DEPREDACIÓN CONSTANTE
La
colonización de territorios en las condiciones del s. XIX y anteriores,
constituye una tarea desafiante, pues la tumbada de selva se hace a punta de
machetes y hachas, lo cual implica que cualquier entable rural se demora
bastantes años en desarrollarse.
Además, exige una enorme cantidad
de trabajo físico o “mano de obra” no calificada que, a medida que se rotula
tierra, hallará ocupación en la agricultura y la ganadería.
O sea,
ofrece grandes ventajas, incluyendo fuentes de trabajo permanente, digno y
seguro, bastante diferente al transitorio o el ilegal, así no figure en el PIB,
pues responde a una economía no mercantil, o mixta, como la que nutre el trabajo
de las madres en los hogares, a pesar de ser tan productivo e importante.
Sin dudas,
la explotación campesina tradicional es una fuente de empleo permanente y
estable, que origina asentamientos sólidos con una identidad propia. Tal es el
caso ejemplar -entre otras explotaciones agrícolas tradicionales, sustentables
y confiablemente productivas- con las fincas cafeteras, que han sustentado a
muchos compatriotas durante decenas de años.
En cambio,
la colonización en el s. XXI se hace con motosierras y toda clase de maquinaria
pesada de gran envergadura, de modo que la destrucción del medio ambiente es
veloz, inevitable y permanente.
Sobre todo,
este efecto es deplorable e imperdonable cuando el propósito es saquear las
riquezas naturales que deberíamos conservar a toda costa, incluidas las selvas
y los páramos, pero que para las
multinacionales constituyen una fuente expedita de enriquecimiento fácil y
criminal, que les facilitan los cipayos despojando, desplazando y envileciendo
a los nacionales, a quienes condenan a la hambruna y el delito.
O sea, los
condenan a ser parias en un Estado paria, que cada día está más empobrecido, en
la medida en que el saqueo de sus riquezas naturales avanza a pasos de gigantes
afanados, palpablemente por obra de multinacionales degeneradas que intentan
prolongar su agonía. Pero ésta es mortal
e inevitable ahora que la Humanidad decente despierta, reconoce, responsabiliza
y se diferencia de los canallas que la han engañado y nos tienen al borde del
precipicio.
Nos despojan
de forma permanente e irrecuperable de las tierras que han alimentado a
nuestros ancestros y de las aguas cristalinas que calmaban su sed. Y las tienen sin cuidado los crímenes que
cometen, pues están apasionadas por aumentar el PIB, o sobre todo, sus
rendimientos corporativos particulares, a costa de la destrucción de los
ecosistemas que les ceden los cipayos inescrupulosos y ruines.
Les es
indiferente el daño que causan; y jamás cubren los costos colaterales de sus
tropelías. Desde luego, les sería
imposible hacerlo, no sólo porque ningún dinero alcanza sino porque los
perjuicios suelen ser irreparables en términos humanos. Además, ocurren en el Mundo real, no en el de
las finanzas y las convenciones deleznables y transitorias, que en cualquier
momento podemos cambiar en beneficio de las mayorías.
Pero la
razón profunda, trascendental y perversa para estimular las actividades
depredadoras de las multinacionales de forma simultánea por todo el Mundo
-ahora cuando el poder monetario de los Rothschild es incuestionable y
universal, pues hasta han logrado robarles su soberanía monetaria a 17 países,
víctimas incautas e ilusas de la Unión Europea con su moneda única- es que,
efectivamente, el propósito oculto es causar la mayor destrucción posible, de
modo que los daños sean verdaderamente letales, y la Vida, en todas sus
manifestaciones, se vea amenazada seriamente con la misma extinción.
El caso de
la BP, incapaz de resarcir los daños ambientales y humanos causados por su
irresponsable explotación del pozo Deep Water en el Golfo de México, en 2010,
aprovechando que la opinión mundial estaba pendiente del campeonato de fútbol,
ilustra claramente la bestialidad antieconómica de las recetas neoliberales
diseñadas para acabar con la biosfera lo más rápido y globalmente posible.
Tal es el
efecto obvio de las explotaciones mineras, que los cipayos les autorizan a las
multinacionales a cambio de comisioncitas y prebendas como el nombramiento de
la amiga del ex dictador Uribe Vélez, su apreciada y deseada María Consuelo
Araújo, como presidenta o jefa de alto nivel de la Gran Colombia Gold.
