NUESTRA ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA. JUAN MANUEL LEIVA CARO


NUESTRA ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA: VIVIR SIN DINERO
A estas altura quedan pocas posibilidad de atajar este desastre sin salir derrotados y nuestra libertades gravemente comprometidas, una crisis que no tiene la pinta de ser una crisis más, sino el principio de una debacle social sin precedentes con el único propósito final de instaurar un nuevo orden mundial totalitario, y una extraordinaria posibilidad para salir de esta situación, en nuestras manos, es, VIVIR SIN DINERO.


Y es mucho más sencillo de lo que os podáis imaginar, ya no valen otras alternativas revolucionarias, manifestaciones, ocupaciones, etc., ni siquiera otras soluciones intermedias como monedas alternativas, colectivos de trueque, bancos de tiempo, etc. Podrían ser soluciones a largo plazo, muy difícil por cierto de instaurar, generalizar su uso y coordinar en un economía global, pero ponerse a utilizar esas alternativas es como utilizar pólvora o dinamita, cuando disponemos de nuestra bomba atómica particular:

VIVIR SIN DINERO
Si hay algo que les espantaría y descolocaría más a esta élite de mafiosos y genocidas que nos gobiernan en la sombra, es que llegásemos a plantearnos una cosa así. Ellos, para adueñarse de la naciones, primero se adueñan de los bancos centrales, esos son sus verdaderas sedes de gobernación, sus órganos de poder, aunque nosotros creamos que son las naciones quienes tienen soberanía sobre estas instituciones, sin embargo esa es su estrategia y su medio de sometimiento. Y si esa es la herramienta con la que nos someten, el antídoto está claro, prescindir de ese medio que ellos nos ofrecen. No le deis mas vueltas, esa es una solución directa, efectiva y sencilla, todo lo demás, ahora, es patalear sin posibilidad alguna de liberarnos de este yugo, y todas estas acciones de resistencia, ocupación, violencia, etc., es entrar en el juego que a ellos les interesa para justificar sus represiones y hacer avanzar su plan. Este despertar que estamos viendo en la sociedad, gracias a la crisis, pero con indignada violencia, es lo que les interesa, no entremos en ese juego y procuremos una acción pasiva, silenciosa, directa a su base de sustentación, cambiando nuestra forma de vida.

Trabajar sin dinero es el fundamento de una sociedad solidaria, por el bien común, libre de parásitos y corruptos, en la cual no tienen ninguna posibilidad de afianzarse. Una sociedad que solo trabaja por el bien de los demás y no con estos trabajos, con esta actividad económica que tenemos de enfrentamiento y esclavitud, y que se utilizan especialmente para someternos, asustarnos y expandir el dolor y el sufrimiento. Eso es para lo que en su inmensa mayoría se emplea nuestro trabajo, nuestro esfuerzo, nuestro dinero en este sistema.

Planteémonos con elevadas miras esa posibilidad de vivir sin dinero, que a la postre es la única forma de convivencia posible que admite una sociedad verdaderamente evolucionada, y veréis que todo terminará de inmediato como un mal sueño.

Para entender la importancia de esta medida, es importante saber qué es el dinero y como nos esclavizan con él, y hacerlo sencillo y asequible para que todo el mundo lo pueda entender, pues es de capital importancia que todos comprendamos como funciona el dinero, ya que el conocimiento de estas cosas son precisamente las que nos hacen libres, son a las que se refieren nuestros maestros cuando dicen: -'Solo el conocimiento de la verdad nos hace libres'- y precisamente por ser sencillos principios, en este sistema vemos como se rodean de un mar de confusión, complejidad, conceptos que al final se hacen ininteligible para su mayor eficacia como elemento de esclavitud.

