LA DEUDA ESPAÑOLA
La deuda española es impagable. Sólo hay una salida: que se
entregue a Alemania, como se sugería en su momento en Grecia, una parte del
territorio. No me gustaría que nadie se molestase, pero propongo ceder Madrid,
aunque ya sé que se perderían cosas importantes: los palacios de la Zarzuela y
de la Moncloa -con sus respectivos inquilinos-, el Congreso y el Senado, las
sedes de los principales bancos, el estadio Bernabeu y los edificios punteros
de El Corte Inglés. Además -lo olvidaba- de las embajadas alemana y
norteamericana. En realidad, y ahora que caigo, creo que no estaría mal
entregar Madrid incluso en el caso, a decir verdad improbable, de que
condonasen la deuda.
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