EL PERIODISMO ESPAÑOL EN LA GUERRA DE
YUGOSLAVIA
La actuación
de los periodistas españoles, si así pueden llamarse, en la guerra en
Yugoslavia distó mucho de ser un trabajo objetivo, responsable o ético. Me
refiero aquí a aquellos periodistas que pertenecen a los medios corporativos o
que están controlados por las corporaciones, como es el caso de la televisión
pública española, TVE.(0)
Pérez
Reverte, uno de los periodistas que estuvo en Yugoslavia, trabajando en este
caso para TVE, comentaba lo siguiente respecto a la situación en Croacia:
A causa del desmoronamiento del Estado Federal yugoslavo, la postura croata responde menos a
un deseo de independencia nacional que al temor de quedar bajo el control de la
vecina República de Serbia.
Bien, en
primer lugar el periodista elude decir por qué se estaba desmoronando
Yugoslavia, y en este caso era pertinente decirlo. Las causas de esta
destrucción no estaban principalmente dentro, sino especialmente fuera; por el
hundimiento económico al que sometió el FMI y el Banco Mundial al Estado
yugoslavo.
A lo largo
de los 80, el FMI y el Banco Mundial periódicamente prescribían más dosis de su
amarga medicina económica y la economía yugoslava lentamente cayó en coma.
Desde el
comienzo, los sucesivos programas esponsorizados por el FMI aceleraron la
desintegración del sector industrial de Yugoslavia, la producción industrial
cayó a un negativo 10 % de crecimiento para 1990, y el sucesivo
desmantelamiento de su estado del bienestar, con todas las consecuencias
sociales predecibles. (2)
¿Por qué
esta actuación contra Yugoslavia? Hay una respuesta bien clara y sencilla:
Yugoslavia
era diferente a las repúblicas soviéticas, su nivel de vida era más alto, no
existía el desempleo y tenía una fuerte economía y unas muy buenas relaciones
con otros países, especialmente con el tercer mundo. Esto era algo que tanto
EE.UU. como Alemania no podían tolerar, su independencia política y económica,
ya que la Federación yugoslava se mostraba como un rival con el que tendrían
que competir. El interés por su dominio, además de por controlar sus recursos,
se debía a que era una zona muy importante estratégicamente, porque era un
lugar de acceso terrestre, o especialmente fluvial a través del Danubio, a las
grandes reservas energéticas en Oriente Medio y especialmente a la zona del mar
Caspio.(3)
El seguir
las amargas medicinas económicas de quienes tenían interés en derrumbar y
someter a este país tuvo pronto un resultado realmente devastador.
Los ingresos
del Estado que deberían haber ido como transferencia de pagos a las repúblicas
y provincias en vez de servir a la deuda de Belgrado con los clubs de París y Londres. Las repúblicas
fueron dejadas a su suerte.
Cortando las
arterias financieras entre Belgrado y las Repúblicas, las reformas encendieron
las tendencias secesionistas que se alimentaron en factores económicos además
de en divisiones étnicas. La crisis presupuestaria inducida por el FMI creo un
hecho económico consumado que allanó el camino para las secesiones de Croacia y
Eslovenia en junio de 1991(1)
Los
problemas económicos, las causas económicas, inducen y provocan principalmente
la ruptura de los países y las guerras, mucho más que los factores étnicos, en
contra de lo que la prensa y los medios corporativos gustan de decir.
Tampoco es
cierto lo que comenta Reverte respecto al temor de Croacia a caer en manos de
la vecina República Serbia. En realidad lo que hacía el ejército yugoslavo,
como lo haría el español, era tratar de mantener la unidad del país. Algo que
tampoco comenta el periodista español es que por ejemplo en Croacia había una
considerable población de croatas de cultura ortodoxa, alrededor de un 12%, llamados serbocroatas, pero que los
medios de comunicación calificaron solo como serbios, haciendo creer a la gente
que eran poco menos que invasores, que allí no debían estar porque solo debían
estar los verdaderos croatas, los católico croatas. Visión esta que el Vaticano
también apoyó con fervor.(4)
Continúa
este periodista su relato:
El quién es
quién en esta guerra civil puede establecerse así: de una parte la Guardia
Nacional Croata con poca experiencia militar y armamento ligero, de otro lado
están los chetniks, las guerrillas serbias, y el Ejército Federal yugoslavo que
apoya a los chetniks con sus tanques, aviones y artillería. Simplificando, es
como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo
de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase
partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es aquí
abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
Nos muestra
una situación de David contra Goliath, del débil contra el fuerte; en el fondo
trata de que los espectadores simpaticen con la causa croata, la
católico-croata, y rechacen a los serbios -serbocroatas-. Pero, ¿había motivos
reales para expresar esto que cuenta Reverte?, ¿era esto así? Veamos, la
Guardia Nacional Croata, que aquí parece una guerrilla de partisanos, y los
dirigentes de la nueva Croacia, no tenían precisamente un historial de
inocencia y tampoco de falta de medios ni de poderosos padrinos.