Para
lograrlo, la flamante empresa trasnacional se ha apoderado de las minas de los
ex trabajadores de la Frontino Gold Mines.
Y a su robo frentero le ha agregado otras canalladas ambientales más, ya
que está extendiendo sus tentáculos por
todo el país, en busca de oro, plata y cobre, así se encuentren en las
tierras que producen alimentos y les dan estabilidad a las comunidades
campesinas.
Perversa y
oportunistamente hace publicidad alienante y desinformativa, mostrándose como
útil para legalizar las explotaciones mineras tradicionales al ponerlas a pagar
impuestos, según se ufana por la televisora. Pero le importan un bledo los
daños irreparables que toda minería le causa a la biosfera, en particular la
grande, aficionada a las explotaciones a cielo abierto que arrasan con todo el
entorno a un ritmo realmente endemoniado, vertiginoso, mortal...
Mientras se
esmeran por arruinar a los productores nacionales, cerrando fuentes de empleo
permanente y decente para entregarles las tierras agrícolas a las grandes
corporaciones mineras depredadoras, en las ciudades aumentan el hacinamiento
tanto como el crimen ordinario o común, sin tintes políticos ni subversivos,
que acaba de amargarles sus vidas a los despojados-desplazados, generalmente
personas de origen campesino, honorables y laboriosas, ajenas a la vida urbana
y fáciles víctimas del crimen organizado y alcahueteado por las autoridades.
Semejante
aberración desestabilizadora y ruinosa, constituye una auténtica evidencia del
“síndrome de Medusa”, que les cobra a las víctimas los crímenes de sus
victimarios, mientras éstos disfrutan de toda clase de privilegios y rampante
impunidad.
Pero las
empresas extranjeras dedicadas a saquear nuestros recursos son numerosas, así
sus propietarios terminen siendo los mismos sionistas dueños del Mundo; además,
prácticamente todos los gobiernos son sus cipayos.
Por eso,
aunque acaban con la producción agropecuaria tradicional, “para el municipio de
Liborina más de 2.300 hectáreas están concesionadas a la Continetal (sic) Gold
y otras empresas para la explotación minera”. Desde luego, la vocación agrícola
se perderá (Anexo “También en Liborina la comunidad minera siente que se avecinan
tiempos duros”. Enlace
http://clarindecolombia.info/noticias/colombia.html).
Con tal
medida están asestándole un golpe adicional al que conlleva la construcción de
la antieconómica y anacrónica represa de Hidroituango, cuyo efecto nefasto se
extiende por bastantes municipios regados por el río Cauca.
Incidentalmente,
este atentado ambiental se suma al de la espantosa represa del Quimbo, que
afecta al río Magdalena desde su nacimiento, pero sobre la cual Gustavo Petro
nada menciona aunque Bogotá, como propietaria de Emgesa, es socia de los
criminales ambientales que están agrediendo el río más simbólico de Colombia. Y
eso que dizque, además de defensor del medio ambiente, es enemigo político y
antípoda social de los nietos de Carlos Lleras Restrepo, uno de los cuales es
alto directivo de la empresa oficial involucrada en el crimen ambiental y
humano.
De similar
tenor vendepatria es la pretensión de prolongarles a las multinacionales la
explotación de las minas de Cerromatoso, cuando, tras 30 años de saqueo
continuo, deberían revertir al Estado, permitiendo que la población colombiana
y, en particular, la del departamento de Córdoba, tan golpeada por la
explotación del ferro níquel, pueda disfrutar de lo que queda de esa riqueza en
vez de seguir viendo como se la roban los extranjeros, a cambio de unas
comisiones viles para los funcionarios que les autorizan sus abusos.
2/5 Propósitos perversos falibles
La ofensiva
es global y minuciosa, pues el sionismo está desesperado por acelerar el Juicio
Final. Y son pocos los gobernantes que se les oponen a los poderosos amos de la
milenaria, ecocida y homicida secta alimentada por los levitas extremistas,
persistentes e irreductibles. Más bien, la inmensa mayoría se esmera por
complacerlos aplicando sus recetas recogidas en las estupideces ruinosas del
Neoliberalismo.
