PUNTOS
DE VISTA
En algún lugar del tiempo, más allá del tiempo, el mundo era gris.
Gracias a los indios Ishir, que robaron los colores a los dioses, ahora el
mundo resplandece; y los colores del mundo arden en los ojos que los miran.
Ticio Escobar acompañó a un equipo de la televisión, que viajó al Chaco,
desde muy lejos, para filmar escenas de la vida cotidiana de los Ishir.
Una niña indígena perseguía al director del equipo, silenciosa sombra
pegada a su cuerpo, y lo miraba fijo a la cara, de muy cerca, como queriendo
meterse en sus raros ojos azules.
El director recurrió a los buenos oficios de Ticio, que conocía a la
niña y entendía su lengua. Ella confesó:
–Yo quiero saber de qué color ve usted las
cosas.
–Del
mismo que tú –sonrió el director.
–¿Y cómo sabe usted de qué color veo yo las
cosas?
Bocas del Tiempo.
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