Detrás de la
aparente cara democrática de la nueva Croacia estaba el resurgimiento de una
parte del fascismo que vivió la antigua Yugoslavia en los años 40, durante la
Segunda Guerra Mundial. Las atrocidades que allí cometieron los fascistas
croatas, los utashi, en colaboración con la Iglesia católica, no tienen
parangón con otras, ni siquiera con las cometidas por los nazis en la propia
Polonia. Para quien quiera profundizar más en estos hechos recomiendo la obra
del historiador Avro Manhattan.(5) Bien, en aquella época se formó la Gran
Croacia, que aniquiló y expulsó a las personas de otras culturas y otras
religiones: ortodoxos (serbocroatas, serbobosnios), judíos o gitanos. No obstante,
no todo acabó allí, muchos de estos criminales huyeron con la ayuda
estadounidense y del Vaticano.(5), (6) De hecho la actividad terrorista de
estos fascistas no se detuvo en el tiempo, prosiguiendo en los años 50, 60, 70
y hasta los 80.(7)
Ya a finales
de los años 70, aunque ya lo estaba preparando desde la décda anterior,
Alemania interviene de forma decidida para favorecer la separación de Croacia.
Tras la llegada de Klaus Kinkel en en 1979 a los servicios de inteligencia
alemanes -el BND- comienza un decidido apoyo a los nacionalistas croatas,
nacionalistas en buen número seguidores de los antiguos utashi que hemos
comentado. También Alemania facilita la salida de la cárcel de un dirigente de
extrema derecha claramente antisemita, Franco Tudjman, el que luego sería el
presidente de la Croacia ya independizada. Al mismo tiempo van fluyendo las
armas hacia estos nacionalistas de extrema derecha, ya llegan en los años 80;
(3), (7) no eran por tanto un grupo de desamparados con escopetas de caza, como
nos quería hacer ver Reverte.
Ya hemos
comentado que los motivos económicos tenían una parte fundamental en esta
guerra que se iba a desatar.
Como tantas
veces en las guerras, el mundo de los negocios tuvo una parte fundamental, y
aquí el empresariado alemán presionó a Kohl para que apoyase la separación
de Croacia, ya que esto les permitiría
entrar más fácilmente en la economía del país, y eliminarían también a los
competidores yugoslavos. En el Frankfurter Allgemeine Zeitung, portavoz del
mundo de los negocios alemán, en 1991 se indicaba que Yugoslavia era “un Estado
engendro”. El gobierno de Bonn, en julio de 1991, actúa y lanza el ataque
económico para desestabilizar a Yugoslavia, bloquea las líneas de crédito y
provoca una situación de bancarrota en la
Federación.
Esto crea
serios problemas y tensiones entre las repúblicas, que Alemania agudiza al dar
crédito en agosto a las secesionistas. Todo ello está amparado también desde la
Unión Europea, a la que Alemania, dado su poder económico, ha impuesto su
visión e intereses en los Balcanes. Cuando Eslovenia y Croacia declararon su
independencia, a finales de junio de 1991, la propia Unión Europea amenaza a
Yugoslavia con no darle la ayuda económica si interviene para evitar las
secesiones.3 Estas secesiones crean un importante problema en la población,
sobre todo de Croacia, ya que en ella buena parte son serbocroatas y empiezan a
temer, con razón, que se repitan sucesos parecidos a los del genocidio de 1941,
llevado a cabo contra ellos por los croatas fascistas católicos. De hecho, a la
declaración de la independencia croata le sigue la declaración de una República
Independiente serbia en la Krajina, en la frontera con Bosnia y de mayoría
serbia, que aprobó mantenerse en Yugoslavia en un referéndum en mayo de 1991,
con una mayoría de un 90 %.(3)
Todo esto
nos deja ver cómo estaban las cosas, y las palabras del periodista español no
encabajan bien con los hechos.
