FUEGO Y AGUA… DOS PROBLEMAS
Hay fuegos en la península y en las islas. Son casi 200 mil las hectáreas arrasadas en los más de 10.500 fuegos. Los grandes fuegos de más de 500 hectáreas cuadruplican a los producidos en el mismo periodo en 2011. Apenas hay provincias que no haya sufrido uno o varios incendios, en su mayor parte, por descuidos o decidida y criminalmente intencionados. Las altísimas temperaturas, por encima de 40º en la mayoría de las regiones, son un peligro y dan la sensación de asfixia casi desde que sale el sol. El viento, cuando lo hay, no ayuda mucho; más bien dificulta las tareas de extinción.
Una publicación autorizada, que abarcaba el periodo 2001-2010, titulaba “España en llamas”. Allí se decía que “los 170.822 incendios ocurridos (¡Ojo!), entre 2001 y 2010 quemaron 1.137.566 hectáreas, tanto como toda la Región de Murcia”.
En lo que llevamos de año en 2012, hemos superado los registros. La desertización avanza implacable y ya no es tan lenta como desearíamos. Se han producido fallecimientos entre el personal que lucha con las llamas, y también entre la población civil, por culpa de la ola de calor. Hoy mismo, 42 provincias estarán en alerta este sábado por temperaturas máximas que superarán los 40 grados, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología. La AEMET ha activado la alerta naranja (riesgo importante). La noche no refresca mucho.
La citada Agencia, ayuda a las tareas de prevención mediante la confección diaria de mapas. Gracias al llamado índice canadiense, “se evalúa diariamente el riesgo de ocurrencia de incendios y el comportamiento potencial de los incendios sobre España y se asigna a cada zona del territorio nacional el correspondiente nivel de riesgo previsto, que se ha clasificado en cinco tipos según los valores numéricos que alcanza el citado índice: riesgo bajo, riesgo moderado, riesgo alto, riesgo muy alto y riesgo extremo”(Ver un mapa para hacerse una idea).
En todos los telediarios, los mapas contrastan con las noticias de la bajada del nivel de los embalses, y las reservas hídricas. No se siguen con alarma, pero sí con cierta inquietud, sobre todo por quienes están en el interior, y no disfrutan de la frescura de la playa, o las brisas del litoral.
Sin tener en cuenta todo lo anterior, y como las fechas son las que son, ya desde hace unos días de este agosto se va abriendo en España la llamada media veda de caza que se extiende hasta el 16 de septiembre. Temporada de caza reducida que, afecta especialmente a codornices, tórtolas y palomas torcaces, en acusado declive. Quiero decir que según los expertos -y los cazadores lo son- cada año son más escasas. Las codornices, han disminuido cerca de 50% según la Sociedad Española de Ornitología. Las aves y los animales, sufren, mueren o son forzados a huir de la sequia y del fuego. Mal síntoma.
La inercia de la destrucción implacable, por la mano del hombre, sigue su curso sin que se ponga remedio. Nadie habla de desastre medioambiental, ni de terrorismo ecológico. Ni se previene, ni se ataja, ni se castiga, ni se da tiempo a que la naturaleza se regenere. La división territorial y política de las autonomías, ha supuesto un inconveniente añadido. Ahí tenemos a los responsables de una autonomía como Canarias y al ministerio de Agricultura y Medio ambiente, tirándose los trastos, y hablando de irresponsabilidad “de los otros”, claro. Se dice que una buena flota de hidroaviones es más necesaria que un canal autonómico de televisión. Y los ciudadanos creen que es verdad. Pero ¿quién detiene el despilfarro autonómico, y los canales de autobombo del ego de quien manda? No han hecho nada, ni antes que al parecer había dinero, ni ahora que dicen que no hay. Lo que no hay es voluntad de atajar los problemas de raíz.
Y con lo que acabo de decir es para denunciar el tema del agua. La riqueza del agua. El despilfarro del agua. La necesidad del agua. En democracia, el agua en este país, no ha servido más que para que los políticos que han parcelado España, se apropien “de lo que dicen es suyo y les pertenece”, y se sigan tirando los trastos a la cabeza, incapaces de aprobar un plan integral en beneficio de todos. Se han vendido demagógicamente costosísimas desaladoras. Se han peleado por los trasvases. No se ha hecho nada para recoger el agua sobrante, cuando la hay, ni existe una canalización que lleve el agua de los embalse de la España húmeda a los posibles receptores en otros puntos del país. ¿Qué infraestructuras se han hecho? ¿Dónde está la política de reforestación?
La mano asesina del fuego y la desaparición de las especies deberían voltear en las naciones y en cada uno de sus habitantes, la campana de la alerta. ¿Dónde están los VERDES? Por cierto, y esa es otra, las malas lenguas dicen que Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos durante los dos -¿añorados?- mandatos de Bill Clinton que vino a dar “jugosas” lecciones en Sevilla, está en primera línea de los incendios de California, para intentar paliar las emisiones del efecto invernadero.
¿Sabemos lo que es la sed? Nos comportamos como ricos irresponsables. Creemos que pagando seguiremos teniendo agua de forma privilegiada. Los antepasados de los niños que hoy beben en ese abrevadero también pensaban que el agua potable no se acabaría. Hoy tenemos medios,( científicos y económicos), para atajar el problema, incluso en África. Pero… no hay que luchar contra el hambre, ni contra la sed, hay que luchar contra los “ricos” (que no son únicamente los que tienen mucho, sino quienes no valoran lo que tienen) y contra el egoísmo partidista de los políticos. La casa de todos es el planeta azul que habitamos. La naturaleza es sabia y a veces se venga. ¿Nos extraña?
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