Para lograr
su insano propósito, los potentados deben propiciar la destrucción de la
diversidad genética natural, a fin de impedir que las personas puedan hallar
maneras de subsistencia ajenas a los mercados monopolistas de los grandes
emporios trasnacionales. Éstos están
afanados por legalizar su apropiación abusiva de la Naturaleza, tanto como de
las riquezas producidas por la Humanidad a lo largo de los siglos, y que son
patrimonio de todos.
Son tan
cínicos que impulsan las semillas genéticamente modificadas para apropiarse de
la agricultura mediante patentes que se legalizan ellos mismos, mientras
despojan a los demás destruyendo la Naturaleza y su maravillosa y abundante
diversidad. Y esperan que respetemos sus
abusos como si fuesen leyes “legítimas y justas” que a todos nos obligan…
Así nos
creen de supersticiosos, de ineptos y de tarados, pues es lo que esperan de la
ignorancia deliberada en que se esmeran por sumir a las mayorías excluidas del
aparato escolar o, cuando mucho, condenadas a recibir una educación de pésima
calidad.
Con ese
propósito perverso de precipitar el Juicio Final, que los obsesiona y
consideran su gran obra y el compromiso sumo con su sanguinario y arbitrario
dios, la destrucción de los ecosistemas les parece indispensable, de modo que
la están aplicando, a un ritmo realmente infernal e intolerable para la
Humanidad ajena a los sicópatas que disfrutan la destrucción, como cualquier
Nerón gozándose el incendio de Roma mientras tocaba la lira.
En
consecuencia, la población amenazada está obligada a denunciar estos
abusos. Con ellos buscan privarla de sus
fuentes de empleo y riqueza, incluida la invaluable pertenencia a comunidades
culturales autóctonas que el deslazamiento destruye. Semejantes crímenes
antropológicos son consecuencia del saqueo deliberado, desmesurado y mortal de
los recursos naturales, en particular los no renovables, cuya conservación es
fundamental para la preservación de la Vida.
El propósito
deliberado, pero camuflado como una medida económica racional, es destruir los
medios de subsistencia de la población para sumirla en la miseria. De esta
manera confían en que les quedará fácil vencer a la Humanidad decente e
ingenua, pues el hambre suele apagar el orgullo y fomentar la servidumbre vil.
Por fortuna,
aunque las mayorías siguen siendo gente buena, que repudia el homicidio y demás
delitos practicados por los sicópatas que las subyugan, despojan y embrutecen;
ya no son tan ingenuas porque están en condiciones de informarse y rechazar con
conocimiento de causa las ofensivas de los politiqueros miserables, que las
utilizan y traicionan pero que cada vez están más desenmascarados, gracias a
todos los “leaks” émulos de Wikileaks, como Vatilieaks. Sin lugar a dudas, la Verdad nos está
haciendo libres, como lo advirtió el honesto Jesús, tan victimizado por los
amos del Vaticano...
En
consecuencia, la lucha multitudinaria contra los planes neoliberales que
implementan los gobernantes de las neoliberocolonias -siguiendo religiosamente
las órdenes ruinosas de Angela Merkel y demás lacayos de alto nivel, próximos a
los Rothschild-, ha de ser la respuesta, global y contundente, capaz de
recuperar el poder y la riqueza que los potentados se apropian.
Estamos en
condiciones de revivir y hacer efectivo “el mito de la huelga general, que
entraña una revolución absoluta”, según planteamiento de Georges Sorel. Sin duda, éste es el camino de las multitudes
conscientes, amenazadas en todo el Mundo y de manera simultánea, de modo que la
reacción ha de ser mundial, crecientemente sincrónica y contundente.
Mientras no
los derrotemos, los potentados y sus lacayos en los gobiernos impiden que la
Humanidad disfrute los frutos de su esfuerzo milenario, ahora coronado por un
éxito evidente, cuyo goce generoso insisten en negarnos los macabros
tecnócratas al servicio incondicional de los enemigos comunes.
Prefieren
devolvernos a épocas de escaseces y miseria, perfectamente superables en la
actualidad a partir del alto grado de desarrollo de las fuerzas productivas
disponible, así estén tan deformadas por los mezquinos intereses de los
potentados que las monopolizan e insisten en expropiarnos a los demás.
