CULTURA Y CAPITALIDAD 2016
La oferta cultural de Málaga se ha ampliado considerablemente en los últimos años. Con la creación del CAC, Centro de Arte Contemporáneo, la ciudad se ha envuelto en un continuo movimiento de idas y venidas de artistas internacionales, presentes en los diferentes circuitos de arte contemporáneo actual a nivel mundial.
No sólo la labor del CAC contribuye a los flujos culturales de la ciudad, el Museo Picasso atrae a una gran cantidad de población de todas partes que se interesa por conocer la ciudad, por lo menos, vía Picasso.
Aunque Málaga no es sólo Picasso, Málaga tiene mucho más que ofrecer y esta oferta se tiene que hacer más cercana, más atractiva. Ahora también podemos encontrar un proyecto de futuro Museo Thyssen-Bornemisza que sin duda va a contribuir a enriquecer más la ciudad.
La cuestión es dejar los intereses políticos a un lado y preocuparnos por la sociedad, por la gente que realmente va a disfrutar la ciudad y se va a acercar a la cultura de Málaga. Hay que luchar por conservar nuestro centro histórico, hay que favorecer la creación de salas de exposiciones en las zonas que no están tan cerca del centro. Hay que tener una mayor conciencia de educación social, bombardear a la gente para que consuma cultura. ¿Por qué somos capaces de ir a las grandes superficies comerciales y a los más novedosos cines a ver los últimos estrenos y gastarnos el dinero, y no somos capaces de consumir la cultura gratuita?
La cultura está ahí, abierta, esperándonos, ¿qué necesita la gente para ir a verla? Quizá sea todo cuestión de publicidad y marketing, ya que a la exposición de Sorolla en el CAC, patrocinada por Bancaja no le están faltando aluviones de espectadores diarios. Espero, confío, necesito pensar que dentro de un tiempo, con la instauración reciente de nuevas carreras como Arquitectura o Bellas Artes, vendrá una nueva conciencia. Una conciencia de grupo, de gente joven preocupada por su ciudad y por lo que acontece en ella. Todo esto favorecido por el plan del Ayuntamiento de conseguir que Málaga sea capital cultural 2016, aunque en mi opinión, estamos bien lejos de conseguirlo. También espero que todas estas mejoras culturales que estamos viviendo a raíz de la capitalidad cultural no se queden en una fecha. Que cuando pase el 2016, se siga trabajando por Málaga, sin tener una fecha en la cabeza y con una conciencia de futuro.
Una conciencia para educar a las generaciones venideras, una conciencia donde se entienda que el arte no es cuestión de unos pocos. Sino que el arte, como la literatura, la música, la danza y otras expresiones, es simplemente eso, la necesidad de comunicarnos con los demás. Es una pena por tanto, que el diálogo, la relación entre el emisor y el receptor no se complete por falta de ilusión y de interés.
Silvia Jiménez Esteban
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