UNO SE LEVANTA. BERNABÉ NAHARRO
YA ESTOY CABREADO
Uno se levanta como cualquier
otro día y, mientras se toma el café en el salón, escucha en televisión toda la
trama de los niños robados. Lejos de limitarse a la época del franquismo, el
tema se extiende al menos hasta los años ochenta. El perfil de las madres
afectadas se ciñe a unos mismos tipos (solteras, republicanas, baja situación
económica...). Pero lo que me resulta más indignante es que el móvil, además de
económico, es principalmente ideológico, que determinados médicos, curas y
monjas se creyeron en posesión del derecho a decidir con quién podía criarse un
niño y quién no.
Y ya estoy cabreado para el resto de la mañana.
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