LA FIGURA DE GORDILLO. SALVADOR MORENO PERALTA


LA FIGURA DE GORDILLO
Creo que la figura de Gordillo empaña bastante su propio movimiento, porque el personaje acumula muchas cosas de las que recelar. Pero ayer estuve en la manifestación de Málaga y pude comprobar algo: los manifestantes olían a humanidad y al sudor tras una larga caminata; sus rostros hoscos cuadraban bien con el prototipo de miliciano irracional de la guerra civil; la pobreza de sus ropas y el desafío de sus miradas podían amendrentar a los paseantes de la calle Larios, pero... el líder que tomó la palabra ante el micrófono lanzó un discurso en el que lo mitinero quedaba sobrepadaso por el extremado rigor de sus argumentos, lanzados como puñetazos certeros. Dijo lo mismo que un lúcido columnista podría haber escrito en un periódico, sólo que esta vez lo decía en la calle, en el escenario de la realidad, y no en la cápsula de la prensa. EL TÍO TENÍA MÁS RAZÓN QUE UN SANTO.


Como siempre, la imagen parece valer más que las palabras y el icono de Gordillo, tan molesto porque nos retrotrae a una España berlanguiana, puede desacreditar la única ACCIÓN que hasta ahora se ha producido en la sociedad contra el escandaloso expolio del Estado perpetrado por un gobierno títere y una clase política inexistente.


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