Desde luego,
el aprovechamiento racional y generoso de las fuerzas productivas será posible
si se hace justicia y los potentados son destronados y castigados como se lo
merecen, lo cual jamás harán la teutona ni ninguno de sus émulos encargados de
los gobiernos en las neoliberocolonias, como bien lo están comprendiendo y
sufriendo los españoles, los italianos, los portugueses, los griegos, los
irlandeses, los chipriotas, los búlgaros, los franceses y tantos más.
Sin embargo,
aunque los potentados y sus siervos insistan en negarlo y arrebatárnoslo, es
evidente que, colectiva y perseverantemente, los seres humanos hemos construido
y desarrollado las condiciones materiales necesarias para asegurarnos la
subsistencia abundante en medio de la convivencia respetuosa y solidaria, a fin
de que el disfrute de la Vida sea lo más amplio, variado e intenso posible.
Dichas
condiciones son objetivamente aptas para establecer la sociedad del
conocimiento, horizontal, generosa, abundante y amable, que habrá de reemplazar
las basadas en la fuerza y la alienación, miserables, autocráticas, inicuas y
piramidales, ahora tan desenmascaradas,
desacreditadas y desesperadas por acabar con todo para prolongar sus
estertores mortales e impedir que las
mayorías dignas consoliden la Sociedad Democrática Global con la que
derrotaremos el Nuevo Orden Mundial y enterraremos la Historia.
3/5 Perversidad plutocrática
En concreto,
la destrucción de la industria cafetera colombiana constituye un atentado
económico y social de gran envergadura, que deteriorará las condiciones de vida
de la población, seduciéndola con las falaces ilusiones de riqueza surgida de
la minería.
Pero sabemos
que ésta consiste en actividades necesariamente temporales cuyas instalaciones,
una vez agotados los recursos objeto de saqueo, serán abandonadas, cayendo en
el olvido.
Pues,
después de destruir el tejido social de las comunidades autóctonas, los
terrenos terminan convertidos en eriales y las aguas en venenos, de modo que
las actividades realmente productivas ligadas al sector primario, como la
agricultura y la ganadería, dejan de existir.
Semejante
abominación sucede en aras del saqueo depredador e irresponsable, que no cubre
sus costos ni puede repetir sus ciclos demenciales (jamás productivos), pero
que genera un enriquecimiento fácil para los potentados y sus cipayos, tan
súbito y contraproducente, como fugaz y letal para los trabajadores y sus
familias.
Mientras
tanto, los campesinos desplazados habrán llegado a engordar los cinturones de
miseria y el ambiente criminal de las ciudades, dedicadas éstas al tráfico de
estupefacientes aprovechando la gran rentabilidad garantizada por la arbitraria
y criminal ilegalización, aupada y sostenida por los gobiernos, notablemente
cómplices, socios o empleados de los narcotraficantes.
Desde luego,
ésta es una manera efectiva de destruir fuentes confiables de empleo para dar
lugar al albur de las ocupaciones delictivas y de los trabajos temporales y
azarosos, que convertirán aceleradamente en delincuentes, en rebuscadores, en
pordioseros o en vagos a los nuevos habitantes desplazados del campo, cuyo
tejido social pronto desaparece o se corrompe, como lo vemos con los indígenas
tirados en las aceras de Medellín porque los han expulsado de sus
resguardos...
Por tanto,
debido a su importancia estratégica para la consolidación de los planes
apocalípticos, la gran minería es altamente promovida por los enemigos comunes,
quienes deslumbran con divisas basura a los cipayos para que procedan a
aplicar, sin críticas, sus mortales recetas, cuyo efecto será, necesariamente, convertir
en parias, fallidos o inviables los países subyugados por todo el Mundo, de
modo que los banqueros, aduciendo la deuda pública impagable, y los dueños de
las corporaciones trasnacionales depredadoras, amparadas en los Tratados de
Libre Comercio, reclamarán su derecho a apropiárselos.
Con el
propósito de sacarles el mayor beneficio posible, están desarrollando la
novedosa política neoliberal de las “ciudades modelo”, como ya lo sabemos, y
que en Eurovegas halla un paradigma.
Para su
ubicación en Madrid, después de que Barcelona tuvo el acierto de rechazarla,
las autoridades no han tenido inconveniente en ofrecerles, a los inversores
extranjeros, hasta una legislación de bolsillo, apta para promover los
intereses de quienes aún acuden a los gobernantes para cocinar sus crímenes,
pero que pronto habrán de expedir directamente las leyes que les
convienen.
