EL PORQUÉ DE LA HISTORIA. JESÚS MARTÍN OSTIOS.


EL PORQUÉ DE LA HISTORIA
La ciudad de Málaga ejemplifica la mezcla, la lucha y el tránsito de culturas a lo largo de su Historia. Fenicios, griegos, romanos, íberos, árabes, judíos y cristianos, entre muchos otros, poblaron o visitaron nuestra ciudad desde el S. VIII a. C., hasta el presente.

La esencia de la cultura y de la historia está en la mezcolanza de culturas y tradiciones diversas. A pesar de que esta pluralidad en numerosas ocasiones aparece repleta de rivalidades y luchas violentas, debemos aprovechar el conocimiento y estudio de la Historia para evitar que la variedad existente en la actualidad no se transforme en enfrentamientos –guerras, disputas ideológicas- y actitudes negativas –racismo, xenofobia, intolerancia-.

La diversidad, el respeto, la tolerancia deben ser nuestras banderas para conseguir la igualdad, el respeto y otros valores similares. Nuestra Málaga, como ya hemos señalado, es un buen ejemplo de tal complejidad, siendo clave comprender y estudiar la cultura para saber lo que somos y como hemos llegado a ello, aprendiendo de los errores y siendo conscientes de la complejidad del mundo en el que nos encontramos.

Lugares como la Alcazaba y Gibralfaro, la Catedral, la Victoria, la Concepción, el Cementerio Inglés o la Iglesia del Cister y personajes como Pablo Ruiz Picasso, Victoria Kent, Ibn Al-Baytán, Cánovas del Castillo, Ibn Gabirol, Salvador Rueda, Emilio Prados, Giner de los Ríos, Manuel Altolaguirre, Blas Infante y un largo etcétera son ejemplos de la multiplicidad cultural que ha presentado nuestra ciudad a lo largo de la Historia, la mejor muestra de tal complejidad.

El conocimiento de la Historia debiera de constituir el punto básico desde el que construir un futuro donde la educación en unos valores, la cultura y la Historia deban estar presentes de manera notoria. Debemos ser críticos con lo que somos, comprender la Historia en todos sus aspectos, analizando las rivalidades, conflictos y similitudes; y criticar las injusticias, reclamando una sociedad más justa y solidaria, y dentro de esa sociedad reclamar el peso de la Historia, de la Málaga cultural, de la creación de museos, bibliotecas, exposiciones, de centros interpretación, etc., que ayuden a interpretar la Historia del mundo y enseñen el valor de la Historia y su capital importancia en nuestro mundo.

No podemos ni debemos aceptar las cosas como son, sin hacer ningún esfuerzo por cambiarlas. Como bien señala el profesor Fontana “en las circunstancias confusas y difíciles del presente, a la historia le corresponde combatir, armada de razones, los prejuicios basados en lecturas malsanas del pasado, a la vez que profecías paralizadoras de la globalización”.

Debemos ser críticos, hacer reflexionar a la sociedad y exigir una educación y una cultura de calidad y que no quede apartada, como un remiendo. A pesar de la utopía de un mundo mejor donde la cultura y la historia nos guíen, tal utopía siempre ha de estar presente si queremos aspirar a un cambio verdadero. Como señalaba Tomás Moro “La utopía es el límite que se ha de hallar presente en nuestra mente si lo que queremos es construir un mundo en el que todos los males sean erradicados por completo”.

Jesús Martín Ostios


1 comentario:

Alberto dijo...

Estoy de acuerdo en la importancia de la Historia, nos hace reflexionar, y gracias a ella, enmendar posibles errores, para "no tropezar dos veces con la misma piedra" y poder llegar a tener una sólida opinión crítica, como señala nuestro profesor de Historia: " No seais borregos "