UTOPÍA. SEPTIEMBRE 2012. Nº XXXVII

EDITORIAL
En relación a los hechos ocurridos en torno al alcalde de Marinaleda y su entrada en diversos supermercados para incautar comida, he de señalar que, quitando el paso por todos los platós de televisión del señor Sánchez Gordillo que parece desacreditarlo, dicho acto debe ser  considerado como una llamada de atención, como una denuncia ante la situación que padecen muchos de los ciudadanos que viven en nuestro país. 

El número de pobres se  ha incrementado notablemente desde que comenzara la crisis, dato que pueden corroborar a través de la web. El número de personas que buscan comida en los basureros cercanos a cualquier supermercado se ha incrementado, dato que pueden comprobar si suelen utilizar el coche o suelen pasear por lugares cercanos a supermercados. El número de personas que deben acudir a comedores sociales o a organizaciones para que le presten ayuda también se ha visto muy acrecentado, hasta el punto de que algunas como Cáritas denuncian la escasez de recursos… Datos todos ellos que deben hacer reflexionar  profundamente sobre los acontecimientos llevados a cabo por el alcalde de Marinaleda y repito, más allá del show montado por el señor Gordillo en los diversos platós de televisión. 

Muchas han sido las críticas, aunque una destaca por encima de todas, aparte de las llevadas a cabo en Intereconomía.  La firma el señor  Joaquín Pérez Azaustre en el grupo Joly. Hay una frase que me llama la atención y es cuando dice literalmente que “en España, en realidad, no hay hambre”, para añadir después que “el hambre existe en el cuerno de África” y que “nadie pasa hambre, auténtica hambre, en la España de hoy”.  Pura demagogia.  Puedes criticar la acción de Gordillo por muchos motivos, pero no puedes decir que en España no hay hambre. En España si se pasa hambre, en España si hay personas con muchas carencias. ¿Hay que llegar a la situación del cuerno de África para considerar que se malvive en España?

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