LA MANIPULACIÓN EMOCIONAL DE LAS PERSONAS. MIKEL ITULAIN


EL TESTIMONIO DE LA NIÑA NAYIRAH
 ¿Les cuento una historia?, en realidad una terrible historia. Bien, voy con ello.

Era el 10 de octubre de 1990, una joven daba testimonio, entre sollozos y una enorme aflicción, ante una Comisión de derechos humanos del Congreso estadounidense de como unos malvados soldados, de un país llamado Iraq, habían dejado morir a decenas de bebés que habían sacado de las incubadoras en la Ciudad de Kuwait. ¿Cómo no sentirse indignado ante tal atrocidad? ¿Cómo no pedir justicia o incluso castigo ante ello? Cualquier persona normal así lo sentiría; pero cualquier persona normal también se plantearía, o debería hacerlo, sobre qué evidencias, sobre qué pruebas había de aquello, por mucho que la narración fuese estremecedora y también convincente.


Nadie, o al menos nadie que salió en los grandes medios de  comunicación, se planteó quién era Nayirah. La hija del embajador de Kuwait, Saud Bin Nasir Al-Sabah. La chica adiestrada por una de esas grandes compañías de relaciones públicas expertas en conducir, en "orientar", en realidad en engañar y manipular a la gente, que cumplió con su función encomendada en esta obra de teatro. Esa compañía que la dirigió y enseñó era Hill & Knowlton, que fue presentada de cara al público como "Ciudadanos por un Kuwait libre".(1) Las palabras libre, libertad y otras similares son muy habituales en estas campañas de manipulación pública. Vean sino hoy al apodado Ejército Sirio Libre, aunque  de libre tenga poco y poca libertad va a traer.

Hill & Knowlton fue contratada por la corrupta dictadura de Kuwait por un millón de dólares al mes con el objetivo de lavar su cara y presentarlos como un gobierno moderno y que deseaba la libertad. Si es que el dinero puede con muchas cosas. Esa misma compañía también trabajaba para otros gobiernos poco ejemplares, como el de Turquía y el de Indonesia. Dime con quién andas y te diré quién eres.
El teatro montado, esta actuación teatral, funcionó, y funcionó porque se vendió en los medios de comunicación por la gente oportuna. Así teníamos al presidente de los Estados Unidos,  George Bush padre, conocedor también del engaño, diciendo:

Estos espantosos horrores nos devuelven a los tiempos de Hitler.(1)


¿Cuántas veces hemos oído esta referencia al nazismo, a los nazis, al propio Hitler para justificar lo que no son sino enormes barbaridades? Como las que el  propio Estados Unidos junto a Gran Bretaña perpetraron en Iraq, o como las que luego cometerían el  mismo ejército de los Estados Unidos y la OTAN en Yugoslavia o Libia.
No solo fue el presidente estadounidense el que impulsó esta campaña, todos los medios corporativos estuvieron insistentemente en ese empeño. Y en un momento donde se decidía si se iba a producir una guerra, el ataque de Estados Unidos contra Irak, cualquier posicionamiento a favor suponía una apuesta por esa  guerra, que nadie se engañaba iba a causar, como causó, miles y miles de muertos; en realidad fueron millones, seguramente ya hoy más de dos. Esa decisión se iba  a tomar en el Congreso mediante una votación, y aquí apareció un informe de una organización, apodada como humanitaria, de gran influencia, Amnistía Internacional. Veamos lo qué ocurrió:

El profesor Francis Boyle, que pertenecía al comité de Amnistía Internacional en Estados Unidos, comenta este triste suceso que tuvo lugar hacia el final del otoño de 1990, en unos días que se estaba al  borde de ir o no a una guerra e iba a haber un trascendental debate en el Congreso de los Estados Unidos. Hacia mitades de noviembre recibió una copia del informe, antes de ser publicado, sobre el ataque de Irak a Kuwait: (2)

Inmediatamente lo leí y era sensiblero, impreciso incluso en su declaración de la ley a aplicar. No me pareció que había pasado el proceso de  control de calidad normal.

Como consecuencia de eso, hice un esfuerzo por mantener ese informe para hacer otra revisión… Y en realidad yo además llamé a un compañero del comité para ese propósito, y él y yo intentamos, y yo hice la observación, incluso si esta historia sobre los bebes muertos es cierta, es completamente sensacionalista, y va a ser simplemente usada en los Estados Unidos para llamar a la guerra.(3)


Bien, el informe no fue revisado y desde Londres fue enviado a los medios y organismos internacionales. Sus efectos fueron inmediatos:

Lo publicaron, y usted sabe que terrible impacto tuvo en términos de propaganda de guerra. De los seis votos en el Senado de los Estados Unidos que aprobaron la resolución para ir a la guerra, varios de estos senadores dijeron que fueron influenciados por el informe de Amnistía.(3)

Es terrible ver esto, una supuesta organización de derechos humanos se convierte en valedora para lanzar una guerra. Lo que nunca debería hacer alguien que defienda esos derechos. Tal actitud con  tan horribles consecuencias debería haber tenido alguna responsabilidad. No fue así:

…y yo pedí una investigación.
No ocurrió absolutamente nada. No hubo nunca una investigación.(3)

Ya ven, una organización humanitaria que ayuda de una forma fundamental a que se dé una guerra. ¿Incongruente? Depende, si usted quiere provocar una guerra y quiere que la gente la apruebe no lo conseguirá con un discurso militar, seguramente tampoco con uno político, pero sí lo logrará con una justificación humanitaria, aunque por supuesto no sea real. Otro tema es si una verdadera organización humanitaria puede prestarse a este tipo de cosas. En realidad en modo alguno puede hacerlo, ninguna organización que sea en verdad humanitaria lo haría.

Amnistía Internacional no pecaría aquí por última vez, veríamos más pecados en Yugoslavia, Libia o también en Siria.(1), (4), (5)
Volviendo a nuestra historia, que fue y es terrible porque tras la declaración de guerra aprobada en el Congreso con la "justificación humanitaria" se bombardeó a un país, a su gente, a sus infraestructuras, a su campo y a sus ciudades, causando miles de muertes. Miles que superaron el millón tras el largo embargo, en su mayoría niños. Ya superado el millón de muertos llegó el ataque final que convirtió en millones las víctimas y el país en una auténtica ruina dominada por el odio, el fanatismo y la miseria.
Con qué poco se empieza y cómo se acaba.
La manipulación de los sentimientos humanos es una de las más poderosas y dañinas armas que tiene el ser humano, de hecho ninguna es comparable en su capacidad de movilización para provocar unos efectos tan trágicos, pensando además que se ha hecho algo bueno, que se ha hecho incluso el bien.


Notas:
(1) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(2)Mikel Itulain ¿Cuál es la misión real de Amnistía Internacional?
(3) Francis Boyle. Interview with Dennis Bernstein. Covert Action Quaterly number 73 Summer 2002, pp. 9-12, 27.
(4) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia. 
(5) Mikel Itulain. El papel de Amnistía Internacional en la guerra contra Siria. 



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