¿POR QUÉ ME INCLINO POR EL VOTO EN BLANCO? JUAN MANUEL LEIVA CARO

¿POR QUÉ ME INCLINO POR EL VOTO EN BLANCO... a pesar de que el voto en blanco favorece a los partidos mayoritarios, al bipartidismo, frente a las minorías?..

Tiene este pequeño problema porque se considera un voto válido. ES UN VOTO VÁLIDO. Si bien, ante las diferentes formas de eludir este nefasto sistema representativo de partidos, es bueno tanto el voto nulo, como el votar a un partido que deja el escaño vacío, como un partido de democracia participativa (no representativa), aunque no tanto la abstención, porque participar en las elecciones, y no solo en las elecciones, si no en las decisiones políticas de nuestro país es un derecho y una responsabilidad que todos hemos de asumir y hacerlo en consciencia y por los demás.

Si me inclino por el voto en blanco es por que tiene una única interpretación y puede ser seña inequívoca de identidad, manifiesta en la voluntad de la sociedad de prescindir la clase política, frente a las diferentes interpretaciones (más de una) que pueden proporcionar la abstención o el voto nulo y a la que se aferran los políticos como lapas para justificarse. También votaría a cualquiera de los partidos que dejan el escaño vacío, pero hay que encontrar la papeleta, y ante esa posible falta, es más sencillo dejar el sobre vacío. El voto en blanco, el único problema que ocasiona es que pone dificultades a los partidos minoritarios para conseguir el mínimo necesario para que se les tenga en cuenta, pero eso es inconveniente para los partidos minoritarios, no para los objetivos del voto en blanco, pues el voto en blanco lo que quiere es que desaparezca todo tipo de representación social mediante partidos políticos, y las minorías, en último extremo se pueden sumar a esta propuesta de combatir eficientemente el bipartidismo (oligarquía bicéfala), que ahora es nuestro más grave problema, de todos, incluso de los que votan el bipartidismo, y que no hay otra forma de combatir en la urnas más que con coaliciones de este tipo.

Y cuando esto se consiga, las voluntades o ideas en minoría van a tener su más amplia participación (que no representación) y máxima consideración y respeto por sus decisiones. Podemos pensar que con esto, lo único que va a ocurrir es que se consolide definitivamente el bipartidismo. Imaginemos que excepto los que votan a partidos representativos, los demás, incluidos los abstencionistas fuesen todos votos en blanco, posiblemente desapareciesen muchos partidos minoritarios del escenario parlamentario y los dos partidos mayoritarios gobernarían en solitario con plena comodidad, (teniendo en cuenta además que es una misma entidad que gobierna los dos partidos) sin los moscones cojoneros de los partidos minoritarios, pero ¿Cuanto tiempo más gobernarían en esas condiciones?

Cuando el voto en blanco supere el uno por cien de la población, (no exactamente del electorado) cosa que se encuentra ahora en ese punto exacto de superación, no serán pequeñas diferencias las que contrarrestarán la hegemonía de los partidos mayoritarios, de hecho la gran diferencia ya se está dando.

Se puede asociar cualquier mensaje de protesta, reivindicación o deslegitimación de las casta al voto nulo (que es el que recomendaría como segunda opción de unidad), que puede ser válido para este proceso de democracia participativa y sin perjudicar a nadie, y sobre todo sin beneficiar al bipartidismo, pero como digo, esta batalla no está en esos pequeños matices o diferencias entre partidos, pues es a los partidos en su totalidad, tal este sistema, a quien se pretende evitar, y sería un proceso muy lento, demasiado, pretender que la minorías vayan poquito a podo recortando protagonismo y hegemonía al bipartidismo, para luego no se sabe bien que otro modelo de manipulación pueda sacarse de la manga la oligarquía, que siempre será una posibilidad a su favor en tanto continuemos con este sistema representativo.

El voto en blanco es claro y contundente, directo a la raíz del problema, y además es un voto válido, reconocido, y sobre todo es un voto de conciencia, ( recordar la teoría científica del centésimo mono) y por esa razón, llegado su punto crítico, que está muy próximo, dará el vuelco al sistema. Donde decimos claramente que no deseamos a nadie que nos represente, que tenemos un sistema mejor que nos permite decidir a todos por nuestros destinos comunes, sin nadie que tenga que decidir por nosotros, y menos en clara estafa, engaño y traición.

Deslegitimar directa, especifica y netamente a la casta política, es la sustancial diferencia que aporta el voto en blanco respecto al nulo o la abstención, aunque en cualquiera de estas opciones últimas, indirectamente, también aporta la suficiente valides para deslegitimar este sistema representativo, pero necesita unos porcentajes más elevados, precisamente por sus interpretaciones más ambiguas y por qué no son votos válidos. El voto en blanco, es un voto válido, con todo su peso neto en las urnas, y supone deslegitimarles con sus propias reglas del juego. Mandará igual, o quizás más cómodamente un gobierno bipartidista (la oligarquía bicéfala) pero es un gobierno claramente deslegitimado, desde las urnas, con sus propias reglas del juego, y será justo lo que necesitamos como transición hacia una democracia plenamente participativa. No puede haber vacío de poder mientras se prepara el sistema, pero tiene que haber el respaldo representativo suficiente en las urnas para que se haga.

Comentario de María:

Por mucho que insistas no me convences y espero que no lo hagas a nadie de l@s que han leído la entrada. El voto en blanco es la peor salida. Aunque no sea lo óptimo es preferible quedarse en casa o votar a Escaños en Blanco o poner una papeleta tachada o con un mensajito de indignación o lo que quieras, pero el voto en blanco sólo favorecería a los mayoritarios, así que lo que voy acabar pensando es que ése es tu objetivo último.

Un saludo.

Mi contestación:

Hola María, a mí tampoco me convence el voto en blanco, pero es por el que me inclino, en última instancia, por las razones que apunto. El voto que me convence es el que nos une, por eso te digo (en otro comentario), acordemos qué es lo que consideramos mejor, y votemos. Ciertamente no debería invitar a que se vote en blanco, pues una invitación objetiva sería exponer las ventajas e inconvenientes de cada opción, siempre que claramente vaya contra este sistema que nos divide, y dejar que cada cual elegida libremente y en consciencia, pero ¿Cómo hacemos para votar en unidad, frente a la unidad que nos somete? Fíjate que votar al bipartidismo o a cualquier otra opción representativa, es un voto único, es un voto de unidad, pues es votar al sistema oligárquico, ellos saben que dividiéndonos, les entregamos nuestras voluntades en unanimidad cada cuatro años para tenérnosla secuestradas durante cuatro años.

Por eso nuestro voto ha de ser contra esa unidad que nos divide, y cualquier postura de unidad por nuestra parte frente a este engaño es la válida. Para mí el voto en blanco es solo un hilo conductor más, que reúne la mejores opciones en pequeñas diferencia frente a las demás, pero solo lo creo, de lo único que estoy seguro, la única opción válida, es la que surge del sentir de la mayoría, de la sabiduría popular, ahí no me planteo siquiera que es lo mejor, y para mí es un alivio no tener que pensar qué es lo mejor, solo me dejo llevar por esa sabiduría, pues el trabajo está hecho, mi confianza en la consciencia de grupo es plena. Pero hemos de coordinar ese saber, ese sentir, debemos consolidar... O despertar esa consciencia, esa labor hay que hacerla.

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