ROSA
En el campo era tan feliz…Me gustaba tomar el sol en el día y sonreír a la luna de noche. Ahora estoy triste y arrugada, casi marchita. – Dijo rosa al reloj de pared.-
Aquel hombre que ves en la foto, me separó de mis compañeras. No pasa minuto que no me acuerde de ellas, de la suerte que tuvieron por no ser la más bonita de todas. Estoy muriendo. Cuando la mujer de mi secuestrador me vio, se sonrojó, inundó a su marido de besos y me colocó en este frío jarrón.
El primer día, compartí mesa con una margarita que me cantaba coplas pero, ella se fue por el retrete. No se muy bien qué es eso. Pero recuerdo que ella gritaba: ¡No, por el retrete no! Hoy sabré cómo es ese lugar porque mi secuestrador no durmió anoche en casa.
Porque decirlo con flores cuando existen las palabras.
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