LUCES Y SOMBRAS. ANTONIO MÉNDEZ


LUCES Y SOMBRAS
La clase política y los partidos" volvía a figurar entre los tres primeros problemas de este país en el último barómetro del CIS correspondiente al pasado mes de junio. Así lo situaban casi una cuarta parte de los encuestados. El alto porcentaje es casi similar al que se registró hace un año. Entonces, con unas elecciones en el horizonte, asistíamos a los estertores del Gobierno de Zapatero. Ahora apenas han pasado siete meses desde que saliera de las urnas un Ejecutivo con mayoría absoluta.


El paro y los asuntos derivados de la situación económica encabezan las preocupaciones de los españoles. Pero es muy posible que si el CIS en su sondeo recuestionara a los ciudadanos por quiénes son los responsables del endémico desempleo o la aguda crisis que padecemos, seguramente también los políticos volverían a liderar el ranking.

El riesgo de exacerbar las críticas contra los partidos es el de fomentar la aparición de extremismos que beban del desencanto, la frustración y la rabia de esta sociedad, que ha dictado sentencia contra los que presume culpables de que se haya desmoronado en muy pocos años su mundo. La posibilidad de que capitalicen ese profundo malestar fenómenos como, por ejemplo, el que permitió el acceso a la Alcaldía de Marbella de Jesús Gil. Porque la gente ya da claros síntomas de desesperación después de ver como sus gobernantes han ensayado un modelo y luego el contrario con el mismo frustrante resultado. El límite de la paciencia se sobrepasa cuando colectivos o personas llegan a la conclusión de que ya nada tienen que perder. Entonces aumenta la posibilidad de que se produzcan episodios execrables.

Por eso es incomprensible cómo las dos principales fuerzas políticas, PP y PSOE, siguen en su burbuja. Sin plantearse la necesidad de acometer una, y profunda, regeneración democrática; de reconocer ese autismo endogámico que les ha llevado a este repudio social del que es difícil regresar.

PUBLICADO MÁLAGA HOY

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