Por lo
pronto, es posible que la conspiración de Esperanza Aguirre, cuyo patrimonio
puede haber aumentado en los útimos meses, aproximándose al del tesorero
insignia, Luis Bárcenas Gutiérrez, le haya permitido hacer su gran negociado a
espaldas o contra las aspiraciones del jefe de estado, el asombroso Rajoy,
quien tan buen orador es. Actúa como un
auténtico Demóstenes, que se luce al confrontarse con el demagogo emérito del
partido opositor…
Mientras se
enriquecen ilegalmente, eso creen que es la democracia estas criaturas de la
dictadura franquista, tan arrastradas a los Rothschild y su sierva Angela
Merkel.
Cada vez lo
saben y lo repudian más españoles subdadanizados por el rey fratricida, pero
hartos de ser despojados de su Estado de Bienestar, y resueltos a
reconquistarlo, castigando a quienes se los han arrebatado, empezando por su
sacrosanta majestad, su asustada esposa y sus honorables y bellas hijas, tan
mal casadas.
Todas estas
bestias infames coronarán sus planes si la Humanidad es incapaz de evitar la
privatización universal de las riquezas comunes en beneficio de los plutócratas
despiadados y sicópatas, que la despojan y quieren extinguirla.
A efectos de
legalizar sus atropellos, los depredadores universales cuentan con los
tribunales internacionales. Éstos
pisotean cualquier soberanía en beneficio de los banqueros y demás potentados
homicidas, ladrones y ecocidas, dueños -según creen y pretenden que los demás
lo admitamos sin chistar- de todo lo valioso que ha producido la Humanidad,
tanto como de lo que existe en la Tierra y sus alrededores.
4/5 Cipayaje incondicional
En eso
consiste el modelo de desarrollo neoliberal, cuyo objetivo está determinado por
sus grandes gestores, los amos Rothschild, que tanto nos desprecian y tan
idiotas nos creen, aunque no dejan de preocuparse por el futuro bienestar de
los 500 millones de sobrevivientes que dejarán de exterminar, para que les
sirvan como esclavos bien sumisos y obedientes, si sus planes les funcionan y
no se les va la mano.
En
consecuencia, no hay manera de que Juan Manuel Santos reniegue de los desastres
que dejó contratados el gurú vendepatria y desvergonzado con las grandes
corporaciones depredadoras, haciendo gala de abyección absoluta frente a ellas,
a cuyo servicio ha puesto todas sus habilidades de culebrero, capaz de engañar
masas informes y crédulas, por toda la geografía nacional y en algunas capillas
regionales.
Para
justificar sus desmesuras depredadoras, no podemos olvidarlo, el régimen
mafioso-neoliberal colombiano, inculcándoles pautas a sus compinches
regionales, califica a las multinacionales, despiadadas, depredadoras,
saqueadoras y arrogantes, como grandes inversoras o inversionistas. Por tal
razón se esmera, como todos los gobiernos cipayos, incluido el de Mariano Rajoy
en España, por atraerlas con la abyecta política que llamó “confianza
inversionista”.
Tal engendro
es otro de los huevos fétidos del culebrero ex dictador, tan desastroso como el
de la “cohesión social” que ha desplazado cerca de seis millones de campesinos
hacia las ciudades, desarraigándolos, privándolos de sus fuentes tradicionales
de sostenimiento, destruyendo su tejido social (tan valioso como el de las
familias cafeteras amenazadas por el Neoliberalismo), e integrándolos a la
fuerza a una economía monetaria, lo cual los obliga a obtener ingresos de la
forma que sea, generalmente a través de actividades delictivas, pues empleo no
hay, y tampoco hay era, parcela ni solar para los cultivos de pan coger.
En estas
circunstancias, es obvio que la ruina de las familias campesinas es un objetivo
estratégico del Neoliberalismo.
Una vez
sumidos en la miseria, los propietarios tradicionales, que constituyen una
auténtica columna vertebral de la idiosincrasia nacional, sufrirán el cambio de
vocación agrícola de sus feraces tierras, pues los mafiosos neoliberales
confirman su improvisado pero presunto e inevitable destino minero.