Por tanto es fundamental salir de la ignorancia de ciertos asunto que nos afectan muy directamente en nuestros bienestar y seguridad, y saber como se gestiona el dinero por las altas finanzas, es muy importante, puesto que gracias a la ocultación, ignorancia y las mentiras que se cuentan sobre este asunto, el dinero se erige como el mayor instrumento de esclavitud de nuestra época, y ese engaño es precisamente el poder por encima de la soberanía de las naciones. Una celebre frase de unos de los capos del sistema decía: -Dejadme el control de la emisión de la moneda y no me importa quien haga las leyes-. Por eso, es crucial para todos nosotros la comprensión cabal de este medio, comprender los entresijo y las verdaderas intenciones que hay detrás de cualquier plan económico de este sistema. Nuestros economistas, bien por intereses corporativos, bien por conveniencia particular o miedo, solo crea confusión y desinformación sobre este asunto, y algunos mas honestos no terminan de llegar al meollo de la cuestión, o no lo hacen lo suficiente asequible para el común de la gente, y así lo que es evidente y sencillo nunca sale a la luz. De modo que este medio de intercambio que invade nuestras vidas como instrumento vital de nuestro medio de subsistencia, también lo es como medio de engaño, temor y sometimiento, y solo su conocimiento claro y sencillo, de como funciona, puede hacer que se diluya como instrumento de esclavitud.

Tratamos el dinero como si fuera fuente de riqueza, y da la sensación qué solucionaría todos los problemas de la humanidad si se produjera ilimitadamente. Pero el dinero es tan solo una expresión numérica de nuestro trabajo, de nuestros bienes de consumo puestos a la venta, básicamente un elemento o vehículo de confianza para intercambiar bienes de consumo y servicios. La razón fundamental por la que se necesita, es por el temor y la desconfianza entre nosotros, por tanto el dinero es solo una garantía de que los demás nos van a corresponder en la misma medida o proporción que nosotros aportamos, pero no tiene valor en si mismo, solo es la garantía de que vamos a percibir en correspondencia a lo que hemos aportado.

Esperamos la recompensa inmediata, directa de nuestro trabajo, y no confiamos en qué si contribuimos a crear un clima de abundancia, desinteresado, impersonal, inevitablemente pronto o tarde recibiremos de esa misma abundancia. La cosa es, que ese temor a no ser retribuidos directamente, personalmente, inmediatamente, “justamente” por nuestro esfuerzo, consigue el resultado contrario, puesto qué con él se consigue que suframos todo aquello que tememos, y el precio de esa pretendida justa retribución, el precio de ese miedo y desconfianza entre nosotros, es esclavitud. Nuestro trabajo no solo está miserablemente retribuido, sino que la mayor parte de nuestro esfuerzo, con este medio, se utiliza para someternos y tenernos condenados indefinidamente en esclavitud. ¿No sería mejor hacer un pacto de confianza entre nosotros, librarnos de ese temor mutuo, infundado, y prescindir de este instrumento en verdad diabólico, tal y como se utiliza, fuente de todo desgracia, y de las más que lamentables condiciones en que tenemos a este planeta?

El dinero solo es un medio de representación numérica y de confianza de aquellas cosas que queremos intercambiar y así hacer posible y fácil el truque, el intercambio de cualquier producto o servicio. El que se necesite de un medio de intercambio, precisa que la sociedad centralice esa actividad. Por ejemplo, supongamos en un pueblo donde no hay dinero pero que la gente necesita intercambiar sus cosechas, productos, servicios, etc. Cada día se reúne la gente en la plaza del pueblo para intercambiar esos productos. En primer lugar, la comunidad se provee de unos vales (léase monedas) los suficientes para todos los productos a intercambiar. En primer lugar se compra con esos vales todos los productos que se han de vender y se depositan en el almacén colectivo (banco central). Ahora todos los productos están en el almacén comunitario y los vales en manos de la gente.

Es en ese momento cuando los vales tienen el valor correspondiente a esos productos. En segunda fase la gente procede a comprar con esos vales los productos depositados en el almacén comunitario, en la medida que van comprando, el dinero va retornando a su lugar de origen, y cuando se ha liquidado todos los productos a la venta, los vales han regresado íntegramente al lugar de origen, han desaparecido de la circulación y esos vales ahora ya no tiene valor, solo ha tenido valor mientras estaba en manos de la gente y los productos permanecían en el almacén colectivo. Al día siguiente volverán a ser utilizados esos mismos vales para ser portadores del valor de nuevos productos. Si nos damos cuenta el dinero es un instrumento portador cíclico de valores, y este es un detalle importante a tener en cuenta para comprender la importancia y gravedad que tienen en nuestra economía inmovilizar el dinero, causa originaria de nuestra crisis.

