La gran noticia del fin de semana (31 de marzo y 1 de abril 2012) ha sido
dada en el fútbol, y sin embargo ha pasado desapercibida para muchos.
Participaron nada menos que 20 ligas europeas de fútbol y más de 300 clubes
profesionales. Era pues, una noticia de
alcance internacional, y no sólo nacional. Pero no era fútbol en sí.
La noticia tampoco podía ser la
salida por los cerros de Úbeda de un entrenador, ni una jugada concreta, ni siquiera
la bandera del Madrid que unos energúmenos quisieron arrebatarle a un niño en el estadio. De esto
se habló mucho y se hicieron amplio eco las tertulias de radio y televisión. De
la noticia de que hablo, casi nada y casi nadie.
Raúl ha tenido mucho que ver con la noticia, pero también los otros
futbolistas españoles, y también los europeos, y todos los que militan en el fútbol
europeo y su entorno.
“Juntos podemos salvar vidas”. Ese
era y es el partido que había que jugar.
En el campo y en la grada, en la televisión y en casa. Juntos y
solidarios para salvar vidas. Como
diría Raúl “nadie mejor que yo
sabe lo importante que es tener el estadio de tu parte para ganar un
partido”. Es que había que ganarlo sí o
sí.
¿De qué partido hablamos? De un
partido, que oficialmente comenzó el 28 de febrero 2012 en Bruselas, donde se
reunieron la Comisaria de la Unión Europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina
Georgieva, con Embajador de buena voluntad de la FAO, el famoso futbolista Raúl
González Blanco, y otros miembros del equipo de campaña: el Presidente de la
AELPF y de la English League, Sir David Richards, el Presidente de la
Liga Española, José Luis Astiazarán, y el Presidente de la Fundación y Miembro
del Consejo de la Bundesliga alemana, Tom Bender. Un partido “urgente” y
conjunto de los futbolistas profesionales de las Ligas Profesionales de Fútbol
(AELPF), la Comisión Europea y la Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura(FAO). Exactamente un partido contra el hambre. Un
partido para ayudar a las víctimas del hambre.
¿De dónde? «Es necesario emprender una acción urgente en el Sahel, donde
millones de personas padecen hambre». El Presidente de la AELP, Sir David
Richards, ha declarado que «el fútbol europeo quiere contribuir a aliviar la
difícil situación de las personas que padecen hambre en crisis como la del Sahel».
El Sahel es conocido como el "cinturón del hambre". Es esa
franja, que recorre África de este a oeste, y da cobijo a las regiones más
pobres del mundo (Mauritania, Mali, Níger, Chad, Sudan, y las ya conocidas del
cuerno de África). En árabe Sahel significa "borde" o "costa". Son el borde del
desierto del Sáhara. Es la frontera que separa a sus inmensos nueve millones de kilómetros cuadrados de
arenas y pedregales, de tierras áridas salpicadas por oasis, de las selvas del
África tropical. Es una región fronteriza y como todas las regiones fronterizas
dura y peligrosa. Las tasas de desarrollo, educación y nivel de vida
están entre las más bajas del mundo. La desertización avanza como consecuencia
del cambio climático y los sectores agrícola y ganadero son cada vez más
insostenibles. Los tratamientos nutricionales buscan solucionar el problema del
hambre, y dar solución al verdadero
origen de la crisis que está en la
pobreza estructural. Allí, cerca de 12 millones de personas están al borde de
la hambruna.
El partido no puede ser únicamente de los futbolistas, sino de todos.
"La gente del Sahel necesita ayuda urgente. Esta campaña busca el apoyo
del público ante las emergencias alimentarias, y nadie mejor que yo sabe lo
importante que es tener el estadio de tu parte para ganar un partido",
dijo Raúl González, Embajador de buena voluntad de la FAO.
La Comisaria Georgieva había declarado que «la Comisión Europea se ha
comprometido a dar una respuesta inmediata y necesaria para evitar una crisis
alimentaria devastadora que podría afectar a cerca de 12 millones de personas
en la región del Sahel. Nuestra alianza con el deporte más popular del mundo y
con un socio de confianza como la FAO, servirá para imprimir urgencia al
socorro para salvar vidas, y pondrá de relieve nuestro esfuerzo por formar
parte de la solución».
El fútbol no es sólo un deporte de masas, que lo es; a veces, como ahora,
es un escaparate de lo que sucede en el mundo y que nos afecta a todos. Los
futbolistas nos lanzan un reto: no podemos quedar indiferentes. No podemos
salir de los estadios, o apagar la tele
y abrir la nevera sin pensar que millones de personas en Sahel no tienen
ni frigorífico, ni alimentos, ni agua siquiera. Somos coetáneos de ellos,
conciudadanos de un mundo redondo, que por haber nacido en un país privilegiado
no podemos ser insensibles a su necesidad y sus padecimientos.
Yo no soy futbolista, sino un simple ser humano en una esquina del campo que
está comentando la jugada y que sin hacer catastrofismo ni demagogia quisiera
prolongar el mensaje central de esa jornada: “Juntos podemos salvar vidas”
en Sahel. Es posible que usted, o
alguien que lea esto tenga la suficiente sensibilidad o la capacidad, o el
poder de hacer algo y modificar esta situación. Sería positivo por lo menos
para alguna familia, o para que algún niño, como el suyo, no perezca de hambre,
o de una de las muchas enfermedades que la desnutrición provoca. El partido no
ha terminado. Hay que meter goles por la escuadra imponente del hambre.
He podido ver en alguna guía, “especialidades gastronómicas para la Semana
Santa”. Sin ánimo de juzgar lo que otros hagan, pienso que tal vez la Semana
Santa, puede ser un tiempo propicio para pensar y ser solidarios. El hambre que
mata en Sahel no sale en las procesiones, pero puede entrar en las conciencias.
El Cristo de la Buena Muerte tal vez tenga el rostro parecido a algún
agonizante de Sahel. Y María de la esperanza, posiblemente tenga las entrañas
dolorosas de alguna madre que allí acaba
de perder a su hijo. El que pueda hacer algo sabrá cómo hacerlo llegar a Sahel.
¡Gracias a los futbolistas! ¡Son gente con corazón! A veces dan lecciones,
porque como decía el Dalai Lama: “una persona rica no es quien tiene más sino quien necesita menos”.
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