La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) cuestiona que el actual modelo de educación pública español y
la rigidez del sistema de acceso funcionarial a la docencia sea el más idóneo
para que los alumnos consigan unos resultados académicos óptimos.
Así concluyen los expertos del Programa para la
Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés)
en el informe Orientaciones de PISA para
Canarias, elaborado por la OCDE a petición de este Gobierno
autonómico.
El estudio canario analiza la situación de la
enseñanza primaria y secundaria en Canarias para tratar de mejorar los malos
resultados obtenidos en la evaluación realizada en 2009, que detectó un
rendimiento inferior a la media nacional en ciencias, matemáticas y lectura,
pero los resultados se pueden extrapolar al profesorado de todas las regiones
de España, aseguran los autores del trabajo.
Entre los principales temas que hay que abordar, según
esta institución, se encuentran la contratación y asignación de profesores, la
falta de una estructura en la carrera profesional de los docentes, las
estructuras de remuneración actuales, que ofrecen muy pocos incentivos a los
profesores para que mejoren el rendimiento de sus alumnos o el suyo propio y
las deficiencias en la formación del profesorado, sobre todo en lo que se
refiere a formación continua.
España, que se halla en la media de la OCDE en gasto
anual por alumno, por nivel y con respecto al PIB per cápita, así como
en salarios docentes, está, sin embargo, por debajo de la media de rendimiento
académico, según el informe PISA. Entre otras respuestas a esta situación, el
organismo cree que muchos de los problemas de bajo rendimiento escolar
"están relacionados con las condiciones contractuales de los
funcionarios".
Profesores para toda la vida, ¿por qué?
El estudio cuestiona que los profesores "cuenten con puestos de por vida
debido a su condición" y que, por ello, sea "prácticamente imposible
despedir a un profesor o anticipar su jubilación a pesar de lo ineficaz que
llegue a ser", una situación que "dificulta la organización o
reorganización de los centros".
Los expertos encargados de este informe PISA concluyen
que "el papel y las responsabilidades de un profesor son muy diferentes de
las que debe desempeñar el funcionario gubernamental medio y, por este motivo,
resulta extremadamente inapropiado insistir en que sus condiciones contractuales
sean idénticas". Los profesores necesitan contar con su propio estatus
funcionarial, más que como funcionarios del cuerpo civil, y deben tener unas
condiciones contractuales que promuevan el logro de los objetivos
educacionales".
Derroche de talento y dinero
"Todos los candidatos deben haber superado la oposición a funcionario",
prosigue el informe. «Las normas exigen que los candidatos opten a plazas
docentes permanentes en función de un sistema de puntos que favorece
enormemente a los profesores con más experiencia, lo cual aumenta la
frustración de los profesores más jóvenes y que acaban de terminar la carrera
ya que es muy difícil que puedan acceder a una plaza, y los directores de las
escuelas públicas, ya que no pueden influir en el proceso de selección para el
personal de sus centros». Como consecuencia de la obligación de asignar primero
a los candidatos con más experiencia, los profesores más jóvenes con mejor
formación, éstos no pueden encontrar un empleo o aprovechar su talento, lo que
supone un despilfarro de dinero.
El sistema funcionarial, además, "permite que los
profesores puedan negarse a realizar cursos de reciclaje o de formación
continua", lo que da lugar a que algunos "no hayan realizado ningún
curso de este tipo en los veinte o treinta años transcurridos desde que
concluyeron su formación inicial".
Precisamente, en otro estudio titulado Preparación
de maestros y líderes escolares para el siglo XXI, publicado también este
jueves, la OCDE recomienda a los gobiernos elevar el nivel de cualificación y
especialización de los docentes mediante el diseño de una carrera atractiva
para los estudiantes y graduados con talento.
Este trabajo, firmado por el subdirector del
departamento de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, subraya que muchos
países se enfrentan a la escasez de profesores cualificados en áreas clave como
Matemáticas o Ciencias. «La mejora de las capacidades de los profesores a lo
largo de su carrera a través de la formación continua es la clave para que los
profesores puedan afrontar los retos de unas aulas cada vez más diversas y para
desarrollar métodos personalizados de enseñanza".
Los centros escolares deberían poder decidir
La OCDE insiste en la necesidad de dotar de mayor autonomía a los centros
escolares y destaca la figura del director en la toma de decisiones. Lo ideal
es que los directores contaran con la libertad suficiente para adaptar los
programas al alumnado, promover el trabajo en equipo entre los docentes,
supervisar su trabajo y evaluar su desarrollo profesional, además de poder
influir en la contratación de candidatos en función de las necesidades de la
escuela.