La importancia del valor del dinero no lo es por su valor nominal, sino qué para nuestra economía, para nuestro sistema productivo, suma tanto valor como intercambios haga a lo largo del tiempo. Cuando nosotros retenemos un dinero, ahorrándolo, inmovilizándolo por cualquier razón, no lo hacemos por el valor nominal de su importe, sino por el valor total con que moviliza, dinamiza la economía, que es el resultado de multiplicar su valor por tantos ciclos de intercambios como haga en el tiempo. La inmovilización de un vehículo que no descargar su mercancía (su valor), impide a la economía global un movimiento total de mercancías (valores) que es el resultado de multiplicar la capacidad de carga de cada vehículo por tanto viajes como pueda hacer en el tiempo.

Si entendemos como funciona este mercadillo del trueque, veremos claramente cual es la función de un banco central y cual debería ser su acción prioritaria.

Este tiene que emitir el dinero que corresponda exactamente al volumen de productos puestos a la venta según su ciclo medio de intercambio, si bien nuestro banco central como no puede almacenar físicamente todos nuestros bienes puestos a la venta, lo que si hace es almacenar valores o documentos en correspondencia a esos productos, que garanticen que existen estos productos y les llamamos activos financieros: oro, escrituras de propiedad, títulos de deuda publica, bonos, divisas, etc.,  Y una vez que el valor total del dinero emitido (según el valor fijado a la moneda) es el mismo que el total del producto a la venta, no se puede emitir más dinero sin alterar el valor de la moneda. Si aumenta el volumen del dinero para una misma producción (o ciclo producción-consumo) se devalúa el valor de la moneda y eso es la inflación, si es al revés, que la producción, el Producto Interior Bruto de la nación crece y no aumenta a la par el volumen de dinero circulante, aumenta el valor de la moneda, esto es deflación. La función prioritaria del banco central es mantener el volumen de dinero necesario para la economía y evitar el inmovilizado, y con esta premisa mantener estable el valor de la moneda.

Hay una razón muy elemental con el que nuestros gobiernos están justificando estas medidas económicas de recortes en el gasto, en salarios, en derechos sociales y laborales, y subiendo impuestos, etc., con el propósito de devolver la deuda y sanear la economía, medidas que van justo en dirección contraria, y con la que nos engañas y hunden más y más nuestra economía. Consideramos esas medidas como lógicas, por qué cuando en nuestras economías particulares tenemos que devolver una deuda, hemos de apretarnos el cinturón, recortar nuestros gastos para poder devolver esa deuda, pero eso no es así en una economía global donde cierra el círculo producción consumo.

Es insostenible matemáticamente y desde el principio más elemental de cualquier economía social, que medidas de recorte en el gasto sean las que se necesitan para sanear o recuperar nuestra economía y mejorar las posibilidades de devolver nuestra deuda, tanto pública como privada, sin embargo, creemos, por esa idea elemental de economía domestica, que aunque sea la solución más ingratas, es inevitable y lógico que así sea. Ciertamente esas medidas de austeridad y recortes tienen sentido aplicada a una economía individual, puesto que nuestros ingresos no dependen de nuestros gastos, pero NUNCA en una economía de conjunto, global, donde nuestros ingresos dependen íntegramente de nuestros gastos, de nuestro consumo.

Por eso esas medidas aplicadas a una economía global son contrarias y netamente de hundimiento. Si no nos hundimos definitivamente, o no nos hemos hundido ya, tal y como se está gestionando esta crisis, es por que los instigadores de ella, permiten que esta situación llegue al limite del empobrecimiento, pero aliviando la presión cuando pueda causar nuestra quiebra definitiva, que puede serlo en el momento que quieran, pero les interesa mantenernos vivos aunque al límite de la agonía, juegan con esa táctica de permitir que el sistema nos lleve al límite para ir aflojando cuando amenaza con el colapso, es lo que ocurriría inevitablemente con estas reglas del juego que nos han impuesto.

