ESPAÑA 2030. MARINA FLOX BEN


ESPAÑA 2030

Nos encontramos en un país que gracias a arduos esfuerzos sigue siendo Europa. Los políticos se apuntan esta hazaña como un mérito de incalculable valor. Para ellos es incalculable, para el resto sólo haría falta acceder a su patrimonio para poder cuantificarlo.

Spain is different. Del resto y de sí misma. Corren tiempos extraños para la gente de más edad. Los jóvenes simplemente se adaptan.


Aquellos poblados chabolistas marginales de las ciudades ya no son los centros de la droga y de la delincuencia común. Ya no son objeto de intentos de desalojo. Aquellos poblados ya no se distinguen del resto de suburbios de la ciudad.

Tampoco hay suficientes efectivos para controlar la delincuencia pero lo que en principio supondría un problema, se ha convertido en todo un hallazgo para las cuentas de la Administración. Simplemente era cuestión de introducir salvedades en las normas vigentes. Las ventajas tienen cifras evidentes: la puesta a disposición judicial ha ganado en rapidez; ha favorecido la construcción de nuevos “centros de tramitación” (lo que ha reactivado la economía); la expresión de “la justicia es lenta” ha pasado a la Historia, tanto su lentitud como la esperanza de justicia; las calles se limpian con mayor facilidad y ya no hay potenciales delincuentes en las escuelas, esto también ha hecho que no se vean afectadas por un incremento exponencial del número de alumnos debido a las últimas reducciones en personal docente.

Los autobuses también pasaron a la Historia. Ahora se pueden volver a ver sólo virtualmente, pues tras el desguace acabaron siendo las nuevas latas de Coca Cola.


El metro ha quedado para uso exclusivo de los turistas extranjeros. Sus precios privativos, diseñados para ellos, hacen imposible su uso cotidiano.

Los pueblos siguen sin existir para nosotros, los urbanitas, pero ahora con más razón, pues hace años que nadie acude a ellos ni por vacaciones.

España sigue siendo la mejor del mundo en fútbol, es un orgullo general y una carrera hacia el logro personal que se ha convertido en el nuevo objetivo de los ilusionados padres, que acuden cada día a los campos para dejar allí a sus niños de tres años por 6 horas, lo que dura cada entrenamiento basado en las técnicas de origen chino (ampliamente experimentadas).

Por fin la ciudadanía duerme tranquila. El sector de la seguridad se ha visto enormemente desarrollado. España, que ya era un referente en producción armamentística lo es ahora en este sector, gracias a las nuevas alambradas inspiradas en las ya conocidas por los israelíes para mantener lejos a los palestinos de sus tierras (las de los propios palestinos me refiero).

Hay fuentes ultramodernas en cada esquina que surten de cualquier refresco, zumo, licor o incluso agua al que quiera hacer una parada y saborear así nuestra preciada agua (preciada por cara). También nos hemos convertido en un exportador de agua. La gente que podría pagar las facturas de este servicio prefiere comprar agua embotellada, procedente de la franja de Gaza. Sale más barata tras los últimos acuerdos de nuestro gobierno para adherirse al pacto firmado por Israel con EE.UU.

Las calles están relucientes. Siempre que no salgas de las rutas recomendadas para pasear, pues fuera de sus límites nada está garantizado. La última ministra de Medio Ambiente tuvo la valentía de afrontar la realidad y redujo la recogida de basura diaria a los citados límites: el Estado no puede prestar servicios a todos aquellos que deseen vivir fuera de los límites asumibles. El dinero llega hasta donde llega y en este sorteo aleatorio de prestar servicios se primaron los “centros de interés” de las ciudades para mantener el turismo. Curiosamente, estas zonas coinciden con las zonas habitadas por los poseedores de mayores rentas.

Somos más ciudadanos del mundo. Ya tenemos casi tantas ratas como en la ciudad de Nueva York. Los empleos se pueden encontrar hoy en China y mañana en la India. Por fin aprendimos a ser flexibles y a ser parte de la globalización. Nos integramos tan bien en cualquier parte que aprendimos pronto a no reclamar aquellos derechos que creíamos tener sólo por dignidad. El mundo ha evolucionado y ya formamos parte de esa gente a la que dábamos la espalda. Nos acabamos de enterar que siempre fueron mayoría, así que, es normal que pasemos a engrosar sus filas.

Gracias a estos avances en la economía y sobre todo en la política, hoy podemos ser partícipes y protagonistas de algo que aquí antes era impensable. Antes no teníamos experiencias de vida tan genuinas como ver morir al paciente de al lado por no poder pagarse la bolsa de suero. Hemos avanzado. Sin duda. Ahora vivimos más activos (hay que estar siempre en pie de guerra y buscarse la vida cada día), sentimos más (sobre todo porque nadie se atreve a acercarse a una farmacia, por lo lejos que quedan tras el cierre masivo del último año, por no llevarse la decepción de no encontrar el medicamento necesario, por no tener la receta correspondiente al no haber podido acudir al médico.... seguirán cerrando, quizás sea algo innecesario, como el resto, y aún no nos hayamos dado cuenta).

Por supuesto estos baches en nuestra evolución no mitigan el fascinante resplandor que se puede hallar entre los ganadores. Los que nacieron con estrella. Los que nacieron siendo “hijos de” o tuvieron instinto de negocio en su día, no perdieron el tiempo ni en estudiar medicina, ni educación... qué digo! No perdieron el tiempo en estudiar y se metieron de cabeza en los negocios citados o en otros que ya venían siendo muy provechosos.

Eurovegas fue todo un éxito pero ya no es más que otro gran centro de ocio. La fiebre por blanquear dinero, por fumar, beber, jugar y demás placeres que nos da la vida se ha extendido. Como no podía ser de otra forma. España está plagada de estos centros de ocio. Algunos disponen de corridas de toros para amenizar la velada. Las consecuencias de estos excesos están ampliamente superadas: los extranjeros vuelven a sus respectivos países y los residentes en España pasan al sano circuito generado que reduce gastos en atención sanitaria pues se entiende que la causa de las posibles dolencias creadas ha sido voluntariamente buscada. La libertad ahora sí campa a sus anchas hasta sus últimas consecuencias.

Así se ha conseguido preservar nuestra identidad mejorándola y a la vez ser un país muy atractivo para el resto del mundo. Sea por nuestros liberales centros de ocio, sea por nuestras playas con majestuosos hoteles en primera línea, o sea por nuestro rico turismo, España ha salido de la crisis y ya hay grandes multinacionales que se plantean abrir sus fábricas en nuestro país (supongo que para ciertos eslabones de la cadena de producción sería como tener a China más cerquita). Recuperando así nuestra competitividad. Hemos salido de la crisis. No hay duda. No hay más que mirar las cifras, los datos macroeconómicos, el PIB, las estadísticas... LOS NÚMEROS NO MIENTEN

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