CONTROLAR EL DINERO PÚBLICO. JOSÉ AGUILAR


CONTROLAR EL DINERO PÚBLICO

Sale a  luz otro informe de la Cámara de Cuentas de Andalucía sobre actividades de la Consejería de Empleo y, con él, otra censura al modo y manera en que se han estado manejando los fondos públicos en este departamento del Gobierno autonómico.

La Cámara ya había detectado graves irregularidades en las ayudas a los expedientes de regulación de empleo, tan graves que son sustento fundamental del famoso caso de los ERE fraudulentos, hoy en el ámbito judicial penal y con una ristra de imputados de alto nivel político. También las encontró en la gestión de las subvenciones para la promoción del empleo que la Consejería realizó a través del Servicio Andaluz de Empleo, igualmente investigados.


Esto de ahora es de menor relevancia. Se trata de que la Cámara de Cuentas -órgano fiscalizador de las finanzas públicas, dependiente del Parlamento regional- ha descubierto, y así lo ha hecho constar en su correspondiente informe, que de los 44 millones de euros concedidos por la Junta en los años 2008 y 2009 para el funcionamiento de catorce escuelas de formación para el empleo más de 3,5 millones no se justificaron. Los auditores se han topado con facturas no debidamente justificadas, otras que no corresponden a las actividades objeto de la subvención (por ejemplo, atenciones protocolarias o indemnización a un directivo cesante) y, en general, falta de seguimiento por la administración de las subvenciones, que a veces se concedían después de que las acciones subvencionables ya se hubieran puesto en marcha, sin la preceptiva autorización previa.

De menor relevancia, sí, pero no irrelevante. Nada puede serlo cuando se refiere al uso diligente del dinero público. Si hay algo en lo que los gobernantes tienen que ser especialmente rigurosos -vamos, como mujeres de césares: no sólo ser honrados, sino parecerlo- es en el cuidado y la buena administración de los presupuestos que la sociedad pone en sus manos, a modo de préstamo que ha de ser devuelto en forma de gestión escrupulosa, eficiente y socialmente beneficiosa.

Ojalá sea verdad que, como ha declarado el portavoz de la Junta, después de recibir estos informes de la Cámara ya se han extremado los mecanismos de control y verificación de los fondos. La impresión que uno ha de sacar, inevitablemente, es que en el pasado el reparto de dinero público ha sido irregular a veces, delictivo alguna vez y demasiadas veces frívolo y descontrolado.
FUENTE MÁLAGA HOY

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