Y todas las ayudas y rescates, del BCE, del FMI, del BM etc., son las justas para aliviar la presión en último extremo, no para solucionar el problema, nada mas lejos de sus intenciones, permiten la máxima presión pero no el hundimiento, puesto qué lo que se persiguen es robarnos todo y someternos, de momento no les interesa que quiebre nuestra economía e inmovilice totalmente nuestro sistema productivo, pero las mediadas de recorte, de restricción del gasto público y del crédito, en un sistema de mercado financiero sin control de los estados, son en si misma y llevan inevitablemente al colapso y hundimiento.

Lo más grave, es que los economistas que dicen defendernos en nuestro parlamentos no plantean claramente esta perversión económica a que nos somete nuestro banco central con nuestros políticos títeres al frente, y no ponen en evidencia clara a quienes apoyan estas medidas de recorte que apuntan claramente al empobrecimiento y liquidación de nuestra economía. Y con esa mentira, pero que en el fondo de nuestra ignorancia vemos como lógica, nos tragamos como mal inevitable estas medidas, y desvían nuestra atención de las verdaderas causas de la crisis y sus soluciones, y de los verdaderos causantes de nuestros problemas, para continuar por el camino del hundimiento y de expoliación de nuestros bienes y recursos.

Pero para que esta actuación descontrolada de los mercados de la deuda llegue a estos extremos de salvaje atropello de todo derecho y sometimiento de las naciones, han de darse una condiciones que solo las puede permitir nuestro banco central, permitiendo la inmovilización de cantidades desorbitadas de dinero y otorgándole todo el poder especulativo. Para nosotros no hay ningún problema en devolver la deuda si podemos disponer íntegramente de nuestros medio de intercambio, del que necesita nuestra economía para funcionar, por más abusivo que fuesen los intereses que nos cobrasen, por la sencilla razón, que ahora con las tecnología y medios productivos que disponemos nuestra capacidad de producción por individuo es muy superior a cualquier necesidad de consumo.

Si por ejemplo, con los medios de producción anteriores una persona productiva podría mantener a 4 o 5 no productivas, en esta nueva era de la tecnología, una persona puede mantener a 10, 20 o 30 no productivas. Con una jornada más corta, y un trabajo mas grato podemos hacer muchos mas productos de consumo que en épocas anteriores, en cantidad, calidad y diversidad. y esa es la clave, no solo para devolver cualquier deuda, sino para mantener a una población no productiva cada vez mayor, y con ello, toda clase de parásitos y gente deshonesta que nos gobiernan si así se tercia, por eso nuestro problema no son los intereses abusivos, no son la cantidad de chorizos y despilfarradores que nos gobiernan con esas intenciones, nuestro problema principal es la permisividad de nuestro banco central a la inmovilización de dinero y las negativas a reponer esa carencia, y a la traición de nuestros gobernantes por haber entregado nuestra soberanía, de nuestro banco central, haciéndonos creer que están a nuestro servicio.

En el fondo de esta crisis no subyace un problema de gasto excesivo por encima de nuestras posibilidades, de abuso de los mercados financieros, de robo y despilfarro de nuestros representantes políticos, todo esto sería perfectamente asumible por nuestra sociedad, con esta capacidad tecnológica que tenemos, pero lo que no podemos superar es la traición de nuestros gobernantes al entregar la soberanía de nuestro banco central.
Veamos como funciona esto en el mercadillo del pueblo: Supongamos que el encargado-banquero de imprimir los vales y distribuirlos, por ese trabajo privilegiado pide la cantidad desorbitada del 50 por cien de intereses, osea la mitad de toda la producción del pueblo, entonces ocurre que la gente tiene que hacer el doble de producción que necesita para su consumo tan solo para poder atender los honorarios del banquero. ¿Hay algún problema en pagar esos intereses, si disponemos de los medios tecnológicos y recursos para hacer esa producción en cómodas jornadas? ¿Seria eso un problema de deuda para nosotros? Ninguno.

