¿SEGUIMOS EN LA EDAD MEDIA?
Propongo un pequeño
juego, a ver quién es capaz de encontrar las siete diferencias entre ambas
imágenes. Me vais a perdonar, pero por mucho que lo intento no puedo. Entre una
escena y otra han pasado más de 500 años, las vestimentas, el estilo y los
protocolos han cambiado considerablemente, algunos detalles también, pero ese
hedor a rancio que se desprende de la unión entre monarquía e iglesia sigue
siendo el mismo.
Voy a dar
algunas pistas; En la imagen inferior izquierda podemos observar a los Reyes
Católicos con su estimable aliado Tomás de Torquemada, el terrible e implacable
Inquisidor General. Se trata del cuadro "La expulsión de los judíos de
España" pintado en 1889 por Emilio Sala. En esta obra se retrata a la
perfección la gran "tolerancia" que la Iglesia Católica y monarquía
han profesado hacia otras religiones, culturas y formas de pensar diferentes, a
lo largo de la historia en España.
La
fotografía de la derecha, fue tomada este miércoles 23 de enero en el palacio
real, durante la recepción al cuerpo diplomático acreditado en España, y como
siempre la iglesia y la corona de la mano.
Estamos en
pleno siglo XXI, en tiempos que se presuponen avanzados, muchos dicen que
vivimos en la era tecnológica, de las telecomunicaciones, la época de mayor
progreso y modernidad que el ser humano nunca había alcanzado. Sin embargo, el
poder, los privilegios y la influencia que ostentan la casa real y la iglesia
católica en el estado español hoy en día, hacen que retrocedamos a la Edad
Media. Como podemos comprobar, estas vetustas instituciones, tradiciones y
ritos siguen todavía vivas a pesar del paso de los siglos, y desgraciadamente
unos cuantos retrógrados continúan empeñados en mantenerlas.
Algunos
parecen olvidar que no estamos en el siglo XV, en especial los señores
cardenales, obispos y demás jerarcas de la iglesia católica, que todavía tienen
en sus cabezas el cobro del diezmo. Lo mismo sucede con los borbones, su
voluminoso séquito y todos aquellos que los apoyan, alaban y defienden. Y todo
ello financiado entre tod@s los ciudadanos de este bochornoso país, dinero que
sale de nuestros bolsillos, de nuestro trabajo y esfuerzo y que sirve para
sustentar a la dichosa cruz y a la dichosa corona.
La
democracia y la libertad no tienen cabida en un país donde exista monarquía y
unión de Iglesia y Estado, por ello cada vez somos más los que reivindicamos un
Estado basado en la República y en sus principios, sin monarcas ni parásitos a
los que mantener, una República con plenas libertades religiosas y de culto,
pero ante todo un Estado verdaderamente laico, donde cada cual se pague su
propia Fe y creencias, y cada religión se financie con aportaciones privadas de
sus fieles y creyentes.
¡¡¡Ya está
bien de tanta sangre azul y de tantos inquisidores!!!
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