AVANZAR HACIA LA VIDA Y LA CORDURA O RETROCEDER HACIA LA IDEOLOGÍA. JOSÉ MANUEL BELMONTE

AVANZAR HACIA LA VIDA

Estamos ante el dilema de ¿avanzar o retroceder? O es la eterna lucha de ¿acción, reacción? Tan enmarañados son los intereses y las connotaciones. La política no es una ciencia exacta. Puede arrojar algo de luz, pero la vida y la verdad llevan su camino. Acomodar el poder a los intereses de los grupos afines, nada tiene que ver con la cordura. La revisión de los derechos, puede ser un avance progresista, aunque los grupos de presión ideológica se empeñen en gritar lo contrario. Apoyar la vida, o decantarse por la cultura que prima otros valores.

El pueblo, la sociedad civil, es la pelota que se arrojan unos a otros los tenistas políticos. El pueblo está en medio, pero no es neutral. Vota. Pero no concede carta blanca a ningún partido y se esfuerza, cada día, por encontrar y defender los auténticos valores.

En el primer mes de gobierno, el ministro de Justicia ha manifestado su intención de terminar con la ley de plazos que convierte el aborto, en un derecho, Ley Aido. Puntualizó Gallardón que lo que de verdad importa es la "protección del derecho a la vida". Parece capital que se desplace el foco sobre “la protección del derecho a la vida”, antes que sobre “el derecho al aborto”. El enfoque lleva implícita toda una corriente cultural. Otro ministro, el de Educación, también ha manifestado su deseo de acabar con el adoctrinamiento ideológico y la manipulación educativa:La Educación para la Ciudadanía. Dice que se sustituirá "por una asignatura de contenido cívico y constitucional". Y otro ministerio, el de Sanidad en este caso, se plantea acabar con la práctica actual de que la píldora del día después, o de los 5 días se pueda adquirir sin receta médica.

Lo que parece una apuesta por la cordura, la vida y la libertad, a la progresía le ha parecido justo lo contrario. Las leyes se hacen, se votan, se reforman o se cambian. En democracia siempre ha sido así. Pero algunos ni lo entienden, ni lo aceptan. Han saltado como un resorte.

“El gobierno popular ha ido directo al derecho de las mujeres, al aborto. Quieren volver a imponernos su moral retrógrada. Han comenzado con Educación para la ciudadanía y continuaran contra los derechos contra los homosexuales. Levantemos este partido. Tenemos que estar fuertes. Ni un paso atrás en nuestras conquista “.

Ni se plantean el riesgo de la píldora, ni que en caso de embarazo, la criatura tenga también derechos, por ser un ser humano. Ese pequeño necesita protección, porque ni es un enemigo, ni un enfermo, ni un grano canceroso. La genética, la bioética, han sido muy útiles para diferenciar a esa criatura de su progenitora. Ciertamente los grupos pro-vida, las distintas religiones y los católicos en particular, salieron a la calle para defender la cultura de la vida.

Parece que defender la vida de forma científica o desde cualquier foro humano, social o religioso, es saltarse las normas de la progresía izquierdista. Le faltó tiempo a Rubalcaba, el 4 de febrero, apenas nombrado Secretario General de los Socialistas, para decir: “Si retrocedemos y si cada vez que la derecha llega al poder reconsidera todas aquellas leyes que hemos hecho entre todos, para aumentar los derechos civiles, y trata de poner dogmas que no son del conjunto de los ciudadanos sino de algunos, el PSOE se replanteará seriamente la revisión de los acuerdos con la Santa Sede, ¡seriamente, seriamente!".

Las grandes dificultades de la vida pueden ser señales de progreso y no de regresión. Hay que superar el miedo a decir lo que se piensa y a hacer lo que hay que hacer. Las posibles reformas legislativas, si llegan, nos encontrarán ya caminando. El progreso no está en lo conseguido ayer. La vida no es un derecho contra nadie, es un hoy irrenunciable e irrepetible. La ola de frío y muerte, pasará. Una primavera de alegría está naciendo.

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