Para estos expertos, el sistema de contratación y
asignación del profesorado en España "es un claro ejemplo de cómo la
aplicación de las normas que rigen los contratos de los funcionarios arroja
resultados que no son los deseados". Así, cuestionan que se juzgue a los
candidatos a profesores en función de si aprueban la oposición pública, ya que,
en su opinión, "aprobar este examen no garantiza que se tengan las
competencias y el talento que necesita un buen profesor".
Ni se les premia, ni se les castiga
El informe recopila datos de PISA y del informe Panorama de la Educación y del
Estudio Internacional sobre Docencia y Aprendizaje de 2008 (TALIS) en el que
participó España en 2009, el cual identificaba las condiciones que propician la
enseñanza de calidad: rara vez se mencionaba a España entre ellos.
De los 23 países del estudio TALIS, España ocupaba el
tercer puesto en la categoría de aquellos países con un mayor porcentaje de
profesores que no recibían asesoramiento o mentorazgo inicial. «El porcentaje
de profesores que no contaban con esta ayuda era más del doble que la media de
los países TALIS y el porcentaje de profesores que no recibían asesoramiento
era de 2.5 veces más que la media de los países TALIS.
En España, además, la proporción de profesores que
reciben apoyo para realizar tareas de formación profesional durante su vida
laboral es bastante bajo. «El porcentaje de profesores a los que se les
sufragaban los gastos de formación era diez puntos porcentuales inferior a la
media y tan sólo un 30% de los profesores podían acogerse a programas de
formación durante las horas lectivas, en comparación con un 50% de media en los
países TALIS".
"Sólo un 5% de los profesores percibían un
complemento salarial por estar recibiendo esta formación, en comparación con un
12% de media. El porcentaje de profesores que no habían sido sometidos a ningún
tipo de evaluación en los últimos 18 meses era del 45%, más del triple de la
media de los países TALIS, y solo superado por el porcentaje de Italia. Además,
la evaluación tenía pocas probabilidades de influir en la carrera profesional
del profesorado».
La probabilidad de que se despida o se reduzca el
sueldo a un profesor español por incumplir reiteradamente con sus tareas es
inferior a la media de países estudiados por la OCDE, así como la opción de que
los docentes reciban recompensas financieras o de otro tipo por incluir
innovaciones o mejoras en la calidad de su enseñanza.
En comparación con los países que obtuvieron una mejor
nota en el informe PISA, los motivos por los que los profesores españoles
podían percibir un complemento salarial eran relativamente pocos, y no tenían
mucho que ver con su rendimiento o con el hecho de realizar tareas adicionales.
No es así en otros países, como Finlandia y Holanda,
donde se premia el rendimiento docente excelente, realizar actividades de
desarrollo profesional, impartir más clases o más horas lectivas de las
requeridas por el contrato a tiempo completo o tareas especiales como orientar
a los alumnos en cuanto a la carrera profesional u otro tipo de asesoramiento,
desarrollar actividades extra curriculares y enseñar a alumnos con necesidades
educativas especiales. «En España no se premia a los profesores por realizar
ninguna de estas tareas, salvo la de realizar actividades de desarrollo
profesional para obtener sexenios en algunas autonomías».
El sueldo no es el problema
«El único indicador en el que España obtenía una buena nota era el de lograr
que la docencia fuese una profesión atractiva desde el punto de vista de la
remuneración salarial. Los profesores con 15 años de experiencia ganaban un 26%
más que los trabajadores a tiempo completo de entre 25 y 64 años con educación
superior. Los profesores de los otros 18 países de la OCDE para los que había
datos disponibles ganaban menos, desde un 3% menos en Alemania a un 50% menos
en la República Checa (media de los países de la OCDE: 21% menos)".
Los estándares salariales de los docentes españoles
son bastante generosos en comparación con los estándares de la OCDE. Sin
embargo, "no hay una estructura a lo largo de la carrera profesional que
permita a los profesores ir progresando a través de las distintas etapas de su
carrera a medida que van adquiriendo nuevas competencias, ya sea en materia de
enseñanza o de gestión y liderazgo. Sin embargo, las escalas salariales son
inusualmente planas, sobre todo en el caso del profesorado de enseñanza
primaria, y los incentivos financieros para la mejora o el progreso en la
carrera docente son escasos".
Además, los incrementos de sueldo son automáticos y no
hay recompensas en el caso de que se logren buenos resultados o se mejoren los
anteriores. La OCDE no sugiere que se reduzcan los niveles salariales, sino que
se proporcionen incentivos para lo que se podrían utilizar tests homologados
para partir de una base que permita conceder tales recompensas.
