LA LEY DEL SILENCIO. JUAN JOSÉ PLAZA ANGULO

LA COMPLICIDAD DE LA LEY DEL SILENCIO


No cabe la menor duda de que seré acusado en determinados entornos de persona hostil, de non grata, de actuar bajo los designios de una ideología, de ser un estúpido por meterme donde no me llaman e, incluso, de ingenuo por creer que la libertad de pensamiento y expresión no tiene por qué condicionar mi bienestar personal. Sin embargo, a todos aquellos que lo hagan sólo puedo decirles que he tenido el privilegio, cada vez más escaso, de nacer en una democracia (aun con muchos defectos), de crecer en un entorno donde la opinión era algo cotidiano y de asentarme en la mala costumbre del pensamiento crítico.

La tan esperada sentencia del Caso Troya irrumpió la pasada semana con la fuerza que por la gravedad de los hechos juzgados era de esperar: el Alcalde y el Concejal de Urbanismo de Alhaurín el Grande condenados penalmente por cohecho. Toda la prensa nacional se hizo eco de la misma, incluso la de derechas aunque con la boca pequeña, y la prensa provincial dedicó durante varios días la portada al asunto. Por ejemplo, el jueves 19 de enero se leían titulares de portada como “Serón es condenado por corrupción a pagar 200.000 euros y un año de inhabilitación” (La Opinión de Málaga), “Condenado el Alcalde de Alhaurín el Grande por exigir un soborno” (Málaga Hoy), “La Audiencia condena por corrupto a Serón y pide políticos más preparados” (Diario Sur); o el viernes 20: “Martín Serón: “Tengan cuidado con la policía”” (Diario Sur), “El alcalde delincuente se atrinchera en Alhaurín el Grande” (Málaga Hoy), “Serón ataca al tribunal que lo condeno y no dimite por que dice que “sería de cobardes”” (La Opinión de Málaga).

Son estos solo unos ejemplos de la enorme importancia y trascendencia de lo juzgado. Una importancia que, sin embargo, pasó por alto la televisión municipal, la cual se limitó a insistir en que la sentencia “rebaja la multa” (cuando no podía rebajar nada porque es en primera instancia y en consecuencia es la que ha establecido la sanción) y que se basa en “indicios” y no en pruebas. Afirmación totalmente contraria a Derecho pues toda sentencia se basa en hechos probados. Cuestión distinta es que en el texto de la misma se hable de pruebas indiciarias y pruebas directas, tecnicismos legales de los cuales o bien se desconoce su significado jurídico por los redactores de ATV y la portavoz del gobierno municipal, o bien se quieren tergiversar en beneficio de los que han sido juzgados y condenados por un tribunal al amparo del ordenamiento jurídico vigente.

Pero lo más grave del asunto, no es que la televisión municipal o la portavoz del equipo de gobierno puedan obviar información, contar medias verdades, o como lo queramos llamar; lo realmente importante es que en el municipio reina el máximo silencio al respecto. Son muchos los ciudadanos que no se atreven a hablar del asunto en público, que prefieren no opinar, que miran para otro lado, que tienen, en definitiva, miedo. El miedo a ser señalados, al ser despedidos, al ser repudiados, insultados e incluso agredidos (y la agresión física no es la única existente), como ha ocurrido en anteriores ocasiones o como ocurrió sin ir más lejos en el Pleno del jueves 19 de enero cuando el Sr. D. Juan Martín insultó e intentó agredir al portavoz del PSOE cuando este pidió su dimisión.

Lo cierto es que todas estas cuestiones no nos sorprenden, pues llueve sobre mojado y los años de precariedad democrática en Alhaurín son una constante desde que la variable Martín se apropió de la ecuación consistorial y, con ello, de la vida social de Alhaurín.

Como digo, no sorprende que los empresarios imputados no declarasen en el juicio (tenían que defenderse), no sorprende que nuestro Alcalde y nuestro Concejal de Urbanismo se rebajasen en sus declaraciones hasta afirmar que no sabían lo que firmaban o que nada sabían de urbanismo o economía, no sorprende que ATV en lugar de ofrecer una información a los ciudadanos haya ofrecido una opinión partidista, no sorprende que la portavoz del equipo de gobierno del PP repitiese las palabras de ATV, no sorprende que no hayan tenido la decencia o la ética de dimitir, no sorprende que el PP calle y se coma sus vergüenzas en un intento desesperado por disimular ante las elecciones autonómicas, no sorprende que el Concejal de Urbanismo no haya hecho declaraciones, no sorprende que hayan manipulado soezmente el pleno del día 19 en su emisión en ATV, no sorprende que el Sr. Alcalde insultase reiteradamente e intentase agredir al portavoz del PSOE, no sorprende que el defensor del ciudadano no se haya dignado a informar del asunto en su tablon de noticias como hace con las que aplauden la gestión municipal, no sorprende que muchos vecinos y vecinas no quieran hablar del asunto, no sorprende que en los ya cercanos carnavales ninguna agrupación critique lo ocurrido. Y no sorprende nada de esto porque todas estas situaciones no son más que la repetición de comportamientos anteriores. No obstante, sí que es grata la sorpresa de que haya medios, como este, que se atrevan a tratar abiertamente el tema. Esto sí es valentía (ante un entorno hostil), esto sí que es la antítesis a la cobardía (la cual algunos confunden a veces con la falta de ética).

Y, para terminar, como vecino, como ciudadano, permítanme el atrevimiento de pedir la reflexión seria y consecuente de los habitantes de este pueblo respecto de todo lo que ha ocurrido y de lo que está ocurriendo: ¿merecemos como pueblo el desprestigio y la vergüenza de las consecuencias de aquellos que aprovechándose de un cargo público han buscado el beneficio propio? No sé ustedes, pero con mi silencio no cuentan.

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