HABLAMOS DE MÁLAGA: SOTA, CABALLO Y REY. PAGO RÉNGEL


HABLAMOS DE MÁLAGA: SOTA, CABALLO Y REY
Hoy se consideraría sexista, podría prohibirse también por peligroso y resultaría primitivo para los infantes de consola y divertimentos cibernéticos. Pero muchos padres no olvidan el juego más simple y recurrible de sus años de chaveas. No se necesitaba nada, sólo niños, y el gordo en un equipo solía resultar muy eficaz. Juan José Bracho Zafra, de Churriana, ha recordado en el espacio Hablamos de Málaga, de Facebook, el sota, caballo y rey, uno de los juegos más practicados en los 60 y los 70 en los colegios y calles malagueñas.


Juan José, en su comentario, recuerda otras distracciones infantiles: "Yo soy churrianero de pura cepa, porque nací en mi casa, en la calle de la Estación, y allí, entre otros, jugábamos al sota, caballo y rey, y a las bolas en el callejón de ‘la Cleme', que cuando se hartaba de nosotros nos tiraba agua en la pista de juego... Construíamos carros con cojinetes y nos tirábamos cuesta abajo, que ya quisiera Fernando Alonso; hacíamos nuestras espadas de madera y pistolas con las pinzas de la ropa y gomas elásticas; con canutos y los almencinos del convento ya teníamos municiones para fastidiar al más pintado...".

Pedro Cuevas recuerda el mismo juego, pero con un cambio de nombre por el lugar: "Era muy común también en la zona de la carretera de Cádiz, donde teníamos un equipo denominado Rayo Malagueño de Fútbol, por lo que cambiamos la denominación, sota, caballo y Rayo. Mi hermano mayor jugaba en este equipo y recuerdo cómo debíamos transportar los postes y el larguero al campo (colocarlos) y limpiarlo de piedras antes de jugar (como hoy), vestían como el Inter, las camisetas y los campos estaban en la zona que hoy es la barriada Girón".

Sobre el sota, caballo y rey, Pedro Huesa comenta: "El otro día tuve que explicarle a mi hijo cómo se juega al ‘burro', también llamado sota, caballo y rey, y me dijo que eso era muy difícil, que cómo nos podíamos divertir con ese juego...".

Emilio Milanés, por su parte, habla de un escenario insólito: "En el barco Málaga-Ceuta, con un oleaje impresionante, un grupo de compañeros del colegio jugábamos al sota... ante la admiración de los pasajeros, que no podían soportar el mareo".

Y el que firma recuerda, en los recreos de Primero de Bachillerato, cuando en San Estanislao compartíamos patio con los de Segundo, cómo asistíamos atónitos a los sota, caballo y rey de los ‘mayores'. Se formaban equipos de seis u ocho componentes cada uno, por lo que dar el primer salto sobre las espaldas de los oponentes era clave para ganar... El especialista en eso era ‘el Bahía', a quien aún recuerdo dar aquellos brincos durante una etapa en la que tuvo escayolado un brazo... No le importaba, con el otro, procuraba avanzar en el aire cuando su cuerpo sobrevolaba a los del equipo rival que tensaban las piernas por si le caían encima aguantar el impacto y el peso.
PUBLICADO EN YMALAGA.COM

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