ENGAÑO A LOS OYENTES
El pasado viernes día tres de agosto me
llamaron a primera hora de la mañana diversas personas para decirme que alguien
me estaba “poniendo verde” en el programa Hoy por hoy de la SER. Enseguida
comprobé que se trataba de unos comentarios de una de sus contertulias, la
profesora Mariola Urrea.
Esta señora conforma la cuota de
personajes de extrema derecha que la cadena ha incluido últimamente en sus
tertulias, supongo que por hacer méritos si finalmente se produce la venta de
la célebre emisora al imperio de Silvio Berlusconi.
No haré comentarios sobre esta persona.
Quien quiera saber quién es, cómo piensa, de qué modo argumenta y qué ideas
tiene en la cabeza solo tiene que escuchar unos pocos minutos de sus
intervenciones. Solo advertiré que, aunque pueda parecer mentira tras oírla, es
nada más y nada menos que una de las personas que forman parte del grupo de
“sabios” a los que el ministro Wert ha pedido que arreglen la universidad
española.
Pues bien, cuando me enteré de que esta
señora había hecho comentarios vejatorios hacia mí llamé enseguida al programa
para poder intervenir y replicar pero quien me atendió me dijo reiteradamente
que era imposible, a pesar de que me identifiqué claramente y varias veces.
Ante esa negativa anuncié en twitter que
la SER no me permitía replicar y al parecer fueron tantas las personas que se
hicieron eco de esto que la directora del programa anunció públicamente poco
antes de acabar que me invitaría a participar.
Al terminar el programa me llamó uno de
los contertulios, Román Orozco, y también me habló la directora del programa.
Me dijo que no era consciente de que yo hubiese llamado y le insistí en que así
había sido. Me dijo que de haberlo sabido por supuesto me hubiera dado entrada
en la tertulia y me dijo que la próxima semana me llamaría e incluso me
preguntó que si me importaría participar cuando estuviese la señora Urrea.
Le dije que por supuesto que no y que yo
la trataría con el mayor respeto, como a pesar de su comportamiento creo que se
merece.
Sin embargo, una semana después la SER
no cumple lo prometido y es por eso que me pregunto qué es peor si el no dejar
que pueda replicar una persona vejada en uno de sus programas o que sus
responsables engañen a sus oyentes.
Sea como sea, tengo la seguridad de que
a este paso Berlusconi se sentirá dentro de poco en nuestra antes querida
cadena SER como en su propia casa.
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