REFLEXIONES NUEVA LEGISLACIÓN EDUCATIVA. FUENSANTA LUQUE.

LEYES EDUCATIVAS
Desde las Ciencias Sociales se cuestiona la capacidad de respuesta a las exigencias de la administración, puesto que atendiendo a la Orden de 10 de agosto de 2007, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la Educación Secundaria Obligatoria en Andalucía se pretende que instruyamos al alumnado en cuestiones académicas además de formarlos en temáticas cívicas: cuestiones morales, concienciación política, medioambiental, etc. Para todo esto estamos capacitados aquellos que deseamos dedicarnos a la enseñanza, y lo que es más a la educación de los futuros ciudadanos y ciudadanas que habitan en este nuestro territorio.


Lo preocupante es que sin quitar peso a los contenidos conceptuales, que aparecen implícitos y se da por hecho que han de conocer los alumnos y alumnas que cursen la educación secundaria obligatoria, se haga hincapié en temáticas como: la conservación y puesta en valor del patrimonio andaluz, los modelos de desarrollo y progreso tecnológico, el uso responsable de los recursos, tradición y modernización del medio rural andaluz, “irreal” industrialización de Andalucía, los procesos de urbanización en el territorio andaluz, ocio y turismo en Andalucía, etc.

¿Cómo podemos desarrollar un currículo coherente? ¿Cómo lograrlo si la disponibilidad horaria es similar a la de etapas legislativas anteriores, otras materias han aumentado su horario pero geografía e historia, aun reconociéndose el peso y la importancia a nivel académico y para la formación personal del conjunto del alumnado, sigue manteniendo un horario que comprende tres hora semanales para formarlos conceptual, procedimental y actitudinalmente?

La cuestión radica en intentar hacer ciudadanos y ciudadanas que “reparen” esto, el mundo o la sociedad actual en la que nos encontramos inmersos, es decir, una cultura llena de contradicciones en la que se defiende la igualdad, pero a la vez fomenta las diferenciaciones así como el individualismo, que recompensa el progreso y las innovaciones por encima de las necesidades medioambientales o sociales.

Cómo potenciar el conocimiento, conservación y puesta en valor del patrimonio andaluz cuando en casi todas las ciudades y pueblos de nuestra comunidad autónoma se acometen barbaridades con algún monumento, tradición etnográfica, fuente documental; puesto que las necesidades urbanísticas, los intereses turísticos, búsqueda de nuevas fuentes de energía o recursos priman desde las diferentes administraciones públicas, en pro de una mejora económica o bienestar social para todos.

Nuestra actuación como adultos no ha sido nada ejemplar, la sociedad que hemos construido o estamos construyendo solo nos puede servir para indicarle a los futuros alumnos, qué no deben hacer y a dónde no deben llegar, que aprendan de nuestros errores. Llevamos treinta años con un sistema educativo en el que conceptos como igualdad de oportunidades, tolerancia, respeto por el medioambiente, defensa de los valores democráticos, derechos y libertades, etc. Se han ido incorporando a los principios, fines y objetivos que deben alcanzar el conjunto del alumnado de la Educación Obligatoria, siendo ésta un bien o derecho fundamental para formar una sociedad más justa, igualitaria, democrática, en resumen, más sana.

Sin embargo aquellos adultos que promovieron y desarrollaron estas ideas no lograron que aquellos alumnos que daban sus primeros pasos junto con la democracia, llegasen más allá de la simple aceptación de esos ideales; se presionó a estos alumnos y alumnas de la democracia, exigiéndoles un pensamiento crítico, pero nunca mostrar actitud crítica ni pretender modificar nada de lo establecido,(mantener el status quo por encima de todo, pero reflexionando críticamente sobre él).

Este alumnado de la democracia que hemos padecido sin quejarnos en exceso los cambios en nuestra sociedad, como meros espectadores, ahora empezamos a actuar en la realidad, por ello temo que recrearemos nuestras contradicciones aprehendidas: pensar y decir algo pero hacer lo contrario, lo que se nos impone desde diferentes ámbitos o esferas de poder, hemos sido la generación pasiva ahora tenemos la posibilidad de actuar. ¿Seremos capaces de permitir que nuestros alumnos alumnas discrepen, critiquen, pongan objeciones e incluso se nieguen a cumplir con las normativas impuestas tras desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo? ¿dejaremos que ellos cambien la realidad?

Fuensanta Luque Ortiz

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