Y unos intereses tan brutales como es el 50% todos los días, nosotros podemos pagar indefinidamente sin que resulte ningún problema para nuestra economía, y tener plenamente satisfechas las necesidades de todos los vecinos. Es decir que los intereses nunca es un problema si nosotros tenemos los medios para poder producir ese volumen exigido. ¿Cuando sería un problema? Pues cuando el banquero que se ha adueñado de nuestro banco central, de la gestión del almacén social, que se lleva la mitad de los vales (del dinero) no consumiese su parte, es decir no gasta los vales que gana con sus intereses y se los guarda. Entonces nos encontraríamos al día siguiente que para intercambiar los mismos productos, disponemos de la mitad de vales. Vemos que el problema no son los intereses, la deuda, sino que el banquero se ha guardado esos vales, no ha retirado los productos del almacén social y al día siguiente disponemos de la mitad de vales para intercambiar la misma producción.

Si el banquero se queda con el dinero, no lo gasta y por tanto no lo revierte a la circulación consumiendo los productos que le pertenecen, la gente del pueblo no tienen mas remedio que hacer nuevos vales para poder intercambiar todos sus productos incluido la parte que se lleva nuestro banquero por imprimir los vales y distribuirlo, pero él, continua sin gastar gran parte de sus vales y los productos se va acumulando en el almacén social. Ocurre que en un mercado de libre oferta y demanda cuando hay un excedente tienden a devaluarse los productos y producirse menos, pero el ritmo de creación de vales se hace necesario en la misma medida que los retiene el banquero, y este volumen de vales, su valor total no va correspondido al valor real de los productos que van mermando y devaluando. El desfase en nuestro balance de cuentas, entre el pasivo (más vales impresos) y activo (menos productos a la venta) puede ser enorme. (Activos tóxicos)

Si en vez del pueblo, que es quien decide cuantos vales necesita para intercambiar sus productos, es nuestro encargado banquero quien nos arrebata ese poder de decisión, tenemos que puede estrangular nuestra economía, puede dificultar la posibilidad de devolver nuestra deuda, solo con impedir que se impriman nuevos vales, con la escusa que se están devaluando nuestros productos y por tanto la emisión de nuevos vales acrecentaría el desfase en el balance, cuando la causa es por que está reteniendo el dinero. Aunque tengamos el potencial productivo para devolverle nuestra deuda, no se la podremos devolver si no se imprime los vales necesarios. Si él nos exige como garantías para devolver la deuda nuestras tierras, nuestras viviendas, nuestros medios de trabajo y servicios, pude ocurrir que con esta sencilla regla de guardar el dinero que debía consumir y la imposibilidad de reponer los vales que necesitamos, nos dificulta la devolución de la deuda a los limite que el quiera, y ante esa imposibilidad se adueña no solo de la mitad de la producción como venía haciendo, sino de los medios para ello, de nuestras tierras, de nuestras empresas de nuestros servicios. Todo nuestro sistema productivo y todo lo que podamos producir en un futuro ahora es suyo.

Es una técnica muy elemental que conocen muy bien nuestra élite bancaria, y por tanto es una forma muy sencilla y tentadora para poder adueñarse de todo, por tanto, y dado qué, por lo que menos se caracteriza esta gente es por honestidad y verdad, hemos de concluir necesariamente, y viendo tal como van las cosas, que todas estas medidas económicas de saneamiento de nuestra economía, con sus vasallos políticos a su incondicional servicio, son solo y exclusivamente para hundir la economía, impidiendo que podamos devolver la deuda, y de este modo tienen vía libre para adueñarse de todo. De todos nuestros bienes, propiedades, de nuestros recursos naturales, de todo aquello que nunca venderíamos, sencillamente por que son nuestros medios de subsistencia, nuestro instrumento de trabajo y producción, y por tanto de independencia.

