LA ORACIÓN DEL VENCIDO
Es un tópico pero también la salmodia de la claudicación. Se repite como una oración sintética (de maitines a completas) y se adapta a todas las situaciones como un guante. Se recita en el trabajo, en el autobús, en la cama, ante los hijos, frente al jefe, durante la comida y tras el débito sexual, siempre con un tono de conformidad y como requiriendo la aprobación silenciosa de los circunstantes. Se dice: "Con lo que está cayendo..." , y se mueve ligeramente la cabeza, como negando, como negándonos cualquier esperanza.
Con lo que está cayendo cómo vamos a ser felices, cómo vamos a rechazar los ajustes criminales, cómo no vamos a comprender el fin del bienestar, quién no entiende (con lo que está cayendo) que se degrade la educación pública o haya que pagar una gabela a cambio de la sanidad o de los medicamentos. Con lo que nos ha caído, y con lo que probablemente nos va a caer aún hasta sepultarnos, quién se va a tomar la molestia de rebelarse por la degradación del sistema político. A quién le preocupa el derecho al trabajo digno si lo que no hay es trabajo. Quién, con lo que está cayendo, tiene derecho a quejarse cuando a su alrededor otros muchos más desgraciados ya han sucumbido. Si todo se derrumba a qué se puede aspirar sino a caer de la mejor manera, y cuál va ser nuestro objetivo sino rompernos un brazo y una pierna mejor que la cabeza.
PUBLICADO MÁLAGA HOY
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