sucediendo, bien sea por debilidad, por ignorancia, o acaso por codicia.
El 3 de junio de 2011, en plena campaña de boicot a nuestros productos,
escribimos “el sabor inconfundible de la crítica”. Nos hacíamos eco también de
otro boicot, en este caso a una bebida, en Estados Unidos. La idea de Plutarco cobraba actualidad: “la
bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre, pero el oro no apaga jamás
la avaricia”.
Habíamos lanzado una pregunta el 7 de
abril: “Comer, ¿arte o locura?”. Preguntábamos entonces, ¿tiene algo que ver la
comida con la ética? ¿Puede decirse lo
mismo de la bebida? ¿Degustamos la realidad o lo que imaginamos o lo que nos
hacen imaginar? ¿Estamos en los albores
de la neuroeconomía?
El año pasado se perdieron cientos de
millones de euros debido a un boicot a las hortalizas españolas, acusadas de
contener bacterias que habrían provocado la muerte a muchos europeos. Luego se demostró que la acusación era falsa,
pero el daño estaba hecho. Alguien
mintió ¿Por ignorancia o por interés? Ruina de agricultores indefensos ante los
acusadores falsos, políticos ineptos y mercados interesados.
En 2009 alguien desveló, en un artículo
en Estados Unidos, la existencia de
“potenciadores de sabor”, y de “sabores artificiales”, con aditivos de “células
de riñón embrionario de fetos abortados”. Nos hicimos eco de esa ingeniería
alimentaria, que había desatado la
polémica y las protestas en Estados
Unidos. Los grupos pro-vida, por esa
razón, habían llamado al boicot contra PepsiCo, debido a su asociación con
Senomyx. Debi Vinnedge, Presidente de
Children of God for Life, denunciaba que
“Pepsi estaba financiando la
investigación y desarrollo – y pagando cánones a Senomyx-, la cual utiliza
HEK-293 (células de riñón humano embrionario) para producir potencionadores de
sabor para bebidas de Pepsi.
La primera respuesta sobre su relación
con la industria del aborto, por parte de Pepsi, fue muy vaga: “nuestra
colaboración con Senomyx se limita estrictamente a la creación de bebidas de
extraordinario sabor, más bajas en calorías, para los consumidores”.
Pero las asociaciones y los consumidores, indignados, siguieron
presionando, con Bradley Mattes,
director ejecutivo de Life Issues Institute, a la cabeza. Matters dijo: “Que
sepamos es la primera vez que un producto alimenticio haya sido asociado
públicamente con el aborto”. La presión
ya era más por la financiación a Senomyx
que por contener células fetales el producto en sí, que no las tiene.
Incluso, accionistas de la PepsiCo
presentaron a la Comisión Federal de Valores y Cambios (SEC) una Resolución de
Accionistas (octubre 2011) que la compañía “adoptara una política corporativa
que reconozca los derechos humanos y emplee criterios éticos que no involucren
el uso de restos de seres humanos abortados en acuerdos de investigación y
desarrollo tanto privados como colaborativos”.
Hoy, la lucha y el boicot han
terminado. PepsiCo no usará líneas de
células fetales abortadas como potenciadores de sabor. La Directora Ejecutiva
de Children of God for Life, Debi Vinnedge ha elogiado la decisión de PepsiCo,
lo que no duda en calificar como una victoria de miles de consumidores que han
estado escribiendo y boicoteando a
Pepsi desde mayo de 2011. La garantía de ese cambio se producía en la carta de PepsiCo, de 26 abril 2012 a la
Sra. Vinnedge, del Vicepresidente de
Política Pública Global de PepsiCo, Paul Boykas: “Senomyx no usará células HEK
o cualesquiera otros tejidos o líneas celulares derivadas de embriones o fetos
humanos para investigación realizada por cuenta de PepsiCo”. “Consideramos el asunto muy seriamente”,
declaró el Sr. Boykas. “Tenemos una Declaración oficial sobre Investigación
Responsable y nos proponemos vivir según esa política”.
Esa política prohíbe que cualquier
investigación por PepsiCo – o por terceros financiados por PepsiCo – use tejido
humano o líneas celulares derivadas de embriones o fetos. Y termina
diciéndole:”Quiero que sepa que agradecemos sinceramente el hecho de
contactarnos directamente para confirmación. Si tuviera alguna pregunta más, no
dude en contactarme”.
La presión, y también las pérdidas
durante casi un año, han surtido efecto.
Desde la recepción de la carta
Vinnedge está alentando al público, no sólo para que cese el boicot sino
incluso para que dé un paso más: escribir
a PepsiCo y agradecérselo.
Como ella dice, “Demasiado a menudo
parece que prestamos atención a lo negativo y olvidamos tomarnos un poco de
tiempo para hacer saber a los demás que valoramos sus esfuerzos”, dijo
Vinnedge. “Esperamos sinceramente que, una vez más, el público estará masivamente a la altura de las circunstancias, esta vez en agradecimiento y apoyo a
PepsiCo”.
Nosotros, que hemos seguido la noticia, y que en su día hicimos pública
nuestra denuncia, hoy publicamos la rectificación. Desde aquí enviamos nuestro sincero
reconocimiento. Lo que es de justicia, decir que una empresa ha sido capaz de
rectificar, es además una estupenda
noticia. El esfuerzo de todos ha conducido a un logro y una evidencia: callarse
ante la injusticia no conduce a nada. Rectificar es de sabios. La ética en los
negocios también es importante. El futuro es de los valientes.
NOTA: HO se hizo eco de la denuncia en
su día:
http://www.hazteoir.org/noticia/41973-accionistas-demandan-pepsi-que-deje-utilizar-celulas-fetos-abortados;
y su lista de productos y más información en
www.cogforlife.org/pepsiboycott.htm
También adjuntamos que HO recogió
la rectificación de PesiCo:
http://www.hazteoir.org/noticia/45589-exito-civico-pepsico-no-usara-lineas-celulares-embrionarias-ni-fetos-abortados
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