UNA
ALTERNATIVA
En los últimos años son muchas las
gentes que, de forma consciente o espontánea, se han ido sumando a la
construcción de un polo alternativo. Este último se reclama de la asamblea y de
la autogestión, de la construcción de espacios de autonomía y de la voluntad de
contestar el capitalismo desde la atalaya de la conciencia antipatriarcal, la
lucha antiproductivista y el internacionalista solidario.
En su concreción ese proyecto tiene tres
pilares principales: el del sindicalismo que resiste -entre nosotras de
condición comúnmente anarcosindicalista-, el de los movimientos sociales que no
se han integrado en el sistema y el que configuran amplísimos sectores del
movimiento del 15 de mayo.
Tenemos que hacer lo imposible por
preservar íntegro y orgulloso ese polo alternativo. Es nuestra principal
garantía de resistencia frente a las agresiones, por un lado, y de preservación
de una apuesta rotunda en provecho de la construcción de un mundo distinto, por
el otro.
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