EL DÍA DE LOS MUERTOS (III PARTE): HALLOWEEN. FRANCISCO JOSÉ MURIANA GÓMEZ


EL DÍA DE LOS MUERTOS (III PARTE): HALLOWEEN.

Con el triunfo del Cristianismo, la fiesta pagana de Samhain fue sustituida por el Día de Todos los Santos: All Hallow´s Eve.

Cuando los irlandeses emigraron a América llevaron también sus tradiciones, entre ellas su noche de Samhain, y cambiarán los nabos por calabazas, más fáciles de ahuecar. En un principio, la fiesta fue reprimida por los primeros colonos, fuertemente protestantes, pero después de la oleada inmigrante de 1846, huyendo de la hambruna que asolaba Irlanda, terminó por implantar la festividad.


Al principio, Halloween se celebraba en los países anglosajones, pero la fuerza cultural de los Estados Unidos, ha provocado su popularización en el resto del mundo.

Del inicial Samhain pagano, pasando por el cristianizado Día de Todos los Santos, Halloween ha derivado en una festividad puramente comercial y lúdica, con fiestas de disfraces, bromas, visionado de películas de terror, y el famoso "truco o trato".

En su origen el Trick or treat estaba vinculado a la creencia en que esta noche no solo los espíritus de los difuntos podían vagar por este mundo, sino toda clase de habitantes de reinos espirituales, entre ellos Jack O`Lantern. Se trataba de un irlandés poco recomendable, capaz de engañar al mismo Diablo y salvar así su alma. Pero como no podía entrar tampoco en el cielo, tuvo que regresar entre el viento y la oscuridad, iluminado solo por un carbón arrojado por el Diablo que tuvo que meter en una calabaza para que no se apagara.

Desde entonces, Jack vagaba por los pueblos pidiendo precisamente "truco o trato". Lo recomendable es aceptar siempre el "trato" fuera cual fuese, pues sino Jack haría "truco" y maldeciría a la casa y la familia. Como amuleto, se usaban calabazas de formas horrendas para no encontrarse con él.

En la actualidad, los niños dan a escoger entre "truco o trato", es decir, entre "travesura o dulce". El origen de la tradición de pedir dulces puede ser doble: por un lado, de una tradición holandesa de la Fiesta de San Martín, un santo muy querido en la Edad Media por partir su capa con un mendigo; por otra la tradición celta de recoger alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses, en unos rituales que probablemente incluían sacrificios humanos.

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