PRIMER ANIVERSARIO EN CATALUNYA
Entre los miles de mensajes lanzados en
Twitter desde el comienzo del 15-M, hay uno que pudo leerse en la primera etapa
del movimiento y que, justo un año después, brilla por su elocuencia. Dice así
el tweet: “Quien quiera entender cómo se diseñó, se equivocará. Quien quiera
repetirlo, se equivocará. Quien quiera controlarlo, se equivocará. #15M”
(@bufetalmeida, 24 de junio de 2011). Y es que no cabe duda de que, cuando se
acaba de cumplir el primer aniversario de la irrupción del 15-M, la
caracterización del movimiento que hacía aquel tweet resulta acertada en los
tres aspectos que señala.
Por un lado, la respuesta viva y
coordinada -y no el prediseño- sigue siendo, junto a la espontaneidad, uno de
los componentes principales del 15-M. Por otro lado, no puede hablarse hasta la
fecha de un control partidista del movimiento, sino que, al contrario, se
acostumbra a denunciar de inmediato cualquier intento de control. Y,
finalmente, al conmemorar su primer año, el 15-M no ha caído en la ritualidad
banal ni en el simulacro de “la repetición”. De hecho, ni tan siquiera lo ha
necesitado: el aniversario ha sido aprovechado para dar un nuevo impulso al
movimiento, así como para poner en común el trabajo realizado durante el año y
para reafirmar la propia continuidad del 15-M. Por eso no es casual que una de
las expresiones más escuchada entre la multitud de participantes haya sido
esta: “estoy más indignado que el año pasado”.
Del MayDay al 12-M
Sin embargo, aún hay una característica
más que se ha hecho patente con el paso del tiempo y que se podría concretar en
la dificultad de diferenciar con rigor entre “lo que es 15-M y lo que no lo
es…”. Al menos esto es así en relación con el grado de implicación que este
nuevo torrente de protesta ha logrado desarrollar en el seno de los movimientos
sociales y de las plataformas sectoriales de lucha ya existentes o de creación
reciente. Ciertamente, en el ámbito catalán, esta cuestión se puede apreciar
con bastante nitidez, y prueba de ello es que, para trazar una crónica mínima
del primer aniversario del 15-M en Catalunya, se hace del todo indispensable
retrotraerse a los acontecimientos previos más inmediatos.
En primer lugar, pues, reseñable es la
implicación del movimiento en la huelga general del 29 de marzo, así como el
apoyo posterior a los huelguistas encarcelados y, en especial a Laura Gómez, la
sindicalista de CGT que no fue puesta en libertad hasta el 17 de mayo. No menos
significativa ha sido, también, la celebración del MayDay: el 1º de mayo
alternativo que se celebra en Barcelona desde hace nueve años y que, este año,
fue convocado desde la coordinadora laboral del 15-M. A nivel de participación,
la manifestación rompió moldes respecto a las ediciones anteriores y contó con
la asistencia de más de 10.000 personas en las calles de una ciudad sitiada por
los 8000 policías concentrados para la reunión del Banco Central Europeo (BCE)
que tuvo lugar entre el 2 y el 4 de mayo.
Pues bien, el primer acto de
inteligencia colectiva que el 15-M tuvo en esta ocasión fue el de no caer en la
trampa de la provocación y dar completamente de lado a la reunión del BCE (“No
participaremos en la convocatoria de Felip Puig”, fue la frase que ilustró la
estrategia). Los esfuerzos, ahora sí, se concentraron en la celebración del
aniversario del 15-M y en la convocatoria internacional 12-15M.
La manifestación del 12-M en Barcelona
resultó un verdadero éxito por su magnitud y pudo recordar a la gran
manifestación del 19 junio del año anterior, tras la jornada de asedio popular
al Parlament. Desde el área metropolitana y comarcal próxima a Barcelona se
organizaron marchas y columnas para asistir a la convocatoria, mientras que
Girona, Lleida, Tarragona y otras poblaciones celebraron también
manifestaciones organizadas desde sus propias asambleas locales.
Occupy Mordor
Al igual que en otras ciudades del
Estado, las plazas se llenaron para convertirse de nuevo en un ágora… y, en el
caso de Barcelona, para pasar de inmediato al segundo golpe de inteligencia
colectiva que consistió en rehusar la condescendencia de las autoridades a
través de su “permiso de acampada” (“Ya no nos interesan las plazas”, fue ahora
la frase). De es te modo, el objetivo siguiente del 15-M fue el traslado de la
protesta a las altas torres negras de La Caixa/Caixa Bank, situadas en la
Diagonal de Barcelona y bautizadas ahora por el movimiento como las Torres
Mordor, símil literario extraído de la novela “El Señor de los Anillos” para
referenciar el lugar del mal y las tinieblas… Oscuridad que, para los clientes
defraudados, se asemeja a las llamadas “participaciones preferentes” emitidas
por esta entidad.
La operación, llamada Occupy Mordor,
contó con la celebración de sonoras caceroladas durante días (y de hasta once
horas ininterrumpidas) así como con debates, acciones de denuncia y un
contundente “Juicio a la Banca”. Estos hechos fueron escasamente cubiertos por
los medios de comunicación generalistas en vistas a proteger sus propios
intereses y la buena imagen de la principal financiera catalana. Sin embargo,
la demostración de este celo protector, se puede también considerar como el
resultado del tercer golpe de inteligencia colectiva del movimiento: ir
directamente a desnudar y a desmontar toda falsa imagen pública. En esta misma
dirección, las próximas acciones centrarán su objetivo en el asunto de Bankia
en consonancia con el propósito de la campaña recién iniciada bajo el nombre
“15MpaRato”.
Acabando el mes de mayo, tampoco faltó
en la celebración del primer aniversario del movimiento la rememoración en
forma de protesta del violento intento de desalojo policial de la acampada
barcelonesa de la Plaza de Catalunya, el 27 de mayo de 2011. Acción que ha sido
archivada por los jueces y que contrasta abiertamente con el hecho de que en el
informe anual de Amnistía Internacional sea citada como ejemplo de la represión
internacional que el movimiento social del 15-M viene sufriendo desde sus
comienzos.
En conjunto, pues, bien puede decirse
que el 15-M camina con determinación sobre su propósito de expandirse como una
verdadera masa crítica que logre incidir en el proceso de cambio social. No en
vano, una de las acciones realizadas en la manifestación del 12-M respondía a
este lema: “Éramos invisibles, ¡ahora somos reflectantes!”.
Publicado en el periódico madrid15m, Nº
4, junio de 2012
Puede descargarse el PDF de todos los
números publicados por el periódico en la página
http://madrid15m.org/quiosco.html
PUBLICADO EN REBELIÓN
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