Nuestro banco central, para evitar que se adueñe el sistema financiero de todo nuestros bienes, en primer lugar debe proporcionar el medio dinerario suficiente para poder devolver la deuda, osea que podamos trabajar producir para cubrir los intereses que se nos pide, pero para corregir el desajuste en valor de la tendencia cada vez mayor de dinero inmovilizado, respecto a los ajustes que hace a la baja el libre mercado de oferta y demanda sobre el precio de la cosas, el banco central cada vez que hace una emisión de moneda, ha de reajustar el valor de la moneda con su justa inflación monetaria. Ellos saben cuantas monedas tienen emitidas, el cociente en relación al volumen de dinero de nueva emisión, es exactamente la inflación monetaria real que debe ir automáticamente repercutida en aumento del Indice de Precios al Consumo y de los salarios. Todo sube de valor en esa medida, para que el valor del dinero se equipare con el valor de las cosas. El balance contable de nuestro banco central está así equilibrado
Dicho de otro modo:
Ante la imposibilidad de poder controlar esa fuga de dinero que sale de nuestra economía y se inmoviliza, nuestro banco central debería corregirlo emitiendo dinero nuevo, reponer el que necesitamos para nuestro volumen de intercambios, pero aplicando la inflación correspondiente a toda la masa monetaria, no solo al circulante como hace, pues como hemos dicho, el dinero inmovilizado más el dinero circulante supone una inflación que no se refleja en el mercado de oferta y demanda. Por tanto, cuando se emite dinero nuevo, automáticamente nuestro banco central debería calcular la inflación monetaria correspondiente a todo la masa monetaria, y esta inflación aplicarla automáticamente al IPC y los salarios, de ese modo el poder adquisitivo de los trabajadores se mantiene, y el dinero inmovilizado se devalúa, pierden poder en los mercados de deuda. De este modo el dinero inmovilizado no solo pierde su poder especulador, sino que disuade que se acumule con este fin. Es decir, por una parte quienes empleamos el dinero prácticamente en su totalidad en su circulo natural de intercambio, osea la inmensa mayoría social, gente asalariada o empresas que gastan o reinvierten su beneficios, mantenemos nuestro poder adquisitivo y de inversión intactos, y por otra parte se disuade de ahorrar o inmovilizar cantidades excesivas de dinero e invita a ponerlo en circulación consumiéndolo y no a utilizarlo como elemento especulativo. Si los criterios de inflación para emitir moneda que rige el banco central se hace en su momento y con esta relación, se hace cada vez menos necesario la emisión de dinero nuevo para compensar la fuga de dinero de la economía real, esas actuaciones reguladoras son las que precisamente estabilizan y evita la inflación real monetaria, puesto que un pequeño despunte de inflación a tiempo hace innecesaria correcciones inasumibles a posteriori con emisiones continuadas y excesivas de dinero. Así la inflación es un mecanismo de protección cuando se aplica preventivamente, y en relación al volumen total monetario y el PIB de las naciones, no cuando esta subordinada al IPC, puesto que el IPC está autorregulado por la oferta y demanda, y esta está autorregula fundamentalmente por la masa de dinero circulante, no incluye el inmovilizado. Y eso es una grave error, negligencia, o….. estafa de nuestro banco central. 

En este video del BCE http://www.ecb.int/ecb/educational/pricestab/html/index.es.html nos explica de forma sencilla y lógica ese tremendo error...o engaño, pues la estabilidad de precios en el mercado donde no hay control sobre la masa monetaria total (como se reconoce en el vídeo al actuar y regular sobre la masa monetaria circulante) solo beneficia al sistema financiero dándole poder por encima de las naciones, y es, por lo que estamos como estamos.

Ya que no podemos controlar nuestro banco central, vivamos si él, VIVAMOS SIN DINERO

1 comentario:

juanmanuel dijo...

El titulo original es - Nuestra arma de destrucción 'pasiva' : VIVIR SIN DINERO - Por cuanto apunta la idea de poder liquidar este sistema sin enfrentamiento.
Juan Manuel Leiva