LO QUE NO DIJO ARTUR MAS. JOSÉ AGUILAR

LO QUE NO DIJO ARTUR MAS
EL presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha firmado convenios de cooperación con Israel y Massachusetts. ¿Y qué tienen que ver el Estado soberano de Israel y el estado norteamericano de Massachusetts? Pues que ambos son punteros en materia de producción científica e investigación aplicada al crecimiento económico.

Cataluña trata, con estos convenios, de vincularse a dos territorios avanzados, en una decisión estratégica que Mas justificado por la necesidad de desvincularse de la imagen de los países del sur de Europa (España, Portugal y Grecia) que, cuando se habla de ellos, "todo son problemas, derroche, fiesta y toros". "Yo tengo que hacer entender -prosiguió- que en el sur de Europa existen realidades dinámicas e innovadoras". Como Cataluña.
Lo que no dijo Artur Mas, claro está, es que Cataluña es dinámica e innovadora, qué duda cabe, pero también ha construido un subsistema político capaz de convivir con la corrupción política durante décadas. La Policía ha elaborado, a instancias del juez que investiga el presunto saqueo en torno al Palau de la Música, un informe bastante exhaustivo que demostraría la financiación irregular del partido ahora gobernante en la Generalitat -Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), precisamente el partido de Artur Mas- con el dinero de grandes empresas adjudicatarias de obras públicas.
Según el informe policial, la constructora Ferrovial, por ejemplo, pagó comisiones a cambio de que la Generalitat le adjudicase las construcción de la Ciudad de la Justicia y la línea 9 del metro. Lo hizo usando como intermediarios a los gestores del Palau, que traspasaron el dinero a la Fundación Trías Fargas, también afín a Convergencia, y de ahí pasaron a las arcas del partido.
No fue un caso aislado. Entre 2005 y 2008 la citada fundación nacionalista recibió donaciones por valor de 6,5 millones de euros por parte de varias empresas de la construcción, el suministro de aguas, la concesión de autopistas y el sector farmacéutico, todas ellas beneficiarias de concursos y adjudicaciones del Gobierno de la Generalitat. La Policía, siempre malpensada, ha detectado, por ejemplo, que el mismo día en que una constructora donó 60.000 euros a la Fundación Trías Fargas, la Fundación Trías Fargas transfirió 60.000 euros a una cuenta de Convergencia Democrática de Cataluña.
Tiene razones para presumir Artur Mas de liderar una sociedad dinámica, emprendedora y culta, y legitimidad para asociarse a Israel y a Massachusetts como vanguardias mundiales de la investigación científica. Pero en ninguna otra comunidad sureña de derroche, fiesta y toros existe un mecanismo de financiación ilegal de un partido político tan contrastado, duradero y eficiente como en la suya.

PUBLICADO MÁLAGA HOY

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