POPULISTAS
UNIDOS
Lo peor de la crisis es lo que viene
después. En lo social, paro, empobrecimiento, deterioro del Estado del
bienestar. En lo político, populismo. Es la hora de los oportunistas, de
derechas o de izquierdas. No es un fenómeno nuevo. En 1994 se lanzó a la arena
un rico empresario italiano sin muchos escrúpulos. Con una propuesta sin
sustento ideológico, Berlusconi dominó la escena política en las siguientes
décadas y se llevó por delante a la Democracia Cristiana, partido que había
estado en el poder durante medio siglo. ¿Su mensaje? El mismo que el de Jesús
Gil en Marbella: hay que gestionar la cosa pública como si fuese una empresa,
pensando en el beneficio. Sobre todo, el suyo propio.
Los populistas son ilusionistas de corto
recorrido. Le pasó a otro empresario sin muchos escrúpulos metido a político,
el español Ruiz-Mateos, que acaba de arruinar a socios e inversores. Se
presentó a las elecciones europeas en 1989 y sacó dos diputados. Votos
perdidos: su papel en el Parlamento Europeo fue nulo. Ahora en Galicia, Mario
Conde se suma a esta lista. También hay ejemplos en América. En Venezuela hay
un militar golpista metido a político que practica el populismo en el extremo
contrario. Hugo Chávez está dispuesto a no perder el poder, y persigue a opositores
y medios no afines con el aparato del Estado.
También se dedica al mesianismo mundial.
Por ejemplo, invitó sin reparar en gastos a un populista andaluz, Juan Manuel
Sánchez Gordillo. El alcalde de Marinaleda, diputado de Izquierda Unida en el
Parlamento andaluz, ha lanzado este verano una campaña propagandística para
denunciar las consecuencias de la crisis. Ataviado de pañuelo palestino y
sombrero indiano, grita a sus seguidores que está dispuesto a morir por los
pobres. Ruiz-Mateos también dijo que se pegaría un tiro antes de quedarse con
un solo euro de sus inversores. Eso sí, si no se lo prohibiera su religión. Su
ideología tampoco impidió a Gordillo cobrar dos sueldos públicos, como profesor
de EGB y diputado autonómico, durante año y medio, de manera ilegal. La prensa
internacional, sin embargo, lo compara con Robin Hood, Chávez lo invita, y Tele
5, la televisión de Berlusconi, lo jalea. Los populistas comparten muchas
cosas.
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