De esta forma
se perpetuará y acelerará la descomposición social que nos convertirá en el
país paria soñado por los cipayos y ordenado por los potentados que los
manipulan.
En
consecuencia, como fruto de las recetas neoliberales, los campesinos bien
establecidos, y no sólo los de las tierras cafeteras, están condenados a que
sus tierras sean entregadas a las grandes corporaciones mineras
trasnacionales. Sin duda, se trata de
una decisión mortal para las futuras generaciones, y una condena directa para
las actuales, que perderían sus empleos consuetudinarios y todas sus
tradiciones.
Incidentalmente,
el tercer huevo de la nefasta y pertinaz dictadura, el de la “seguridad
democrática”, sigue siendo exhibido por los furibistas como su gran
acierto.
Se solazan
acusando a Santos de haberlo abandonado; pues así mantienen el interés y
alimentan la pasión sanguinaria de los mojigatos que adoran al gurú y lo
consideran superior al libertador Simón Bolívar. Insisten en que es impoluto, a pesar de sus
llagas y sus virulentas pústulas, cuando ya no hay teflón capaz de cubrirlas y
su hedor ha traspasado las fronteras.
No obstante,
la verdad histórica -que los amigos de la Verdad verdadera pueden corroborar en
la prensa de la época- es que tan costosa y ampliamente financiada política de
arrasamiento y exterminio de los compatriotas alzados en armas contra un estado
social absolutamente ruin, inicuo y despreciable, a pesar de los mitos de la
propaganda persistente y mentirosa, constituyó un estruendoso fracaso, habida
cuenta de que Uribe había prometido vencer en su primer año de gobierno a las
guerrillas, y su ministro delincuente, Fernando Londoño Hoyos, había reducido a
seis meses tal plazo demagógico y populista.
Pero en ocho
años apenas lograron reintegrar a la sociedad a sus socios paramilitares, que
para eso le habían facilitado sus votos cautivos al candidato de don Fabio
Ochoa Restrepo, el capo di capi del cartel de Medellín.
La
confirmación expresa de ese pacto cocinado en Santa Fe de Ralito la dieron Báez
y Mancuso en el recinto del Congreso, donde
se presentaron como los salvadores de la patria… Al fin y al cabo, el
vecino mafioso, de origen italiano, de Álvaro Uribe Vélez se llama Salvatore.
No obstante,
esta reinserción de los mafiosos, narcotraficantes e integrantes de la Mano
Negra al servicio del régimen, ha sido una maniobra con hartos lunares,
incluyendo la vergonzosa huida del Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos
Restrepo, de cuyo paradero no se sabe nada oficialmente, de modo que no ha sido
posible cobrarle las falsas desmovilizaciones que protagonizó para exaltar la
imagen del gurú vitando.
Han
condenado la patria con la aplicación de las políticas de Uribe Vélez, quien es
un destacado pionero y continuador de la implantación del Neoliberalismo en
Colombia y países hermanos, como Panamá, Honduras, Costa Rica y Guatemala. Pero no podemos permitirlo, pues no es asunto
de retórica ni de politiquería sino de subsistencia, dignidad, decencia y
soberanía. Si no reaccionamos, nos
quedaremos sumidos en la miseria, sin identidad ni un medio ambiente apto para
sobrevivir.
La razón
elemental y clara es que los inversores no son más que fugaces y exorbitantes
saqueadores que dejarán a la población
viviendo en el Haití soñado por el “pollo” López.
Para tal transformación
de Colombia en la isla desgraciada por el Imperialismo, ha contribuido
enormemente el ex dictador vitando quien, en vez de pagar sus crímenes, exige
que le confirmen su presunto derecho a acabar con la patria en beneficio del
Apocalipsis y gozando de impunidad.
Y su
sucesor, Juan Manuel Santos -aunque aparentan rivalidades y, efectivamente, las
tienen debido a sus dispares orígenes sociales-, no deja de continuar las
funestas políticas de vendepatrias traidores del pueblo que dicen gobernar.
Al fin y al
cabo, fue el ministro de defensa del gurú; el que invadió a Ecuador para matar
algunos guerrilleros y estudiantes que se hallaban en las selvas de
Angostura. Y jamás ha repudiado la
nefasta política antieconómica que impulsan nuestros gobiernos cipayos desde la
época de Misael Pastrana Borrero. Más
bien, está desesperado por consolidarlas.
