MI PADRE. ANTONIIO CUARTERO NARANJO.

MI PADRE
Me gustaría tener un papá de esos:
médico, abogado, empresario…
de BMW y Mercedes…
que me pague todo,
me solucione todo,
y me permita hasta dormir los sábados.


Me gustaría tener un papá de esos:
con chalets, yacusi y criados
con los que poder aparentar.
Me gustaría tener un papá de esos:
con dinero,
de los que ofrecen “Bin Ladens”

Esto es lo que me gustaría, pero lo que no quiero.
Mi padre,
que no tiene donde caerse muerto
Me enseñó el valor de las cosas,
en céntimos.

Me enseñó a ser capaz
de manejar una mole de dos toneladas, con once años.
Me enseñó a valerme por mi mismo cuando estoy solo.
Me enseñó la modestia del modesto.

Mi padre,
que no tiene donde caerse muerto,
me enseñó a diferenciar, el verdón del chamarín, del Camacho.
Me enseñó que los pobres suelen perder.
Me enseñó que a no trabajar por dinero.
Me enseñó a mirar desde abajo.

Me enseñó a avergonzarme de mis errores y a no hacerlo de mis defectos.
Me enseñó a vivir en la vida
Mi padre,
que no tiene donde caerse muerto
Me enseñó a matar, pero no a asesinar.
Me enseñó a no temer a la oscuridad,
sino a lo que guarda

Me enseñó lo que ata y libera las cadenas del campo.
Me enseñó a cortar sin cortarme.
Me enseñó a respetar al jefe
sin tener por qué.

Me enseñó a hacerlo bien por hacerlo.
Me enseñó a enseñar al siguiente
Mi padre,
que no tiene donde caerse muerto,
Es muy valioso.


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