NOTA
INFORMATIVA PARA TODOS LOS FUNCIONARIOS ESPAÑOLES
Me llamo María Jesús Fernández y soy
funcionaria de la Agencia Tributaria. Mi marido también es funcionario y está
destinado en el B.O.E..
El día 9 de diciembre pasado, a mi
marido le dio un infarto cuando se encontraba en casa con nuestras hijas de 16
y 14 años. Yo me había ido a trabajar.
La mayor, cuando su padre dijo que se
encontraba muy mal y que le dolía mucho el pecho y el hombro y brazo izquierdos,
llamó al 112.
No tardaron ni cinco minutos en llegar a
casa y gracias a la premura e inmejorable actuación de los Servicios de
Urgencia, mi marido hoy está vivo. Fue trasladado de inmediato al Hospital
Gregorio Marañón y no le ha quedado ninguna secuela importante.
Como su sociedad era ASISA, en el mismo
hospital me informaron que tenía que comunicarlo tanto a ASISA como a MUFACE,
lo que hice con la máxima diligencia, el mismo día que le dio el infarto.
Yo me imaginaba que presentando con la
solicitud de ASISA, los informes médicos, sería más que suficiente para dejar
este asunto terminado, dada la gravedad del diagnóstico médico.
A criterio de cualquier persona con un
mínimo de sensatez, la entidad ASISA, debía haber dado el visto bueno a nuestra
solicitud, pero contestaron por carta diciendo que no se hacían cargo de los
gastos porque NO SE TRATA DE UNA URGENCIA VITAL.
La factura del hospital asciende a
7.444,00 euros (lo que muchos de nosotros cobramos en 5 ó 6 meses).
Por supuesto presentamos una reclamación
ante la Comisión Mixta Provincial de MUFACE. Pero aquí tampoco nos han dado la
razón, dicen que no se han utilizado los medios concertados, es decir, que mi
hija en vez de llamar al 112, debía haber llamado a ASISA.
¡UN INFARTO DE MIOCARDIO ¡
Dicen que no es una urgencia. Como si se
tratase de una gripe.
No podemos entender cómo se pretende que
una niña de 16 años, en un momento de angustia, tenga que pensar en cuestiones
burocráticas, en vez de llamar donde primero se le ocurra para pedir ayuda.
Ahora tenemos que recurrir en ALZADA,
ante el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas o incluso ir al
Contencioso.
¿No os parece de locos?, tener que
llegar a un Contencioso, con el agravio económico que esto supone, para
defender que una niña de 16 años llamó al 112 para salvar la vida de su padre.
Me
dirijo a todos vosotros para que toméis conciencia de lo indefensos que estamos
los funcionarios ante una situación de necesidad. Pienso que MUFACE, como
Mutualidad de los Funcionarios, debía defender los derechos de sus mutualistas
y NO ponerse de acuerdo con ASISA para decidir que la factura la tiene que
pagar el funcionario.
Me parece oportuno que tengáis
conocimiento de que además de los recortes y congelaciones de salarios, los
funcionarios podemos tener otros problemas más serios en situaciones de
necesidad.
Añado
que de no resolverse este problema a nuestro favor, la única beneficiada sería
ASISA porque quedaría eximida del pago de la factura.
Por todo esto, ruego deis la máxima
publicidad a esta carta y funcionen los correos electrónicos en defensa de todo
el colectivo de trabajadores de la Administración Pública.
Muchas gracias por vuestra colaboración.
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