Simplificando,
es como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo
de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase
partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es
aquí abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
En realidad
la desproporción era abrumadora, pero más bien en sentido contrario, toda una
Alemania y toda una Unión Europea en favor de los nacionalistas croatas,
también con Estados Unidos en ello, no por mor de defender la autodeterminación
de los pueblos o países, porque no reconocieron la de la Krajina, ni por
defender supuestos derechos humanos o el detener un genocidio, que ellos de
algún modo terminaron provocando, sino por someter a Yugoslavia a sus dictados
económicos, debilitando y desmembrando al país.
El temor,
bien fundado, por parte de los serbocroatas y otras minorías étnicas en
Croacia, que constituían más de un cuarto de la población, además de por muchos de cultura
católica-croata, estaba bien fundamentado, no solo por su pasado, sino especialmente
por su presente. La nueva Constitución croata discriminaba claramente a los que
no eran "croatas", es decir, católico-croatas, a los que consideraba
prácticamente como ciudadanos de segunda.
En la nueva Constitución Croata, proclamada en
diciembre de 1990, se hablaba del “Estado nacional del pueblo croata y de los
otros”, dejando el término despectivo de “otros” para: serbios, judíos,
zíngaros u otras etnias. Europa y sus medios de comunicación callaron ante
semejante barbarie, que, esta sí, recordaba al nazismo.(3)
Además se instauró un estado de terror y de
persecución hacia estas minorías, especialmente hacia los ortodoxos, y hacia
los disidentes, repitiéndose la historia. Las cifras son terribles, en torno a
600.000 serbocroatas fueron expulsados finalmente de Croacia. La mayor limpieza
étnica desde la Segunda Guerra Mundial en Europa.(3), (8), (9)
El Gobierno
de Croacia ha forzado a irse de sus
casas y del país a miles de sus enemigos, de acuerdo a la nueva oficina de
Zagreb de la organización de derechos humanos Helsinki Watch.
Las acciones
han sido dirigidas principalmente contra los serbios [serbocroatas], que una
vez fueron una importante minoría en Croacia, pero también contra los croatas
que se opusieron al mandato del presidente Franco Tudjman, dijo Ivan Zvonimir
Cicak, quien dirige Helsinki Watch en Croacia.
"Desde
1991, las autoridades croatas han destruido o arrasado 10.000 casas,
principalmente de serbios, pero también de croatas". Mr. Cicack, que está
catalogando los abusos, dijo en una entrevista: "En algunos casos
dinamitaron las casas con las familias dentro. Familias enteras fueron
asesinadas. Muchos resultaron heridos."(10)
¿Por qué la
prensa, la televisión o la radio contaron una historia tan parcial, tan alejada
de la realidad? Bien, ya lo hemos hecho ver antes, el poder económico estaba
interesado en esta guerra y en sus consecuencias, consecuencias que dejaron los
recursos de países sometidos en manos de las grandes corporaciones. Lo demás
fue obediencia, obediencia y manipulación de los hechos, algo que no debería
hacer ningún periodista que merezca tal título. Sin embargo, por desgracia,
estamos demasiado acostumbrados a que no sea así.(11), (12)
Tras la
orden del empresariado alemán la prensa de este país se puso el traje militar y
todos le siguieron detrás.
Fue la
prensa alemana quien lanzó la satanización de los serbios. El conjunto de los
media europeos les siguieron desde que sus gobiernos se alinearon con Bonn.(7)
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/
Notas:
(0) Mikel
Itulain. Los medios de comunicación y Repsol-IPF. Enlace
(1) Pérez
Reverte.Crónica de Guerra, Croacia.Enlace
(2) Michel Chossudovsky. Dismantling Yugoslavia,
Colonizing Bosnia. 'The Other Face of the European Project, Alternative Forum
to the European Summit, Madrid, 1995.
(3) Mikel
Itulain. El origen de la guerra en Yugoslavia. Parte I. Enlace
(4) Mikel
Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(5) Avro Manhattan. The Vatican´s holocaust. Ozark
Books, 1986.
(6) Carl Savich. The Ratline: The US-Utasha
connection. 2.6.2007.
Serbianna.
(7)Michel
Collon. El juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hiru.
1999. pp.120-145.
(8) Michael Parenti. To kill a nation, the attack on
Yugoslavia. Verso, 2000.
(9) Jared Israel. The media suppressed the truth about the rebirth of croatian fascism.
Emperor´s clothes, 11.8.2004.
(10) David Binder. Croatia force thousands from homes,
Rights Group says. New
York Times, 8.12.1993.
(11) Mikel
Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia. Enlace
(12) Mikel
Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria.
Enlace
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