Plaza inamovible, pero también alienante
A ello se une que las oportunidades de ascenso son bastante limitadas, las
recompensas para aquellos que van progresando en su carrera son muy modestas y
no compensan el trabajo adicional y la asunción de nuevas responsabilidades, lo
que se convierte en argumento para no participar en cursos de formación
continua, salvo que dé opciones a los interinos para acceder a una plaza fija.
Así, hay profesores en el sistema de educación pública
que no hayan realizado ningún curso de este tipo en los 20 ó 30 años
transcurridos desde que concluyeron su formación inicial. Además, está
prohibido que los funcionarios realicen trabajos en el sector privado, con lo
que los profesores del ámbito de la formación profesional no no pueden volver a
ejercer su profesión, ni siquiera temporalmente, para actualizar sus
competencias y su conocimiento de la materia.
Además, en cuanto un profesor obtiene una plaza fija
puede, si lo desea, solicitar un cambio de centro. En esta situación también se
aplica el sistema de puntos en favor de los profesores más veteranos. En los
colegios públicos un profesor con menos experiencia y que ya esté ocupando la
plaza tendría que abandonarla si la ha solicitado un colega con más
experiencia, al margen de las preferencias del director del centro.
Así, los profesores con más antigüedad y experiencia,
pero probablemente también los más desfasados con respecto a la profesión,
están en los centros más solicitados y deseados, haciendo que los profesores
más jóvenes y con menos experiencia acaben en zonas más pequeñas, rurales y
remotas y menos solicitadas y deseadas.
A su vez, esta situación puede desembocar en un desequilibrio
del perfil de edad de los profesores en los centros públicos. Las escuelas en
ubicaciones más deseables, como las grandes ciudades, suelen tener pocos
profesores jóvenes, si es que tienen alguno, que aporten nuevas ideas y
metodologías modernas de enseñanza para compartir con el personal más veterano,
mientras que los profesores jóvenes y con menos experiencia en otras escuelas
cuentan con menos colegas veteranos que les puedan ayudar a entrar en la
profesión.
En los centros públicos los profesores con más
antigüedad también son los que tienen prioridad a la hora de elegir las clases
que van a impartir. «Sin embargo, las credenciales y los años de experiencia
han demostrado ser un pobre indicador de la eficacia del profesorado. La
remuneración y otras políticas que pretendan fomentar que las personas con más
talento se dediquen a la enseñanza no suelen dar resultado si a los mejores
candidatos les resulta difícil obtener una plaza.
Los mejores candidatos, es decir, aquellos que tienen
buenas perspectivas de encontrar un empleo al margen de la enseñanza, puede que
no estén dispuestos a esperar largas colas o a tener que soportar un largo
proceso de nombramientos para ocupar plazas a corto plazo en escuelas
problemáticas.
Más aptitudes y menos años de experiencia
"Una medida que puede contribuir a reducir el riesgo de que se asigne de
manera desproporcionada a los profesores más jóvenes a las escuelas más
difíciles es reducir el peso que se da a la experiencia a la hora de
seleccionar a los candidatos", reza el trabajo. "Se debería reformar
el sistema de contratación del profesorado para poder contratar a más
estudiantes en prácticas de entre los licenciados con mejores expedientes y
aplicar una serie de filtros que tengan en cuenta las características
personales del candidato", recomiendan los expertos.
Los profesores parecen estar satisfechos con su
condición de funcionarios, pero dicha condición conlleva una gran cantidad de
problemas. "Es prácticamente imposible despedir a un profesor o anticipar
su jubilación a pesar de lo que haga o de lo ineficaz que llegue a ser, lo que
dificulta la organización o reorganización de los centros".
Los autores del informe ponen el ejemplo de un caso
expuesto por un inspector al respecto de un centro de secundaria con un gran
rendimiento y que goza de gran popularidad y al que se demandaba añadir una
clase. «Esta solicitud no se podría satisfacer, ya que dicho centro atraería a
alumnos de otros menos populares y haría que esos profesores, que tienen un
puesto de por vida, se quedasen sin plaza».
Más presión y menos recursos
Además, los profesores españoles están recibiendo cada vez más presión y
mayores cargas de trabajo y se espera que hagan más con menos recursos, debido
a las difíciles circunstancias económicas y, en algunos casos, a las
reducciones de sueldo, lo que pueden minar la moral del sector y el compromiso
de los profesores.
