LA PUERTA DE SAN MIGUEL O POSTIGO DE LOS ABADES.
La Puerta de San Miguel es la popularmente conocida como Postigo o Postiguillo de los Abades. Parece que en sus primeros tiempos fue una entrada de pequeñas dimensiones utilizada por los marineros para tener a recaudo tras la muralla las redes, jarcias y aparejos de los navíos, aunque también fue ilegalmente utilizada para hacer entrar y salir mercancías de contrabando.
Llega un momento, en los primeros años del siglo XVI, en que es ampliada y limpiada de escombros, piedras y matojos allí acumulados durante años y se convierte en lugar de paso para llegar hasta el puerto. A partir de entonces será utilizada por los vecinos de la zona, mayoritariamente eclesiásticos, y tomará el nombre con el que se conoce en la actualidad.
Fue cerrada por las autoridades en varias ocasiones ya que era un punto frágil en la fortificada ciudad, aunque nunca por mucho tiempo pues era una entrada cómoda para los vecinos.
En 1564 queda constancia que les fueron colocadas las puertas heredadas de Puerta Nueva, que a su vez las había heredado de Puerta del Mar, donde habían colocado unas nuevas de bronce. Debido a ello hubo que ampliar la abertura, aunque ésta no fue suficiente, como queda demostrado en la petición de ampliación que hizo el Obispo para que pudiesen entrar y salir las carretas que cargaban las piedras y materiales utilizados en la obra de la Catedral. A partir de entonces se convirtió en Puerta, denominada del Rey, pues coincide con las mejoras que se realizan en la ciudad con motivo de la visita del rey Felipe IV en Marzo de 1624.
Pero no será hasta 1674 cuando el gobernador de la ciudad, junto con el marqués de Villafiel, disponen de realizar en ella una de las obras más destacadas de la ciudad, dotándola de una ornamentación barroca como corresponde a su tiempo … la disposición de su fachada fue sobre muy fortificadas vasas, adornadas de frisos, cornisas, frontis, remates y capitel. Y en el remate de su coronación se puso de talla el Arcángel San Miguel, de estatura de dos varas…
Esta escultura dio lugar a que desde entonces fuese “oficialmente” conocida como Puerta de San Miguel, colgándose en ella una placa de mármol blanco esculpida con los nombres, títulos y cargos de los promotores: Fernando Carrillo, gobernador de Málaga, y Pedro Muñiz de Godoy, marqués de Villafiel. A principios del siglo XIX fue demolida junto a toda la muralla de la Cortina del Muelle.
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