DURO DOMINGO
Desde que vivo en la austeridad, no he
hecho ni una llamada telefónica. Tampoco he comprado nada que no fuera
absolutamente imprescindible. He dejado la coca-cola y el agua embotellada. Lo
que más me ha costado ha sido no pararme hoy a tomarme una cervecita en los
bares del centro. Veníamos de pasear a los perros, y apetecía sentarse a picar
algo antes de comer. Pero NO. Nos hemos controlado y hemos vuelto a casa. Ayer
mi hija quería ir al Burger King. La cosa es que yo no había caído, pero un
menú de adulto en cualquier multinacional de la comida basura cuesta ya 7,70
euros. Voy a repetirlo: SIETE CON SETENTA EUROS.
Hay que tener en cuenta que es bastante
fácil encontrar un menú en cualquier bar por ese precio. La última vez que tomé
un menú me costó 8 euros y consistió en un primer plato, un segundo plato,
postre, pan y bebida. Es decir, que ya te cuesta lo mismo comerte una
hamburguesa de sabe dios qué y unas patatas fritas en cualquiera sabe qué grasa
polisaturada que un gazpacho, un plato de albóndigas, una birra, pan y un
pudding de postre. El menú infantil cuesta menos, pero también lleva menos
material. Insinuándole a mi hija que ese menú con juguetito es más bien para
niños pequeños, conseguí que quisiera cenar en casa. Allí se lo compensé con el
siguiente plato, cuyo coste total debe rondar los 50 céntimos. Pero lo mejor
fue ver la cara de mi hija cuando vio al "papá y la mamá salchichas".
http://austeraalafuerza.blogspot.com.es/
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