NI
VENCÉIS NI CONVENCÉIS
La nueva dirección de Radio 3 ha
decidido cancelar el programa diario ‘Carne Cruda’, tras tres años en antena de
la cadena pública. Hoy se emite el último programa, grabado antes del verano,
con lo que el equipo no podrá despedirse de los oyentes.
Javier Gallego es el director y
presentador de Carne Cruda.
Queridérrimos oyentes,
Lamento muchísimo tener que comunicaros
que la nueva dirección de Radio 3 y de RNE me acaba de despedir y ha levantado
el programa “Carne Cruda” de su parrilla de emisión. Se cumplen
desgraciadamente los temores que muchos me habíais manifestado y que yo había
desestimado pues creí en la palabra del recién nombrado director de la emisora,
Tomás Fernando Flores, que aseguró hace un mes que el programa continuaría la
próxima temporada. A la manera del presidente del Gobierno, el nuevo
responsable de Radio 3 responde lamentablemente al dicho “Donde dijo digo, digo
Diego” aunque en su caso sería más apropiado decir “Donde dije digo, digo Tomás
Fernando”. Así, cuando fue nombrado director se comprometió conmigo a
mantenerme en antena y a solo dos días de terminar el curso (y con todas las
programaciones de radio cerradas, por cierto), me echa sin darme ni siquiera la
oportunidad de despedirme en antena de vosotros, pues los programas de final
del verano son grabados. Por eso lo hago desde aquí. Me pueden quitar el
micrófono pero no la palabra. Y mucho menos, quienes no cumplen la suya.
La nueva dirección de la emisora,
formada por Tomás Fernando y su segundo, Benito Pinilla, ha alegado motivos
económicos para justificar mi cese y la retirada del programa. Por esa misma
razón, hace un mes acepté una rebaja del 20% de mi sueldo y de la retribución
del resto de colaboradores del programa, condición que hemos tenido que asumir
todos los trabajadores externos de la casa para continuar en antena. Se supone
que así cuadrábamos el exiguo presupuesto de la emisora. Pero ahora el equipo
directivo dice haber encontrado inesperadamente un nuevo agujero presupuestario
mayor del que creía y culpa a la anterior dirección de no haberle dejado las
cuentas a su disposición. Solo le faltó a Tomás Fernando decirme que la culpa es
de la “herencia recibida”, por utilizar la terminología oficial del partido. La
culpa es de la herencia y el culpable es Carne Cruda, por lo visto, pues es el
único programa diario que va a ser suprimido de la parrilla, a pesar de haber
doblado la “audiencia recibida” y de ser el espacio más seguido en Facebook de
todo Radio Nacional. Pero no nos echaremos flores nosotros. Para echarnos ya
esta Flores. Sí, nos ha echado Flores. Pero llenas de espinas.
Dice que nos echa porque el programa
sale muy caro. No tengo ningún problema en publicar mi sueldo de autónomo, sin
pagas extras ni derecho a vacaciones. Cobro alrededor de 1.400 euros mensuales
limpios después de pagar Seguridad Social, IRPF, el impuesto de sociedades y el
resto de gastos de la empresa que tuve que constituir por exigencia de Radio
Nacional, que trata así de evitar una relación directa con la persona física.
Muchos de los colaboradores contribuyen desinteresadamente al programa y tres
cobran una cantidad simbólica de 50 euros por colaboración después de haber
trabajado gratis las dos primeras temporadas. El resto del equipo son
contratados de RNE cuyos contratos siguen vigentes. Además, tras la noticia del
despido, yo he ofrecido a Tomás Fernando Flores la posibilidad de negociar, lo
que a él no parece habérsele ocurrido como solución. Me ha prometido
consultarlo y llamarme. No lo ha hecho. No he vuelto a tener noticias suyas. Ni
las puedo esperar de quien ya ha demostrado que no cumple lo que promete.