En
consecuencia, el enfrentamiento es de carácter táctico y parroquial, aunque no
deja de ser intenso, pues representa la puja entre las clases tradicionalmente
monopolizadoras del poder, en su condición de herederas de los “libertadores”
criollos, enfrentadas a las clases emergentes que cada vez han adquirido mayor
poder político, y que con personajes como Belisario Betancur, Ernesto Samper y
Álvaro Uribe Vélez han llegado a la presidencia de la república.
Por lo
demás, ambos apoyan las estrategias neoliberales, depredadoras y genocidas,
desde que el Neoliberalismo inauguró su vitrina en Chile, hace 40 años, con
desastrosos resultados para la población mayoritaria, cada vez más empobrecida
ante los plutócratas vendepatria, en todos los países que se guían por tales
absurdos ideológico-económico-sociales.
5/5 Desafío global
Pero el
drama es mundial, como bien lo han aprendido los europeos víctimas de las
argucias neoliberales. Con el señuelo de
la integración europea que derrumbaría fronteras, permitiendo el libre tráfico
de mercancías y el libre desplazamiento de las personas, se ha construido una
Unión Europea fundada en lo económico, dedicada a destruir las conquistas
sociales y las identidades nacionales, y cuyos mayores y verdaderos
beneficiarios son los potentados dueños de las grandes corporaciones.
Los
cocineros de estas viandas venosas son los mismos que han despojado a 17 países
de su soberanía monetaria, imponiéndoles una moneda única que, como el dólar y
cualquier papel moneda, no pasan de ser convenciones que, al derrumbarse, se
comprueba que no valen nada; que son papeles basura.
En escasos
cinco años, las recetas neoliberales lograron poner a los miembros de la moneda
única al borde de la ruina, si tenemos en cuenta que el euro comenzó a circular
en 2002 y que la crisis final y definitiva de la Historia -haciendo caso omiso
del fracasado mare mágnum de los auto atentados del 11 de Septiembre de 2001-
está manifestándose desde 2007, con la quiebra de entidades de la economía
formal como los bancos Lehman Brothers, Goldman Sachs, y la firma internacional
de auditoría, Arthur Andersen.
A propósito,
esta crisis, inicialmente hipotecaria y financiera, les fue contagiada por USA,
que está absolutamente arruinada y desesperada buscando maneras de poner a
pagar a los demás sus excesos imperiales, en vez de aceptar que su Imperio está
en franca decadencia, encartado con una deuda pública impagable, de la cual
sólo la sacaría la guerra que anhela el sionismo.
Otra víctima
directa es la China, ahora llena de dólares sin valor que pretende cambiarles a
las neoliberocolonias por sus riquezas naturales.
Mientras
tanto, los potentados impunes, enemigos de la Humanidad, de la Tierra y de la
Vida, están dedicados a fortalecer el Nuevo Orden Mundial.
Sueñan
consolidarlo, para perpetuar su decrepitud, impidiendo que la Humanidad se
beneficie con sus conquistas, tanto como que pueda mejorarlas y multiplicarlas.
Por eso se
afanan en derrotar a las mayorías; para impedirles que materialicen su proyecto
de Sociedad Democrática Global, con el que podrán enterrar la Historia y dar
lugar a la Post-historia fundada en el respeto, la equidad, la justicia, la
abundancia, la solidaridad y el conocimiento.
La fórmula
macabra de los potentados, para oponerse a la maravillosa sociedad horizontal
que las mayorías están en condiciones de construir, es perpetuar las sociedades
piramidales, cada vez más opresivas, homogéneas, grises, consumistas,
desiguales, neuróticas y globales. Hasta ahora han logrado prolongarlas
convirtiendo a los jóvenes en asesinos de gente inocente y buena a la que
quieren expropiar de las riquezas existentes en sus territorios y ponerla a que
les tribute.
De ninguna
manera les facilitan, a las nuevas generaciones de origen popular, su educación
ni su progreso personal verdadero, merecido por el hecho de estar vivos y
pertenecer a una organización social determinada.
Más bien,
los gobiernos lacayos hacen todo lo posible por evitar que los niños y jóvenes
puedan desarrollar sus talentos sin limitaciones artificiales, como las que
dependen de los ingresos.
