Un mes después del desastre del barco
Costa Concordia, otro crucero de la misma compañía queda a la deriva en alta
mar durante tres días. Durante ese tiempo serían los helicópteros los que les
proporcionarían la comida, mientras que la compañía preparaba el regreso y
ofrecía a los afectados jugosas indemnizaciones. Hablaban los afectados de
condiciones muy duras: tres días sin ducharse, sin aire acondicionado y
comiendo bocadillos.
¿Alguna vez han imaginado cómo es el
pasaje en una patera? ¿Alguna vez se han puesto en el lugar de alguien que ve
morir diariamente a sus hijos? Cuando empecemos a ponernos en el lugar del otro
el mundo empezará a cambiar. Mientras tanto, sólo nos queda la indiferencia.
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