Entre los problemas que arrastra la
universidad española, uno de los más graves es la endogamia, pues el sistema de
acceso consiste en una oposición con el perfil del enchufado de turno y el
tribunal amañado ¿Cuántas veces lo hemos visto? Con una autonomía tal respecto
a la administración, que nadie le pide cuentas el caso de creación de
titulaciones por intereses del rector o allegados y no por necesidades reales.
Con rencillas internas entre grupos rivales de profesores por hacer carrera y
acoso a aquellos que no entran en el juego.
La universidad es uno de los
resortes de las élites y por ello es intocable. La última jugarreta ha sido el
plan Bolonia. Transformar en master los últimos años de carrera, o los doctorados,
es una privatización no muy encubierta, por cierto. Es un tremendo gol que
todos nos hemos dejado meter, porque es un escalón menos en la posibilidad de
ascender en la escala social, es decir una pérdida de la igualdad de
oportunidades propia de una sociedad democrática. Otra más. Si se trata de
homologarnos con la unión Europa, habrá que pensar que está pasando en la unión
Europea.
http://acpu-aragon.blogspot.com.es/
Se compra, se venden
Pero a los profesores de Universidad que
les importa. Ellos sacan su dinerito con los cursos de los masters y no quieren
ver más allá. Luego nos hablan de campus de excelencia y chorradas similares,
mientras en Sevilla dan cuatro días a la semana de clase. Dicen los profesores
que es para que los alumnos tengan más tiempo para estudiar, mientras se cogen
el viernes de vacaciones. En cierto modo, lo que se pretende es corromper
mediante prebendas a todos los implicados. Para que el alumno sea copartícipe
se le calla la boca con medidas como aquella que propuso la Hispalense por la
cual el profesor que sorprendiera a un "estudiante"copiando no tenía
autoridad para suspenderle. Habría de ser juzgado por un tribunal. Esta
burocratización, esta falsa democratización de la enseñanza, al igual que en la
secundaria, tiene como propósito torpedear la acción del profesorado, que es lo
único que se interpone entre la autoridad del Estado, ahora privatizado, y el
alumno; es un bastión de resistencia ante el avance del pensamiento único, pues
el profesor, como profesional de la enseñanza, trata de que el alumno se
desarrolle y aprenda, que crezca como persona, en tanto que el Estado no
democrático alecciona y dirige en una búsqueda de la alienación del ciudadano
con sus tesis. Un ejemplo de esto lo tenemos en los frecuentes casos de corrupción
de las cátedras de economía de universidades estadounidenses, tal como muestra
el documental inside job, buscando la comunión de los futuros profesionales con
las tesis neoliberales.
También con el abuso de las nuevas
tecnologías, se busca establecer un puente alumno-Estado que permita una
relación directa, puenteando al profesor, mediante una enseñanza prefabricada y
diseñada desde el poder.
Otro de los cambios que en estos últimos
años se han venido dando en cuanto a privatización de la universidad, es el
poder cada vez mayor de las grandes empresas en la misma. Las becas que
conceden los bancos son préstamos que vinculan al estudiante, futuro
profesional, con los mismos, quedando en una situación de dependencia respecto
a aquellos muy distinta del antiguo Estado democrático, que financiando la
enseñanza del ciudadano a lo largo de su vida, no le exigía nada más que
responsabilidad en sus estudios ¡Para algo pagamos impuestos!
Debería alarmarnos el desarrollo de esta
metástasis, esta injerencia en la administración del Estado democrático de la
empresa privada, en la universidad como en el resto de los organismos públicos.
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