A juicio de la OCDE, sería necesario «establecer un
estándar muy alto para poder acceder a la formación y formar únicamente a los
profesores que realmente necesitan, en vez de formar a más candidatos y otorgar
a los centros una mayor capacidad de elección», tal como hacen los países con
mejores baremos educacionales. «Los profesores eficaces son personas con gran
capacidad intelectual y para pensar, comunicar y llevar a cabo una
planificación sistemática. Es fundamental también un buen conocimiento de la
materia son más eficaces capacidad de compromiso, resistencia, perseverancia y
motivación, al igual que contar con un elevado nivel de dominio del aspecto
alfanumérico, grandes dotes de comunicación y relaciones interpersonales,
voluntad de aprender y motivación para enseñar".
«Puede que lo adecuado sea que los funcionarios de los
Gobiernos Autonómicos preparen listas con los candidatos que se vayan a asignar
y que realicen oficialmente los nombramientos, pero el director del centro, con
la ayuda del Consejo Escolar, es el que tiene que poder decidir cuál es el
mejor candidato de la lista para cubrir la plaza, porque es precisamente el
director del centro quien mejor conoce sus necesidades. Si esto no se pudiese
lograr en un futuro inmediato, se podría tomar la medida provisional de que los
directores tengan, como mínimo, el derecho de aceptar o rechazar a los
candidatos propuestos por la autoridad regional y de asignar a los candidatos a
clases específicas en función de las necesidades del centro.
Carrera docente profesional, no sólo puntos
El equipo de la OCDE también sugiere que se haga todo lo posible por crear una estructura de carrera docente profesional, crear puestos de apoyo al director para poder potenciar la gestión y el liderazgo del centro y crear un sistema de jubilación anticipada que permita a los profesores dejar la profesión antes de la edad normal de jubilación en caso de que ya no puedan desempeñar plenamente su labor por razones médicas o de otro tipo y ceder el puesto a otros docentes que sí estén capacitados.
El equipo de la OCDE también sugiere que se haga todo lo posible por crear una estructura de carrera docente profesional, crear puestos de apoyo al director para poder potenciar la gestión y el liderazgo del centro y crear un sistema de jubilación anticipada que permita a los profesores dejar la profesión antes de la edad normal de jubilación en caso de que ya no puedan desempeñar plenamente su labor por razones médicas o de otro tipo y ceder el puesto a otros docentes que sí estén capacitados.
Finalmente, el equipo de la OCDE "no entiende el
motivo por el que se permite a los profesores estar menos horas que las que les
corresponde por contrato bien en el centro, bien de guardia por si tienen que
cubrir alguna contingencia. «Los altos cargos de la Consejería de Educación no
fueron capaces de argumentar esta práctica, que seguramente dificulta en gran medida
el trabajo de los directores y de los gestores a la hora de organizar reuniones
de personal, formación continua y actividades de aprendizaje con otros centros
(...). Los profesores deberían pasar el total de su horario laboral semanal en
los centros escolares o de guardia para poder acudir a reuniones de personal o
cursos de formación continua".
2 comentarios:
Este informe dice lo que llevo tiempo observando. Me parece que da en el clavo del verdadero problema
Hay algo que me sorprende del estudio y es que todas las tintas las cargas sobre el profesorado ¿El que el sistema es una maravilla?
Sus críticas no están exentas de razón, todo es cuestionable, pero el sistema de enseñanza en España hace 20 años tenía buena prensa. Preparaba bien a los futuros profesionales, la educación prácticamente gratuita en todos sus tramos.
Hace años leí en Le Monde Diplomatique un artículo en el que se denunciaba el interés que estaba suscitando la enseñanza en los grandes foros del capital tipo G-7 entonces, OCDE y otros. Con la apariencia de la necesidad de reformar una enseñanza que necesitaba adaptarse a los nuevos tiempos y la escusa de hacer la enseñanza obligatoria hasta los dieciséis, echaron por tierra los sistemas vigentes que en casi todos los casos eran mejor que los actuales. Poco a poco, disfrazados de progreso, se ha ido reventando la educación pública.
El profesor es para el poder un estorbo, porque impide que el Estado controle directamente al alumno y procura que el alumno crezca en todos los sentidos. Para un Estado dominado por las grandes empresas es un problema tener una futura masa crítica. En una democracia verdadera es lo deseable.
¿Pero que es la OCDE? Es la organización europea para el desarrollo económico. La OCDE está dirigida por la Comisión Europea y representantes de los países que la integran. Actualmente, la OCDE "se ha constituido en uno de los foros mundiales más influyentes, en el que se analizan y se establecen orientaciones sobre temas de relevancia internacional como economía, educación y medioambiente". "El principal requisito para ser país miembro de la OCDE es liberalizar progresivamente los movimientos de capitales y de servicios" Según la Wikipedia ¿Se puede ser más explícito?
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