Con ese
propósito, igual que lo que pasa con la salud y los demás servicios de naturaleza
pública y los monopolios rentísticos, convierten la educación en una mercancía,
entre más costosa de mejor calidad, se supone, de modo que los más pobres
recibirán la peor, si es que alcanzan a financiarse alguna.
Es lo típico
de la Historia, pero ha llegado a extremos abiertamente enfermizos e
intolerables con el Neoliberalismo. Los enemigos comunes consideran que es
inevitable, como lo sería la depredación de la Naturaleza en aras de la codicia
ciega de las bestias sicopáticas, enamoradas del poder y la riqueza, e
insensibles a lo bello, lo tierno, lo valioso, noble y digno.
Según su
elemental, rudo y violento juicio, ambos, poder y riqueza, son la máxima
aspiración de un ser humano realmente valioso, admirable y respetable, fácil
víctima, por parte de inmorales de su misma calaña, de envidia insidiosa y
nociva.
Por eso,
desprecian y descalifican como ser racional (o sea, consideran irracional) a
quien rechace usar el dinero como fuente de poder y prueba incuestionable de
superioridad sobre quienes no lo poseen. Ésta es la función sublime que le
adjudican al llamado “estiércol del demonio” en las caducas sociedades
piramidales organizadas para servirles y complacer a élites ineptas, ambiciosas
e inescrupulosas, a costa de las mayorías.
No entienden,
o les queda imposible admitirlo, que el dinero usado en función del bienestar
social de los ciudadanos apenas dará para agilizar las transacciones
comerciales, en las sociedades planas que han de remplazar las conocidas hasta
ahora durante la agónica Historia; y perfectamente puede ser asignado
electrónicamente a cada ciudadano, de acuerdo a la producción disponible para
el consumo. También ha de asignarse a
los productores para que adelanten sus actividades creadoras de riqueza
verdadera.
Pero los
enemigos comunes, ladrones, homicidas y estafadores impunes, siguen creyendo
que ese papel moneda que emiten al capricho de la FED o del BCE, que no vale
nada más que papel, según su naturaleza intrínseca, y que tantos avivatos se
dedican a falsificar, seguirá sirviéndoles para engañar a los cipayos,
despojando las neoliberocolonias de sus riquezas auténticas.
Sucede en
todo el Mundo y simultáneamente, de modo que la respuesta tiene que ser rápida,
multitudinaria y contundente, pues cada día que avanzan en su depredación nos
acerca al abismo de manera acelerada, dado que el daño que causan es
exponencial.
Están
destruyendo abiertamente la biosfera, y no tienen forma de negarlo, ni la
Humanidad puede seguir tolerándolo. A
todos nos compete denunciarlo, combatirlo y derrotarlo, de modo que debemos
actuar sin demoras, antes de que sea imposible hacerlo porque las bestias
sicópatas habrán coronado su criminal meta apocalíptica.
Si logran
desatar la guerra, quizás estaremos irremediablemente perdidos. De todos modos, será mucho más difícil
vencerlos y reemplazarlos por las mayorías decentes y pacíficas.
Por eso, lo
más sensato, prudente y conveniente es despojarlos inmediatamente del poder que
pertenece a los pueblos, para empezar a instaurar la sociedad plana y
gratificante que caracterizará el futuro luminoso de la Humanidad, liberada de
sicópatas despiadados, y dignificada finalmente.
Ese es el
reto para quienes estamos vivos; ejercer la verdadera democracia, la que
prescinde de intermediarios, representantes o especialistas en gobernar,
presunta y falazmente dotados especialmente para tan alta misión.
¡Quien lo
desee y tenga algo que aportar, será bienvenido, pues no se trata de plazos ni
de formulismos sino de acuerdos racionales, fundados en argumentos sólidos,
bien cuestionados y consecuentemente depurados, que respondan a los interese de
las mayorías; ajustados a la ética, laica y universal, guiada por el respeto
universal a los Derechos Humanos y a la soberanía de los pueblos y los
individuos quienes, finalmente, están en condiciones de disfrutar la igualdad,
la libertad y la fraternidad con que los burgueses pusieron a los ciudadanos a
pelear por los intereses de los capitalistas contra los de los reyes!
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