CUANDO LOS NIÑOS PREGUNTAN: DIÁLOGO
-H. Mamá, y digo yo, ¿No es tu vientre y el de todas
las mamás el lugar más cálido del mundo?
-M. ¡Pues claro hijo!
-H. ¡Ya! Entonces ¿por qué me decías, cuando iba a
tener a mi hermano: “aún falta mucho” para que le puedas ver?
-M- Porque era verdad. Tu hermano necesitaba tiempo
para ir formándose, y estar precioso, como tú cuando naciste.
-H. Y además de cálido tu vientre ¿siempre es un lugar
seguro?
-M- Por supuestocariño, el seno materno no sólo tiene
todo el calor de mamá, sino que es el lugar más seguro del mundo. ¿Por qué lo
dices?
-H. Es que en el cole han dicho, cuando pasaba una
chica que esta gorda, que el niño que iba a tener estaba en peligro.
-M. Phu, Phu,
Puede que sea verdad, yo no lo sé.
-H. Un chico dijo que ella iba abortar. ¿Y qué es
abortar?
-M. Pues que asaltan ese lugar tan seguro en que está
el hijo y lo destrozan y lo sacan, pero muerto. Es una operación para
desalojarle de su casita para siempre.
-H. Pero el niño vive en su mamá como yo
vivo aquí en mi casa, sin que yo sea mi
casa, es de la madre pero no es la madre. Tendría que estar seguro. Deberían protegerle y cuidarle, ¿por
qué lo tienen que matar?
-M. ¡Nadie debería hacerlo! Es la mayor injusticia,
pero alguna mamá lo solicita.
-H. Mamá no lo entiendo. ¿Cómo puede solicitar una
mamá que maten a su hijo cuando está ahí
en la barriga?
-M. Cariño, tampoco yo lo entiendo. ¡No me cabe en la
cabeza! Pero algunos han hecho una ley que lo permite.
-H. ¿Y a mi hermano y a mi pudieron también hacernos
eso?
-M. Nunca,
hijo. Para eso estábamos papá y yo, para que nadie pudiera haceros ningún daño.
Tu sabes que os queremos con locura.
-H. ¿Y con el cariño se puede defender a un niño para
que pueda nacer?
-M. Es lo único que puede defender a un niño y a un adulto. Si falta eso todo
van a ser amenazas y miedos, como en las películas de terror.
-H. ¿Y tú nunca tuviste miedo, mami?
-M. Pues la verdad es que sí, porque no sabía qué
hacer para que estuvierais tranquilos, para que no os pasara nada y vinierais
bien y, hasta que no pasó todo y os tuve en mis brazos primero a ti, luego a
él, sí que tenía miedo. Pero el miedo se disipó y también el dolor. Y fue tanta
la alegría cuando os tuve en brazos, que se me quitaron todos los miedos y
todas las angustias, y me hicisteis la mujer más feliz y también la más
valiente.
-H. ¿Pero es posible que una mamá pueda hacerle mal a
su hijo?
-M. Nadie sabe lo que puede o no puede hacer, hasta
que lo hace.
-H. ¿A que tú no lo harías?
-M. Es que yo no solo te he dado la vida, sino que mil
vidas que tu viera las daría para que vivieras, si estuvieras en peligro.
H. Gracias mami. Lo sabía. Les dije a los niños que mi madre nunca haría
eso. Por eso te quiero mami. Gracias por
darme la vida. Y también a papá. (Se abrazaron).
-M. Gracias a Dios, cariño. Es Él quien da la vida.
Nos la dio a papá y a mí. Luego nos ha
dado a ti y a tu hermano. ¡Es el mayor
regalo! ¡Y la mayor felicidad! ¡No hay nada comparable!
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