LA APUESTA POR LA CALIDAD


LA APUESTA POR LA CALIDAD
Desde que tomó posesión como presidente de la Junta de Andalucía, y también cuando fue reelegido, José Antonio Griñán ha defendido que la educación es la prioridad de las prioridades. Las circunstancias han hecho que su mandato no sea el más propicio para llevar esta opción hasta sus últimas consecuencias, ya que la crisis ha restringido la financiación estatal de numerosos programas educativos y ha reducido el margen de actuación de la comunidad autónoma en sus propios presupuestos. Con todo, aún es menor la capacidad de maniobra cuando no se acierta en el diagnóstico de los problemas.
                              

Por motivos históricos e ideológicos, la política desarrollada por el Gobierno andaluz en materia de enseñanza ha puesto el énfasis en el logro de la universalidad y la gratuidad, de modo que ningún niño pueda ver malogrado su futuro a causa de la situación económica familiar. En este terreno las conquistas de los andaluces son evidentes. Un análisis recién difundido por la Fundación BBVA confirma que el sistema educativo andaluz arroja un balance notable en cuestión de equidad, es decir, de garantías de igualdad de oportunidades para los alumnos de los distintos ciclos.

No obstante, nuestra clasificación deja mucho que desear en otros dos parámetros que se revelan como muy importantes en el mundo contemporáneo: el rendimiento escolar y la calidad de la enseñanza. En ambos Andalucía queda ubicada en la cola de España, sólo por encima de Baleares y Canarias entre todas las comunidades autónomas. Seguimos arrojando índices elevados en fracaso y abandono escolar y bajos en alumnados que alcanzan la excelencia. La política educativa necesita una reforma a partir de un amplio debate en el que profesores, padres, alumnos en algunos niveles y expertos alcancen un consenso básico, sin dogmas ni apriorismos, sobre los cambios que exige esta situación deficiente. La extensión de la enseñanza no tiene por qué ser incompatible con su calidad. Ahí sí que nos estamos jugando el futuro.

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