Si no trabajo, y este cada vez se
resiste más, es culpa mía. Si trabajo, y el sueldo se multiplica por menos es
culpa mía. Si el nivel de la educación tan solo araña un ligero aprobado, es
culpa mía. Si hay que recortar en la sanidad porque dicen que usamos el alcohol
para lo que no debemos, es culpa mía. Si el vecino de al lado le pega a la
mujer, es culpa mía. Si la cultura huye enrabietada por las alcantarillas del
país, es culpa mía.
Si la basura televisiva ya alcanzó el rango de plato de
cada día, es culpa mía. Si el dinero de todos es cada vez menos de todos y más
de unos pocos, es culpa mía. Si hoy la Bolsa se levanta con fiebre, es culpa
mía. Si el ladrón oficial no tiene culpa por llevarse lo que es mío, es culpa
mía. Si la reforma laboral me coloca la soga al cuello, es culpa mía. Si este
invierno es un invierno seco porque las nubes se declararon en huelga general,
es culpa mía. Si de unas buenas noches a unos buenos días, de pronto,
desaparecieron mis derechos, es culpa mía. Asumida mi culpa, me confieso
culpable de todos los males que nos rodean. El sistema no tiene culpa. Es
inocente. La culpa ees mía. Toda mía. Soy yo. Que no entiendo. Que no sé.
Publicado en XL Semanal
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