Por todas estas razones y por la forma
poco verosímil en que me justificó su decisión, no pude creer a Tomás Fernando
cuando se apresuró a decirme al cesarme que no era por motivos políticos,
aunque yo ni siquiera los había sugerido. ‘Excusatio non petita, acusatio
manifesta’ que decían los latinos, es decir, dime de qué te excusas y te diré
de qué te acuso. Yo acuso a la nueva dirección de Radio 3 de haberme engañado
dos veces: cuando me dijo que seguiría y cuando me dice que no hay motivos
ideológicos para que no continúe. Fui un ingenuo al creerle la primera vez. No
seré tan idiota de creerle una segunda.
Su discurso y maneras se parecen tanto a
las del actual Gobierno que cualquiera diría que el Gobierno está detrás. No
voy a ser tan mal pensado. No está detrás. Está delante porque ni siquiera se
molesta en ocultarlo. No han ocultado que les estorbaban periodistas que pueden
ponerles en tela de juicio, como Ana Pastor, Toni Garrido o Juan Ramón Lucas, a
los que han despedido cuando mas éxito tenían sus respectivos programas. Para
ellos, mi respeto y admiración porque han caído por una causa digna y que los
periodistas debemos dignificar: hacer periodismo. Lo dije cuando el Gobierno
decidió tomar el control de la radio televisión pública gracias a su mayoria
absoluta: veenceréis pero no convenceréis, como afirmó Unamuno. Hoy pienso que
me equivoqué: ni vencen ni convencen. Convence el que tiene razones y ellos han
demostrado que solo saben responder a los argumentos del contrario con la
fuerza. Y no vencen porque cada decisión que toman les hace perder el escaso
crédito que tienen entre gran parte de la ciudadanía, incluidos algunos de sus
votantes.
Yo sí que siento que he ganado muchísimo
en estos tres años fabulosos de radio. He ganado a la audiencia más viva,
inquieta, exigente, combativa y bulliciosa que un programa puede desear,
incluidos algunos críticos feroces que siempre conviene tener para la sana
confrontación de opiniones. He ganado la posibilidad de hacer radio en libertad
y el privilegio de compartirlo con un equipo esforzado y talentoso que se ha
dejado la piel en las ondas. Ha sido un placer inconmensurable y un privilegio
compartir con ellos y con vosotros tantas experiencias radiofónicas y
periodísticas estimulantes y emotivas, tantas horas de discusión, ideas, lucha,
indignación y pensamiento crítico. Ha sido una satisfacción aprender de los
muchos errores y tener la oportunidad de enmendarlos y tratar de mejorarnos a
cada paso. Os doy mi palabra de que lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido. A
los que dirán que tengo lo que me merezco, solo puedo darles la razón. De
hecho, este programa y su audiencia es mucho mas de lo que esperaba como
recompensa. Por eso sigo contento en este momento triste. Puede que me hayan
quitado el programa y el trabajo pero ya no me pueden quitar lo radiado.
Sé que solo soy uno de tantos que pierde
su empleo en estos días amargos. Sé que solo soy uno de tantos periodistas que
pierde su trabajo en este país precario. Y sé que Radio 3 seguirá siendo una
grandísima emisora sin el programa pues cuenta con una plantilla con mucho
talento que hace un enorme trabajo con muy pocos medios. Lo que quiero decir es
que yo soy uno más. Pero aparte de mi pena personal y de la que sentiréis
muchos por la pérdida de Carne Cruda, creo que hay algo más importante que todos
tenemos que defender. Parafraseando mi adorada película “Amanece que no es
poco”, todos somos contingentes pero la radiotelevisión pública es necesaria.
Es necesario un medio de comunicación público, independiente y crítico que
sirva a los ciudadanos para controlar a este Poder. Y es más necesario que
nunca cuando el Poder trata de gobernar a golpe de decreto y tijeretazo, sin
control por parte del ciudadano y tratando de controlar hasta los pensamientos
que éste tiene. Hay compañeros en Radio Nacional que tratan de salvaguardar su
dignidad profesional y un periodismo decente en estos tiempos oscuros de
purgas, censuras y consignas informativas que ya se están imponiendo en Radio
Nacional. Les deseo suerte, fuerza y, sobre todo, valor. Valor es lo que más necesitamos
en estos tiempos.
Yo creo haber luchado por la radio
pública desde dentro. Ahora me toca hacerlo desde fuera. Cuento con vosotros.
Que la radio nos acompañe.
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