LA FARSA
Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa,
el decorado roto, la peluca mal
puesta,
palabras de cartón y pantomima.
Son malos siglos para la justicia.
No existe majestad en la casa del
rey.
Nadie busque su voto
en la tribuna de los parlamentos.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul,
los barcos equivocan la cuenta de
sus olas.
Como el dinero es negro,
la moneda menguante de la luna
ha pagado el recibo de los trajes
nocturnos.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio,
no descansan en paz los
perseguidos,
el ladrón y el avaro se reúnen
y la ley no responde a la pregunta
de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos
naufragan con sus nombres en la
cola del paro.
Los vivos han perdido la memoria
y los muertos no tienen donde
caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña
una constitución en la que
refugiarse.
Los periódicos piden
una buena noticia que llevarse a la
boca.
El poeta no encuentra
las palabras que quiere para decir
verdad,
reparación, justicia,
porque son malos tiempos,
porque los tribunales
se han sentado a cenar en la mesa
del rico.
Vengan aquí y observen,
es el tinglado de la nueva farsa,
la toga sucia y el culpable limpio.
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