EL
PELOTAZO
A veces no nos queda otro remedio que opinar sobre
fallos judiciales tan escandalosos como absurdos, tan contrarios al sentido
común como el que ha salido de la Audiencia Provincial en el caso La Parrada
A menudo se nos critica a los periodistas nuestra
tendencia a ejercer más de jueces que de testigos, de fiscales más que de
taquígrafos, que convertimos las columnas de opinión en tribunales paralelos,
con la tremenda osadía de que ni hemos estudiado Derecho ni aprobamos unas
oposiciones a la judicatura.
Pero a veces no nos queda otro remedio que opinar
sobre fallos judiciales tan escandalosos como absurdos, tan contrarios al
sentido común como el que esta semana ha salido de la sección octava de la
Audiencia provincial de Málaga. Allí se ha juzgado el caso La Parrada, uno de
los mayores pelotazos urbanísticos registrados en la Costa del Sol, y a la
mayoría de los que hemos leído la sentencia se nos ha quedado cara de tontos de
solemnidad. La misma que deben tener en la Fiscalía y la Policía, cuya
investigación ha quedado en ridículo.
En el escrito se declara que quedaron probados los
siguientes hechos: 1. Que un empresario finlandés se dedicó a comprar y agrupar
fincas en Manilva entre 2002 y 2003, invirtiendo en torno a ocho millones de
euros en ellas. 2. Que su objetivo era revenderlas en breve espacio de tiempo
para obtener importantes plusvalías, por lo que tenía que incrementar su
edificabilidad para hacerlas atractivas. 3. Que para ello se asoció a finales
de abril de 2004 con un empresario local del que no se señala más mérito que
ser el cuñado del entonces alcalde, el independiente y ex gilista Pedro Tirado.
4. Que apenas tres meses después, el alcalde les firma un convenio urbanístico
por el que se pasa de 10 a 18 viviendas por hectárea, lo que viene a suponer
mil viviendas más que las originalmente permitidas. 5. Que el alcalde, su
cuñado y el empresario finlandés se alojaron juntos en septiembre en el poco
discreto y muy lujoso Hotel Palace de Madrid, para ver un partido de fútbol de
Champions en un palco del Bernabéu. No consta que el político pagara un euro de
su bolsillo, sí que el hotel lo abonó la sociedad beneficiaria del convenio
urbanístico. 6. Que en octubre y diciembre de ese año el empresario vendió los
terrenos por casi 118 millones de euros, multiplicando por catorce su
inversión. Eso es visión para los negocios. 7. Que el cuñado del alcalde se
llevó 2,1 millones de euros de comisión por la venta. 8. Que en octubre del año
siguiente la Policía registró la casa del alcalde y encontró allí 760.000
euros, bien guardados en fajos de billetes de 500, y que Tirado no ha querido o
podido justificar su procedencia durante el juicio, más allá de que se trataba
de donaciones anónimas para su pequeño partido.
La conclusión de todos estos hechos es que el ex
alcalde ha recibido una condena mínima e irrisoria, una multa de 12.000 euros y
el decomiso del dinero negro encontrado, condena que por otra parte
posiblemente tumbará el Supremo porque el tribunal admite que
"deduce" la procedencia ilícita del dinero, aunque a la vez no es
capaz de deducir una relación con el pelotazo anteriormente mencionado. Unos
indicios valen y otros no. Los otros dos acusados, el empresario finlandés y el
cuñado del regidor, han sido absueltos, porque el convenio, pelotazo o no, era
legal. Y no ha quedado demostrado que "presionaran" al alcalde para
que lo aprobara. Tampoco ha quedado demostrado que en el palco del Bernabéu se
hablara de otra cosa que no fuera de fútbol.
Se trata sin duda de un fallo ejemplarizante, que
sirve de escarmiento a todos aquellos que teníamos fe en que algún día la
justicia castigará los comportamientos inmorales, los pelotazos facilones que
han despojado de valor gran parte del territorio de la Costa del Sol. Una
sentencia que da pie a que los corruptos se sigan viendo impunes, y que además
parece un mal chiste por demagógica, puesto que el tribunal aparenta rasgarse
las vestiduras ante los comportamientos denunciados pero luego no los castiga. Tras
absolver a los acusados de cualquier ilegalidad en el pelotazo urbanístico, el
fallo señala que "ello a pesar de que existe el clamor popular que todos
percibimos, y por supuesto también los componentes de esta Sala que estamos en
contacto con la realidad social, que para la materialización de muchos
proyectos urbanísticos se viene considerando como algo normal que los
empresarios o promotores deban abonar determinadas cantidades dinerarias a los
responsables de los consistorios municipales, pues en el caso de que no lo
hagan quedarán excluidos de desarrollar cualquier actividad empresarial en el
municipio". Excusatio non petita…
PUBLICADO EN MÁLAGA HOY
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